2017 sería así en el tercer año consecutivo en que la inversión anual en construcción cerraría con números negativos, gatillado principalmente por la menor inversión en infraestructura productiva privada
La inversión en construcción cerraría 2017 con una caída de 1,8% en doce meses, mientras que en 2018 registraría un repunte de 2,4% anual, según dio a conocer esta mañana la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) durante la presentación “Balance 2017-Proyecciones 2018” que el gremio realiza todos los años a partir de los datos de su informe Macroeconomía y Construcción (MACh).
Sergio Torretti, presidente de la CChC, sostuvo que “más allá de datos específicos, creo que el factor más relevante que explica la menor inversión global de la economía –y, por ende, en construcción– es la pérdida de consensos básicos respecto de la estrategia de desarrollo que ha seguido nuestro país en las últimas décadas”. Por lo mismo, el dirigente llamó “volver a poner en el centro de la gestión política el crecimiento económico, no solo en beneficio de los sectores productivos, sino como condición necesaria para el cumplimiento de las demandas y las expectativas de las personas”.
Por su parte, Javier Hurtado, gerente de Estudios del gremio, explicó que “con estos resultados, 2017 será el tercer año consecutivo en que la inversión en construcción terminará con cifras negativas, lo que, al igual que en años anteriores, se explica por la menor inversión en infraestructura productiva, especialmente en infraestructura productiva privada”.
Asimismo, sostuvo que, en promedio, “en 2017 el desempleo sectorial fue de 9,8% debido a la escasa renovación de proyectos y la baja actividad inmobiliaria privada”. Para el 2018 se proyecta un menor desempleo, pues llegaría, en promedio, a 9,3%.
Subsector Infraestructura
En lo que respecta a la inversión en infraestructura pública, la CChC estima que 2017 cerrará con un incremento anual de 1,1%, reflejo del aumento marginal del presupuesto público de este año, medido en términos reales, respecto de 2016 y una base de comparación menos exigente.
Para 2018, en tanto, se proyecta un crecimiento de la inversión anual en infraestructura pública de 2,2%, impulsado principalmente por inversiones en infraestructura sanitaria, lo que compensaría en gran medida la menor inversión real prevista en el presupuesto público para 2018.
En materia de concesiones, el flujo de inversión en 2017 alcanzaría los US$ 763 millones, mientras en 2018 llegaría a US$ 613 millones, disminución que se explica por la finalización de obras relevantes y una lenta incorporación de nuevos proyectos.
En cuanto a la inversión en infraestructura productiva privada, se estima que 2017 cerrará con una contracción de 6,9%. La inversión en proyectos de mayor tamaño llegó a US$ 10.898 millones en 2017 –de los cuales US$ 5.690 millones correspondieron a gasto en construcción–, muy inferior a los US$ 13.503 de 2016.
Para 2018 se proyecta que la inversión en este subsector crecerá 2,8% anual. Si bien la inversión en proyectos de mayor tamaño alcanzaría los US$ 9.133 millones, de los cuales US$ 4.938 serían gasto en construcción, esto se compensaría con la ejecución de proyectos medianos y pequeños.
Subsector Vivienda
En cuanto a la inversión en vivienda pública, 2017 cerraría con una caída anual de 1,7%, lo que sería coherente con la contracción del presupuesto público –medida en términos reales– registrado el presente año respecto de 2016.
Para 2018 se proyecta que la inversión en este subsector caerá nuevamente, esta vez en 2%, siempre por efecto de un menor presupuesto real. Hurtado comentó que “estas bajas se dan en el contexto de al menos siete años consecutivos con una alta inversión en vivienda pública (post terremoto de 2010), por lo que las bajas son relativamente marginales”. Para 2018, el mayor recorte presupuestario (13%) afectará al programa de sectores medios (DS 01).
Respecto de la inversión en vivienda privada, se estima que registrará en 2017 un incremento anual de 2,6%, producto de una “normalización” de la actividad inmobiliaria, luego de que se contrajera fuertemente en 2016 por el efecto de anticipación a la entrada en vigencia de un nuevo impuesto: el IVA a la vivienda. Lo anterior es consistente con un mayor dinamismo de la demanda, sobre todo en el mercado de departamentos.
Para 2018 se proyecta un crecimiento de 2,8% de la inversión anual en vivienda privada. “La recuperación de las expectativas, el mayor otorgamiento de permisos de edificación habitacional y el incremento del ingreso de nuevos proyectos inmobiliarios durante la segunda mitad de 2017 permiten anticipar un efecto positivo para este subsector”, sostuvo Hurtado.