Por: Carlos Bianchi Ch. Senador por la región de Magallanes. Vicepresidente del Senado
Recién asumido el actual Gobierno, el ministro del trabajo Nicolás Monckeberg anunció que una de las prioridades del Presidente Piñera sería mejorar las pensiones y que para ello, “durante el primer semestre” se presentaría un proyecto de ley destinado a realizar una reforma integral al sistema.
Muchos creímos que la primera cuenta pública al país de su segundo mandato el 1 de junio iba ser la instancia para que el Presidente Sebastián Piñera cumpliera con este plazo autoimpuesto, plazo en el que coincidíamos dada la urgencia de dar solución a esta legitima demanda de nuestros adultos mayores… Lamentablemente el Presidente sólo se refirió brevemente al tema. En sólo una de las 82 páginas de su discurso el Presidente señaló que espera lograr en forma “progresiva” que todos los chilenos tengan una pensión digna, incrementando las cotizaciones y “reconociendo el esfuerzo individual de los trabajadores”.
El Presidente anunció también incentivos a la postergación de la jubilación y aporte estatal a las pensiones más bajas. Además, puso un nuevo plazo, en 60 días (es decir a fines de julio) se presentaría un proyecto para regular la incorporación de los independientes al sistema de AFP. Lo único específico es lo que no queríamos escuchar, el gobierno insiste en otorgar a las AFP un nuevo negocio: la cotización de los independientes. Muchos de ellos trabajadores del Estado y microempresarios que se verán obligados a cotizar en el sistema privado sin ninguna posibilidad de lograr una pensión digna.
En los últimos días, a propósito de la discusión sobre la llamada “sequía legislativa” el Ministro Secretario General de la Presidencia informó que se preparan una serie de iniciativas legales que en un plazo de 90 días (al cierre de Septiembre) contempla como uno de los proyectos centrales la reforma al sistema de pensiones. Así, sin detalles.
Las pensiones son un nudo central de la desigualdad, un problema urgente. La edad de la jubilación no está siendo una etapa de júbilo ni de alegría, sino que de enfermedades y pobreza. Se nos pasó el primer semestre del gobierno y aún no hay propuestas para discusión.
No estamos, como clase política, dando cuenta de la urgencia del tema. Debemos hacer un esfuerzo por mejorar las pensiones ahora. Como lo he hecho en múltiples citas con autoridades del anterior y el actual gobierno, he ofrecido proyectos concretos de reformas legales que esperamos discutir, ojalá según los nuevos plazos dados, antes de septiembre.
En primer término, reiterar la necesidad de postergar la cotización de los independientes, más de 300 mil trabajadores que si el gobierno no se anima a proteger, verán retenida su devolución de impuestos en mayo de 2019 y sus dineros irán a las AFP, pese a que muchos de ellos no alcanzarán a cotizar lo suficiente para lograr pensión.
En segundo lugar, reiterar una propuesta que hicimos en detalle el 2016 y que incluso fue recogida por distinguidos candidatos y candidatas presidenciales, en orden a realizar un aporte previsional estatal de un millón de pesos a cada niño que nace en Chile, que significa una mejora de al menos unos 200 mil pesos mensuales en la jubilación. Esta propuesta no se traduce en una solución inmediata, pero sin duda, significa una transformación y mejora profunda que se ocupa -como pocas veces lo hace nuestro país- de un tema a largo plazo. Si el gobierno lo desea, puede recurrir al proyecto que tenemos ingresado en el Senado.
Estimamos preciso que la reforma de pensiones que está estudiando el gobierno garantice la existencia de un sistema de capitalización de carácter solidario y con financiamiento tripartito, en el cual aporten los trabajadores, los empleadores y también el Estado.
Sea 4 o 5%, sólo el aporte de los empleadores no será suficiente para mejorar las pensiones de quienes ya están cerca de la jubilación. Estimamos que un aporte estatal inmediato y un aumento a largo plazo de la cotización previsional total a cifras cercanas al 20% de los ingresos, es el único modo de garantizar una vejez digna a nuestros compatriotas.
No es tan grave que el gobierno no haya cumplido con los primeros plazos anunciados. Lo grave sería que finalmente los proyectos no lleguen o no vengan con contenidos mínimos, como los enunciados en este texto.
Como ha dicho el Presidente Piñera, es hora de que “hagamos la pega”, que su ministro del trabajo haga la pega de mejorar las pensiones, tarea urgente en beneficio de millones de compatriotas.
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