Por: Esteban Valenzuela V. Académico y ex presidente de Comisión Presidencial para la Descentralización 2014
Es divertido observar como la UDI encabeza el partido centralista que lleva al paroxismo la postverdad o mentira abierta junto a algunos barones del PPD-PS (de Lagos Weber a Letelier) con tal de “posponer” la elección de gobernadores regionales, cuando en rigor quieren evitar este proceso, básico y democrático, por parte del núcleo más ultra portaliano, enquistado en el gobierno de Piñera, en un desconocido Comité de Modernización Estatal, que tiene eco destacado en los grupos económicos y sus dos cadenas de prensa.
1.- La UDI dice querer mejorar un proyecto que votó en contra: El eufemismo llevado a la falta de ética básica. Es más digno callar y aceptar que decir que se quiere mejorar un proyecto. La UDI es municipalista y no quiere regiones fuertes que puedan disputar “modelos de desarrollo” y morigerar el estado orgánico portaliano centralista.
2.- Los barones que piden posponer para mejorar los proyecto: Como lo emplazamos durante un lustro, este sector del PPD-P nunca ha presentado un proyecto común y con coherencia de mayor descentralización, y cuando tuvo el poder sólo demoró la tramitación de estas leyes impulsadas por Bachelet y no se les conoce texto ninguno.
3.- Es malo que estén desacopladas de las elecciones nacionales (presidente y parlamento): Todos los estudios y teóricos de la democracia sustantiva- Taylor, Habermas, Anna Harndt- piden esfera pública y debate con amplia publicidad para que se cree la asamblea que busca un consenso o una opción. La mayoría de los países OCDE no mezcla municipales/regionales con las nacionales para que el país se concentre en la gestión territorial. Por otra parte, varios quieren ser candidatos o evitar que gobernadores no electos les compitan en las senatoriales un año después.
4.- Puede producirse un quiebre entre gobernadores y gobierno de turno: La atroces peleas intra coaliciones e incluso intra partidos, en el sistema centralista, que reparte los cargos regionales desmienten el enorme aporte de una descentralización bien hecha que genera contrapesos con autoridades de distinto signo, obligando a institucionalizar, tener políticas pactadas, pero a su vez aceptar las innovaciones y propuestas diferenciadoras.
5.- Falta claridad para los recursos de los gobernadores electos: Esta mentira es mayor, ya que la UDI y los barones que les gusta manejar Interior y Hacienda – todos unidos en el partido transversal del orden- no quieren soltar poder y en sus egos del Barrio Alto ven con pavor que los provincianos se empoderen. Ellos a su vez vetan toda ley de rentas regionales y posibilidad de endeudamiento regional que activaría cientos de proyectos en carpeta en movilidad, carreteras, tren inter sur y pasos binacionales, entre otros.
6.- Son débiles las competencias dadas: Y ellos mismos inventaron que las regiones no pudieran pedir competencias con un tribunal que arbitrara. Además desconocen el salto significativo que se ha dado por ley en crear las divisiones de movilidad, desarrollo social y fomento en las regiones, así como la gobernanza metropolitana y los planes concordados en ordenamiento territorial, transporte, medio ambiente y disposición de residuos, todos hoy día ineficientemente centralizados.
7.- No hay tiempo para implementar el proceso: Se van a cumplir dos siglos del golpe centralista contra los federales (1829) y hoy gobiernan. En vez de implementar las nuevas estructuras y mandar la ley de rentas- o incluirla en la nueva reforma tributaria-, Piñera comete el error de poner en el grupo contrario a estos procesos su “implementación”. Pero los mismos claman por más tiempo.
Vaya “abuso” contra la razón, las regiones, la decencia, la democracia, lo legislado y su propia “Constitución”.
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