[Editorial] El año en que Chile Despertó de la mano de la juventud

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Por: Richard Andrade C. Director de Poderyliderazgo.cl


El 18 de octubre de 2019 quedará marcado con mayúsculas en la historia de nuestro país… fue el día en que los chilenos alzaron la voz de Arica a Punta Arenas para exigir un nuevo trato social y económico que termine de una vez por todas con las desigualdades, los abusos, la corrupción, la impunidad y los privilegios que gozan ciertos sectores de la sociedad chilena.

Este estallido social, este despertar descansa en la rebeldía, la empatía y el coraje de los jóvenes chilenos que lograron poner en jaque al sistema, al gobierno de Sebastián Piñera, a los partidos políticos de izquierda y derecha, al empresariado y a gran parte de las instituciones chilenas.

Son los jóvenes de este país quienes han logrado poner en la agenda aquellos temas tabús para las elites, pero de gran sentido y necesidad para el común de los chilenos… con sus marchas y protestas han remecido el “status quo” obligando a los diputados y senadores a legislar en favor de los más desposeídos, han doblegado a un gobierno, ensimismado sólo en las variables económicas y cautivo de un sector político conservador y elitista, a impulsar una agenda social que en algo aporta a mejorar las condiciones de vida de millones de chilenos.

Estos jóvenes, muchas veces criticados, discriminados y catalogados como vándalos y/o delincuentes, son quienes han empujado con fuerza a la clase política chilena a iniciar un proceso constituyente para terminar con una carta magna heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, por lo demás validada por años por los diversos gobiernos de turno.

Son estos jóvenes quienes han logrado instalar una discusión de forma y fondo en torno al sistema de pensiones; las tarifas de las cuentas de la luz, el agua y el TAG, o el precario sistema de salud pública que mata a diario a miles de chilenos.  Es esta juventud la que generado que nuestros honorables aborden de una vez por todas la reducción de sus dietas parlamentarias y los millonarios sueldos que gozan las altas autoridades de este país.

Son nuestros jóvenes quienes han enfrentado a Carabineros sin temor, pero sufriendo en carne propia el actuar desmedido de estos funcionarios del Estado, ya que son sus nombres mayoritariamente los que figuran en los sendos informes de organismo internacionales que confirman la vulneración de los Derechos Humanos desde que comenzaron las manifestaciones.

La juventud chilena ha asumido su rol en la historia, han sido ellos quienes se atrevieron a decir no más abusos ni privilegios… y lo hacen desde una lógica distinta, un pensar ajeno al individualismo, al materialismo y la normalidad a la que estamos acostumbrados. Desconocen a la autoridad y su legitimidad, porque entienden que es esta institucionalidad la que ha validado un modelo de desarrollo que trastoca valores y principios que atentan contra la dignidad de las personas.

Llega el 2020 y con él nuevos desafíos para Chile, para la sociedad y por sobre todo para nuestra juventud, principalmente el de entender que los cambios se inician desde la ruptura pero que requieren de una necesaria estructura política y social capaz de convocar a otros para sacudir al sistema y sus injusticias con las herramientas que nos entrega la Democracia.

Este nuevo año exige más participación y responsabilidad ciudadana en las próximas elecciones; requiere de un mayor involucramiento en la “cosa común” y, por sobre todo, el generar una permanente supervigilancia de lo que hacen y no hacen nuestros representantes en el Congreso, para defender lo logrado, para algunos poco, para otros impensado, y de esta forma impedir que las cosas vuelvan a la “normalidad”, a esa normalidad sustentada en los privilegios de algunos en desmedro de la gran mayoría de los chilenos.


 

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