[Opinión] Liderar desde una Comunicación Resolutiva

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Por: Fernando Véliz Montero. Ph.D © y Magister en Comunicación. Coach Ontológico. Autor de “Comunicar”, “Resiliencia Organizacional” y “101 Caminos para Sobrevivir al Mundo del Trabajo”


En la actualidad, en una sociedad de la incertidumbre como es la nuestra, el buen liderazgo se transforma en factor crítico de éxito. Esto como resultado de un criterio mayor: construir comunidad, levantar equipos de trabajo y articular sueños compartidos. Por eso, cuando el liderazgo y la comunicación se fusionan, surge un nuevo campo de acción, el liderazgo comunicativo.

Los autores más representativos del management son claros en estas materias. David Fischman (El espejo del líder) abre la discusión enfatizando que “cuando escuchamos, enviamos un mensaje de respeto y consideración por los demás. En cambio, cuando sólo nos centramos en hablar, comunicamos una imagen de soberbia, individualismo y ego”. Por su parte, Pedro Flores (El líder coach) recalca que la “comunicación efectiva se basa en escuchar, afirmar y declarar con poder”. Nureya Abarca (Inteligencia emocional en el liderazgo) advierte de que “El desafío de la comunicación consiste en aprender a decir lo que queremos expresar y escuchar lo que nos quieren decir […] la clave para lograr una comunicación efectiva está en la confianza”.

Desde la mirada anglosajona, John C. Maxwell (Las 21 cualidades indispensables de un líder) plantea que “la comunicación no es sólo lo que se dice, es también cómo se dice. Contrariamente a lo que algunos educadores enseñan, la clave para la comunicación efectiva es la simplicidad”. H. B. Karp (Guía para el líder del cambio) agrega a esta idea que “las técnicas de negociación son eficaces sólo cuando se basan en una comunicación clara.

Como líder del cambio, usted está en condiciones de tomar el control del proceso comunicacional”. David Fischman (El líder transformador) se suma a esta compilación de opiniones: “No basta tener una presa de agua, también debemos poseer los canales para irrigar las tierras. De la misma forma, no basta con almacenar conocimientos en la mente, hemos de tener la capacidad de comunicarlos para inspirar a las personas”.

Concluyo este abanico de miradas sobre el liderazgo y la comunicación con Nureya Abarca, quien, desde el campo del conocimiento del líder, afirma que “si las personas no confían en el líder, es difícil conducirlas al cambio. Para lograr que confíen en uno, es necesario que lo conozcan: quién es, de dónde viene y por qué tiene las ideas que tiene” (El líder como coach).

De esta forma podemos entender que el liderazgo y la comunicación son hoy una fusión viva que exige acciones concretas hacia el mundo del trabajo, entre estas:

a) Un líder comunicativo es quien da visibilidad a las buenas prácticas, generando presencia a los colaboradores positivos, agradeciendo la gestión generosa, plasmando nuevos patrones conductuales desde reconocimientos colectivos. La comunicación en este campo articula y refuerza creencias, como también, materializa contextos que a ratos resultan claves y necesarios de compartir internamente.

b) Un líder comunicativo genera participación activa, un poder organizacional inclusivo gravitante para emprender nuevas tareas. La participación resulta una dimensión crucial, ya que en la medida que existe, genera mayor sentimiento de pertenencia e inclusión en los equipos de trabajo.

c) Un líder comunicativo cumple un rol formador y educativo, ya que hoy el desafío es aprender y desaprender. La comunicación da movilidad a las empresas, las educa para rediseñarse, para cambiar y con esto cargarse de nuevas miradas frente a los desafíos diarios.

d) Un líder comunicativo representa una instancia más para elaborar un bálsamo a la medida de la organización y, de esta forma, desenredar, suavizar y facilitar los diálogos internos que ésta experimenta a diario.

Es decir, un líder comunicativo es un ser con vocación de entendimiento, colaboración y reconocimientos a otros (está al servicio).  Esta visualización al otro, este ímpetu por movilizar en forma consciente y resuelta lo diferencia y marca, para la concreción de tareas ambiciosas y cargadas de sentido desde un diálogo vivo y coherente, diálogo al servicio de resultados efectivos. “Un líder es un repartidor de esperanza” (Napoleón).


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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