Tiene a su haber 33 publicaciones científicas en revistas y congresos. Hoy Jorge Romero Moyano, estudiante de quinto año de Geología en la Universidad de Atacama, a su corta edad se posiciona como un experto nacional e internacional en Vulcanología Física, Cronología Eruptiva y Caída de Tefra, siendo sus publicaciones citadas por científicos y vulcanólogos de todo el mundo
Fue su sueño de niño observar y estudiar los volcanes, ayudando a entender sus procesos eruptivos. De mente inquieta y espíritu observador, Jorge Romero Moyano, estudiante de Geología de quinto año, es considerado por sus académicos y profesores como un investigador de gran potencial y promisorio futuro en el área de la vulcanología, con más de 32 publicaciones científicas a su haber, algunas incluso como primer autor, ocho de ellas en revistas de carácter internacional. Hace sólo un mes publicó su último hallazgo en colaboración con Franco Vera de la U. de Concepción y colaboradores internacionales, una investigación respecto de la tefra arrojada por el Volcán Villarrica durante la erupción ocurrida el 3 de marzo de 2015, aportando conocimiento fundamental para dimensionar este tipo de erupciones en términos del riesgo volcánico.
Respecto a ¿cómo nació su vocación?, explicó que “me interesé en los volcanes porque son algo muy distinto a lo que ves en términos de un cerro común y corriente. Las lavas, la escoria, todo lo que rodea un volcán, el paisaje es muy envolvente. Y me interesé en un nivel más científico, porque es distinto ver un volcán muerto a verlo en erupción, que es el cúlmine de un proceso geológico muy grande que vale la pena estudiar.
Publicaciones Científicas
Jorge recuerda que la primera contribución científica que redactó fue el 2013, “y me la aceptaron para un pequeño congreso que se llamaba Geosur, Congreso Geológico del Hemisferio Sur en Viña del Mar, pero antes de eso ya había intentado publicar al menos tres trabajos que fueron rechazados completamente. Uno pasa por un proceso de entender qué es lo que pide un revisor par, un científico, qué es lo que se busca leer en el fondo, y cómo aplicar bien el método científico. Obviamente, uno después va adquiriendo experiencia y viendo cómo son las publicaciones científicas. Uno vacía el conocimiento que va adquiriendo en terreno al papel, con palabras simples para el resto, y permite ampliar el conocimiento científico, lo cual es muy importante porque deja un pequeño legado en cada cosa que va escribiendo”.
Según el investigador, “cada vez que hay una erupción volcánica, es importante ir a terreno, ver los depósitos que dejan, estudiar las composiciones, los minerales que tienen estas rocas, y tratar además de armar una cronología de la erupción, para tener el registro de cómo transcurre una erupción. Pues luego el volcán empieza con algunas pequeñas señales que a nosotros nos permiten decir, bueno, si hace 20 años atrás nos pasó cierto evento, relacionado a estos mismos signos, puede ser que se desarrolle una erupción de las mismas características. Siempre en Geología lo que sucede en el presente es el reflejo del pasado”.
Riesgo volcánico en Chile
En este sentido, Jorge explica que Chile es un país caracterizado por la presencia de los volcanes. “He sido privilegiado en este aspecto porque en los últimos 10 años Chile ha tenido una gran cantidad de erupciones, partiendo del 2008 con el volcán Llaima en adelante, hubo un aumento sustancial de la frecuencia de la actividad volcánica, en parte relacionado a los grandes terremotos ocurridos en Chile – porque también hay una relación con eso. Las mayores erupciones que he podido estudiar son la del Cordón Caulle el 2011 y también la del Volcán Calbuco el 2015, son de las más grandes en términos de explosividad, de volumen. Son erupciones que pueden ocurrir unas 20 por siglo en la Tierra, son dos casos muy puntuales y ambos están en el sur de Chile”.
Respecto a sus estudios sobre volcanes, indica que “lo que hemos estudiado básicamente ahí es un primer acercamiento a las erupciones, ver cuánto duraron, cuánto material depositaron y cuáles son las causas iniciales de estas erupciones. También hay que agregar a esto la erupción del Villarrica en 2015 que fue muy importante desde el punto de vista que este tipo de erupciones son muy raras en el país, son erupciones con mucha lava, con mucho material a alta temperatura, en volcanes con glaciares además generan grandes aluviones”.
