Las Rentas Regionales también son importantes Nico

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Por: Esteban Valenzuela V. Académico y ex presidente de Comisión Presidencial para la Descentralización 2014


En un reciente seminario de la Fundación para la Democracia que lidera Víctor Barrueto, el ex ministro de Hacienda y Educación, Nicolás Eyzaguirre presentó un muy buen aporte para mirar en perspectiva Chile y concluir que el país de igual renta que los anglosajones en el Siglo XVIII se perdió en el camino debido a una economía concentrada por la oligarquía, que tomó los recursos naturales y evitó pagar impuestos, por la no masificación temprana de la educación más allá de la retórica, por los modelos de cooptación de nuestro pseudo industrialismo que fracasó, por el despilfarro neoliberal extractivista sin valor agregado, y el exacerbado presidencialismo centralista.

Pero Eyzaguirre va más allá y reivindica la política económica neo-institucionalista como clave, dando pautas para mayor tributación, Congreso unicameral que ratifique al Presidente en un sistema semi parlamentario (la “vieja” tesis de Arturo Valenzuela), que obligue a pactar agendas con los partidos y mayor cuidado de los recursos naturales.

Pero hay silencios en las reflexiones que hacen diversos actores del PPD y el progresismo más ligado a los defensores de lo obrado: se sigue soslayando lo clave del empoderamiento regional para dinamizar Chile en siete tesis obvias:

1.- Gobernadores electos presionarán por mayor austeridad y moderación en los gastos centrales que obligarán a la burguesía fiscal a evitar la sobre institucionalización en agencias (consejos, subsecretarías, comisiones) nuevos ministerios.

2.- Las regiones en el mundo presionan también por menos arreglo prebendario a nivel nacional, terminando el sobregasto parlamentario, las pensiones de privilegio de uniformados, los salarios multimillonarios en las empresas públicas, que tiene cero control regional, incluso las allí localizadas (Zofri, los trenes de cercanía en Concepción y Valparaíso, las divisiones de CODELCO, etc).

3.- Rentas regionales con posibilidad de algunas tasas y tributos territoriales generarán mayor corresponsabilidad fiscal, a diferencia del actual caos centralista cooptado por las grandes empresas que no tributan territorialmente y la exención al 80% de las propiedades inmobilarias.

4.- Empoderar a las regiones en gobernanza de bienes comunes como el agua territoriales, que permitiría acuerdos multiactor para generar corresponsabilidad y supervisión.

5.- Las nuevas divisiones de fomento e industrias regionales empoderadas ya tendrían consorcios para el litio, barrios científicos como el que impulsa el GORE del Bío-Bío con la U. de Concepción, fondos semillas relevantes y redes nuevas de soportes culturales y de turismo sustentable a escala mundial.

6.- Permitir el endeudamiento para mega proyectos con regla de responsabilidad fiscal como el túnel Las Leñas, de conectividad todos los días del año en el eje central chileno-argentino, carretera de la costa terminada, movilidad regional con un tren intersur, pactado con la mediocre empresa EFE controlada por Santiago.

7.- Desarrollo sustentable con la presión territorial de armonizar inversión con comunidades, preservación verde y planes de descontaminación con planificación territorial vinculante como espacio para entender el desarrollo como arte de una teoría triangular en que progresa, se conserva y también se regresa al rescate de prácticas ancestrales (la economía intercultural mapuche) y modos de vida el “interior” del alma de Chile, en el decir del Cardenal Silva.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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