Por: Patricio Torres L. Académico FAE – UTEM
Oficialmente, el coronavirus ha sido declarado pandemia mundial, que a la fecha ha infectado 20 veces más la cantidad de gente que fue infectada por el SARS, con un total de 7000 muertes alrededor del mundo hasta ahora. Chile encabeza la tasa de contagios a nivel continental, y mientras muchos apuntan a un laxismo gubernamental, en cuanto a medidas que mitigaran la propagación del virus, la gente desconcertada acapara lo máximo posible vaciando los supermercados ante una histeria colectiva, trayendo a mi mente el mismo fenómeno que presencié cuando el huracán Katrina golpeó Miami el año 2005, en donde la gente se peleaba por gasolina y comida.
Noemi Klein, en su libro “La doctrina del shock” señala que son los momentos de crisis, en donde impera la confusión y desorientación en el común denominador de las personas (y particularmente en Chile en donde las contradiciones de ministros, expertos, academia ha sido pan de cada día), cuando se presenta la perfecta coyuntura para que los gobiernos y la élite implementen una agenda política que de otra forma se enfrentaría con una inmensa oposición por parte de la ciudadanía.
Según la autora, son los momentos de conmoción colectiva producto de las consecuencias de guerras, desastres naturales y crisis económicas que generan soluciones de libre mercado a las crisis, que exacerban aún más las desigualdades de los ciudadanos.
Mientras el presidente Piñera acaba de anunciar un plan de contingencia frente al virus de USD 275 millones con los siguientes objetivos: financiar la compra de insumos y equipamientos necesarios, fortalecer la operación de los hospitales y de laboratorios de diagnóstico, extender los horarios de atención, habilitar camas adicionales y construir hospitales; días antes, la ex ministra de educación Marcela Cubillos asumía la dirección ejecutiva de Libertad y Desarrollo, el principal Think tank del gremialismo, centro de estudios que ya debe estar en reuniones con el segundo piso de La Moneda liderado por Cristian Larroulet (fundador de L y D), con una lista de soluciones pro- libre mercado para paliar la crisis.
¿Qué empresas construirán estos hospitales? ¿A qué familias estarán ligados? ¿Seguirá el nepotismo imperando como parte del plan de acción de gobierno ante una crisis?
Es ahora cuando la ciudadanía debe estar más atenta que nunca a tales hechos. Al analizar la historia, es durante las crisis de gran escala donde surgen industrias privadas para beneficiarse directamente de éstas; Chile cambió y sus ciudadanos exigimos una total transparencia frente al manejo y uso de los recursos que son financiados por todos los chilenos.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.