Para medir el grado de explosividad del volcán, señala que existe una escala de cuantificación. “Así como la Escala de Mercalli, existe una escala de las erupciones volcánicas que se llama el índice de explosividad, y cuando nosotros clasificamos los fenómenos que están ocurriendo en los volcanes los hacemos a través de sus depósitos. Estos depósitos que venimos estudiando, al cuantificar la cantidad de material que se emite, básicamente nos ayuda a ponerlo dentro de esta escala y decir qué tan grande fue la erupción. En el caso del Cordón Caulle o del Calbuco, ocuparon el nivel 4 y 5 de esta escala que tiene de 0 a 8, son erupciones intermedias, explosivas intermedias. La del Villarrica fue de 1 a 2. En el registro actual moderno hay erupciones hasta la escala de 5 de explosividad, que son las del volcán Quizapú en 1932 y la del Hudson en 1991, que son grandes erupciones, muy impactantes digamos para la ciudadanía. Pero en el registro geológico, hace 150 mil años en Santiago, hubo una erupción gigantesca, catastrófica, nivel 7 de 8, y actualmente se encuentran los materiales en Pudahuel principalmente, son cenizas que le llaman la ignimbrita Pudahuel, un registro muy grande de esa erupción”.
Volcanes en Atacama
Uno de los aspectos que destaca Jorge, es que nuestra región posee más actividad volcánica de lo que se cree. “El volcán activo más alto del mundo es el Ojos del Salado. De hecho hay una posible erupción alrededor del año 1993, registrada por el SAG de la Aduana del Paso San Francisco, y antes en 1974 hubo una intensa fumarola. Además de eso hay varias erupciones recientes de los últimos treinta mil años en el Nevado Tres Cruces. Por lo tanto, es una región que tiene volcanes activos, unos cinco quizá, pero en general en la región debe haber probablemente más de 40 volcanes. En Chile tenemos dos mil, y de hecho para verlos es cosa de ir al altiplano, son muy fáciles de ver en el altiplano, volcanes viejos la mayoría, pero están muy bien preservados. Y también hay registros de erupciones gigantes que han ocurrido en la región, que no sabemos precisamente de qué edad son, pero sí se pueden encontrar cenizas de esas erupciones en Copiapó, en Caldera, en Bahía Inglesa, pero son registros bastante viejos, quizás de miles o varios millones de años”, precisa.
Nevados de Chillán
Para contextualizar, el estudiante analiza lo ocurrido en los últimos días en el Nevados de Chillán. “Allí estamos trabajando con Nicolás Luengo y colaboradores de la Universidad de Concepción, en un estudio de la tefra del volcán, y tenemos alrededor de 10 muestras de los últimos dos años y medio de actividad que se colectan periódicamente con instrumentos en terreno, y eso nos permite ir sabiendo cómo va cambiando el estilo la erupción del Chillán. La erupción de este volcán partió siendo algo muy pequeñito con explosiones y actualmente ya tenemos un domo edificado en la cima, que es básicamente una cúpula de lava en el cráter, que en los últimos días ha hecho noticia porque como se genera un taponamiento naturalmente, el volcán aumenta su presión y repentinamente este domo se va rompiendo. Y es lo que ha pasado en los últimos días, con la ruptura del domo”.
Más aún, sobre el particular, el experto detalla que en estos momentos lo más peligroso sería que se acumule mucha presión en el volcán Chillán y que genere así una gran erupción explosiva,” pero parece ser que ese domo ya se destruyó en los últimos días. Sí es de cuidado que hay muchos centros poblados alrededor, como por ejemplo Las Termas de Chillán están al lado, Las Trancas, y todas estas zonas habitadas están muy cerca del volcán, incluso el Centro de Ski está dentro de la zona de afectación en caso de una erupción más grande. Hay un radio de restricción de 3 kilómetros, para evitar que la gente acceda a las cercanías del volcán. Bajo las condiciones actuales sí pueden ocurrir eventos de peligro para la comunidad en ese radio”, afirmó Romero.
Educación
El estudiante plantea también que es necesario que los términos y el conocimiento general sobre los volcanes chilenos se puedan plasmar en la Educación Media y Básica. “Es muy importante, tenemos dos mil volcanes en Chile y no mucha gente parece notarlo. La gente se sorprende a veces porque hay cinco o seis volcanes con alerta, simultáneamente, pero eso también responde a que como país tenemos más capacidad de instalar sensores, y monitorear los volcanes. Antes eso pasaba desapercibido, los volcanes podían tener pequeñas crisis, desequilibrarse un poco y nadie lo notaba, en especial en los meses de invierno. Pero actualmente hay 40 volcanes monitoreados en Chile, de los ciento y algo que son activos, y por tanto es normal que surjan alertas simultáneas, y eso es un buen signo porque significa que estamos pendientes de esos volcanes”.
Romero resalta que “Estos son eventos naturales y también son oportunidades para la gente. Así como en Pucón viven del turismo y del Volcán Villarrica, naturalmente que un volcán tiene sus peligros, tiene pros y contras, pero hay que apuntar a un balance”, concluye.