La Cultura del Miedo y la Violencia

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Por: Bernardita Espinoza V. Ingeniero Civil Industrial, Universidad de Chile. Docente Universidad de Santiago de Chile


Con motivo de los últimos eventos de tiroteos en USA, que han implicado, una vez más, la muerte de varias decenas de personas, al azar, se ha abierto un debate sobre la tenencia indiscriminada de armas, la violencia, sus motivaciones y gatillantes.

La mayoría de los expertos, e incluso la gente de a pie, apunta a la tenencia indiscriminada de armas como causante de estos hechos de violencia, no obstante, las personas que han infringido estas matanzas, deben haber tenido motivaciones para, primero armarse hasta los dientes y segundo para utilizar dichas armas en hechos de violencia aparentemente inexplicables. Y ahí es donde aparece la teoría del miedo y su manipulación hacia el odio, la violencia y la aceptación de situaciones que en condiciones normales parecerían inaceptables.

Desde el inicio de la Humanidad los grupos que se han ostentado el poder sobre la población, han hecho uso del miedo para movilizar o desmovilizar las masas en la búsqueda de objetivos de dominación, objetivos políticos y económicos, y es que, como bien ha dicho, Octavio Paz: “Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo…”.

A nivel de especie, el miedo básico puede ser provechoso y tanto antropólogos como psicólogos piensan que es un mecanismo natural evolutivo, toda vez que el estado de alerta, que ocasiona, es necesario para vivir y superar los peligros reales.

Sin embargo, existe otro tipo de miedo, el que paraliza, el que nos hace retraernos y nos impide reaccionar para superar sus causas, y es este tipo el que, puede ser manipulado para dominar a otros, exacerbando peligros que, no necesariamente, son reales, o incluso no sólo ficticios, sino que creados por el mismo ente que pretende manipular, no a una persona, sino que, a una tribu, pueblo, civilización, etc. En la historia de la humanidad, la utilización económica, política y religiosa del miedo está bien documentada, de modo que ese miedo colectivo nos mueve a aceptar situaciones arbitrarias e injustas, a aceptar la violencia, considerándola una justa defensa contra esos peligros imaginarios o exagerados, a ejercer la violencia bajo el mismo argumento, cuestión que ha permitido la perpetuación de la desigualdad, la injusticia y la falta de solidaridad.

Y en estos días, difundir el miedo, teniendo el control de los medios de comunicación masiva, es mucho más fácil, insertar el pánico en el subconsciente colectivo, hace que se presuma válido, justo y aceptable reacciones histéricas, que rayan en la estupidez y no obstante son masivamente aceptadas, como por ejemplo armar la población civil a diestra y siniestra con armas de cualquier calibre, capacidad y naturaleza.

La reacción natural ante la existencia de estos tiroteos masivos en USA; la respuesta de aquellos que no estamos inmersos en la cultura del miedo que aqueja a los norteamericanos, es limitar la venta y tenencia de armas, en especial armas automáticas, que por ejemplo en Chile, nadie tiene, y que no parecen, por ningún lado, ser un elemento de defensa personal. Puesto que, en nuestra cultura, no invadida aún por un miedo irracional, un revolver es suficiente para defenderse de un asalto domiciliario. No obstante, para nuestra sorpresa, la respuesta en USA ha sido al revés, ha sido que la población ha acudido en tropel a las armerías (supermercados y farmacias, por ejemplo) a abastecerse de armas de unas capacidades y calibres propios de comandos del ejército, inclusive llegando en forma gubernamental a plantear armar los colegios, todo esto con el consecuente enorme beneficio económico de los fabricantes de armas, que son uno de los grupos económicos más poderosos de USA. No me cabe duda, que estos grupos mueven y promueven la cultura del miedo, mediante los medios de comunicación masiva, incluso el cine y las series, las cuales siempre estrenan una nueva amenaza para USA y el mundo. Y cada cierto tiempo, este exceso de venta de armas y su accesibilidad, deriva en una masacre, lo que lejos de generar una reflexionar y un cambio en la política de armas, es utilizada para generar más pánico, más compra de armas y más beneficio económico.

Podríamos pensar que estamos lejos de esta manipulación y de esta realidad, y que para ¿qué escribo en Chile sobre esto? No obstante, al ver los noticiarios nacionales, veo una tendencia creciente, a asimilarse con los noticiarios norteamericanos, dado que se está cayendo en la exageración respecto de los hechos de violencia que nos aquejan, repitiendo muchas veces la misma noticia, del mismo asalto, por ejemplo, repitiendo imágenes, en forma exagerada, cuestión que crea un clima de inseguridad, que en nuestro país aún no implica una cultura de compra indiscriminada de armas, aunque algunos grupos ya hablan de aquello, sino que aviva en clasismo, el racismo y la segregación, cuestión que también pasó en USA.

Hay que pensar, ¿a quién beneficia generar sensación de inseguridad y miedo en la población? Siempre hay que pensar quien resulta beneficiado antes de dejarse dominar por el miedo.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.

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