Por: Rafael Guzmán. Gerente Comercial de Adexus
Las empresas están sumidas en un mar de información, cada vez de mayor tamaño y complejidad. En ese contexto, es importante que, utilizando las tecnologías de información y comunicaciones sepan de qué forma sacar partido de estos datos y darle un uso inteligente, tanto hacia el interior como al exterior de la organización.
Los datos deben ser considerados como un activo estratégico porque son hoy una moneda de cambio. Hoy debemos ser capaces de movilizarlos, a partir de tecnologías inteligentes, como la Inteligencia Artificial, para hacer una correcta gestión y tomar las mejores decisiones estratégicas de negocios para las compañías.
El primer paso es implementar una cultura que los contemple. Para lograrlo, se necesita de un cambio de paradigma dentro de toda la organización y demostrar, mediante resultados y beneficios, las buenas prácticas que aportan a todo nivel.
Por otra parte, para garantizar que esta cultura se conecte al negocio, es importante que, desde funcionarios hasta gerentes generales guíen a las empresas a la transformación digital e incorporen las tecnologías que apoyan a este proceso.
Softwares con Inteligencia Artificial, funcionalidades conocidas como Machine Learning y Deep Learning, cubren y apoyan los más diversos ámbitos en la optimización para la gestión de datos y el análisis de información, por ejemplo. De hecho, y según el informe “IDC Predictions Chile 2019” de la consultora internacional IDC, se espera que para fines del 2020, 6 de cada 10 dólares que se gastan en Tecnologías de Información, sean en las tecnologías anteriormente nombradas.
Actualmente estos datos pueden estar en distintas áreas de la organización, en Data Center, en Edge, en End Point y las organizaciones tienen que ser capaces de buscar la consistencia, integridad y potencialización de estos mismos.
Sin embargo, una de las principales interrogantes de alta gerencia es cómo hacer encajar la cultura de la organización a la nueva cultura de datos. ¿Cuál será el papel desempeñará en el proceso de toma de decisiones? ¿Cómo afectará a la metodología empleada hasta ese entonces?
Uno de los beneficios claros es mantener un orden de toda la información de la compañía, evitando caer en malas prácticas y mala administración de información.
Pero si tuviésemos que ver sus efectos de manera más general, veríamos el cómo las organizaciones y empresas que establecen la cultura de datos como uno de los pilares fundamentales para el desarrollo del negocio, trabajan bajo procesos y actividades impulsadas por los datos en lugar de hacerlo por intuición o experiencia personal, donde las decisiones se toman con evidencias concretas y datos empíricos.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.
