A 30 años del Triunfo del NO

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Por: Marcelo Carrasco C. Consejero del Gobierno Regional de la Araucanía


Los políticos en general cometemos errores y aciertos, proponemos e impulsamos reformas estructurales o muchas veces específicas, pero lo que no podemos hacer jamar es limitar el concepto de democracia al ejercicio del sufragio universal, esto solo significa dejar de lado muchos otros factores que influyen en el desarrollo de este sistema de gobierno, y nunca debemos olvidar que en América Latina la transición a la democracia ha implicado grandes conflictos sociales y políticos, y esto no ha sido la acepción para todo nuestro continente.

Según Couffignal, la democracia se puede entender a partir de tres grandes concepciones. La primera implica asimilar la democracia “como un procedimiento”, es decir, centrarse únicamente en el ejercicio del voto. En esta lógica, “ser ciudadano en un régimen democrático es poder votar”.

El especialista señaló que en la mayoría de países latinoamericanos el sufragio es entendido como un deber; mientras que en otras regiones, como Europa, es concebido como un derecho. Más aún, a su juicio, en América Latina la alternancia en el poder y la elección de gobernantes se ha entendido como “una alternativa a la revolución”.

A 30 años del triunfo del No y una nueva democracia para Chile. Los hitos históricos que marcan estos 30 años, elecciones presidenciales, municipales, parlamentarias, luego de en el siglo XXI elección democrática de los Consejeros Regionales, en un próximo periodo elecciones de gobernadores regionales. Si bien estos avances en representación popular son importantes, hay un tema que no ha sufrido cambios importantes porque Chile sigue siendo un país centralista donde aún la democracia no llega a las regiones.

Los presupuestos se siguen aprobando en el nivel central, el modelo electoral está hecho para los grandes conglomerados, los partidos políticos definen e inscriben sus candidatos centralmente, esto debe cambiar debemos impulsar la mística y la épica de 30 años atrás, para poder recuperar y ganar espacios en pro de la descentralización de un Chile más próspero, más fecundo y más descentralizado e igualitario para todos los ciudadanos.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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