CChC La Serena presentó a la Comisión de Ordenamiento Territorial, Planificación e Infraestructura del CORE el informe que develó brecha de US$8 mil millones para el decenio 2018 – 2027
Los resultados del informe “Infraestructura Crítica para el Desarrollo 2018 – 2027”, que elabora la Gerencia de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), no pasaron desapercibidos en la Región de Coquimbo. Esto, luego que conociera la brecha existente entre lo que se tiene y lo que se necesita para generar condiciones óptimas para el crecimiento del territorio y la generación de calidad de vida, según los estándares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Y es que los números sorprenden, ya que el gremio determinó que para el periodo 2018 – 2027 se requieren de US$8.031 millones en trece dimensiones, entre las que destacan vialidad urbana, puertos, logística, hospitales, colegios, entre otros. Ante este escenario, el Consejo Regional (CORE) de Coquimbo contactó al presidente de CChC La Serena, Sergio Quilodrán Muñoz, para que profundizara en cada uno de los ámbitos estudiados.
De esa manera, el dirigente del gremio asistió a la Comisión de Ordenamiento Territorial, Planificación e Infraestructura del CORE, que preside la consejera Lidia Zapata, oportunidad donde contextualizó el déficit ostentado por la zona. “La infraestructura no sólo es clave para estimular la economía y ganar competitividad, sino que también para promover el bienestar social. Una de las maneras para mejorar la calidad de vida de nuestra ciudadanía es a través de obras que les ayuden a superar escollos con los que la gente se encuentra a diario”, acotó Quilodrán.
De allí que hayan planteado una serie de ideas para comenzar a superar esa diferencia entre lo existente y lo esperado, entre las que destaca el sistema de concesiones, el Fondo Espejo y el Financiamiento Urbano Compartido (FUC).
Las soluciones
Para el gremio constructor es clave no seguir perdiendo oportunidades de concretar obras que inciden en el bienestar territorial y social, ya que de acuerdo a las últimas entregas del ICD -que se publican cada dos años- existe un aumento del déficit en un 15%. Esto se evidencia porque en la entrega de 2016 – 2025 la brecha a cubrir era de US$151.417 millones, mientras que la actual plantea necesidades por US$174.505 millones. “Tenemos que ponernos de acuerdo con la autoridad y buscar alternativas”, expresó Quilodrán.
Dentro de ellas surgió el sistema de concesiones, el que implica hacer partícipe de ciertas obras a los privados. “En Chile y la Región de Coquimbo tenemos muy buenas experiencias y debemos atenderlas como es el caso de la ruta Los Vilos – Las Serena o la cárcel de Huachalalume”, precisó el dirigente, quien valoró el alivio al erario nacional que presenta este modelo el que, por ejemplo, debe hacerse cargo desde la construcción hasta las mantenciones para conservar el estándar propuesto.
Otra vía es el Fondo Espejo, que se creó en 2009 como compensación a las regiones ante el subsidio que da el Estado al transporte metropolitano (Transantiago) y anualmente posee recursos por más de US$900 millones. “Lo importante es que la intendenta y el CORE conozcan que son los llamados a generar propuestas robustas y que respondan a las necesidades ciudadanas de transporte y movilidad, de manera de utilizar eficiente y pertinentemente esos dineros”, agregó Quilodrán.
Finalmente se refirió al Financiamiento Urbano Compartido (FUC) que busca poner en valor un paño fiscal a través de inversión privada. “Hubo hace unos años un esfuerzo por parte del Minvu con retazos en Avenida Varela de Coquimbo, pero no prosperó. Lo importante es que las propuestas de terrenos sean atractivas para desembolsar recursos y promover encadenamientos productivos que den plusvalía al sector y acerquen servicios básicos para la ciudadanía”, dijo Quilodrán.