[Opinión] La Educación Técnico Profesional: un pilar clave para el bienestar social en tiempos de cambio

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Por: Ángelo Palazzi L. Director de Corporación Pro O’Higgins. Vicerrector Sede Rancagua, INACAP


El rol del capital humano como motor de desarrollo productivo y crecimiento de los países es uno de los temas más estudiados en ciencias sociales. El consenso es amplio: la educación determina la productividad de los trabajadores, sus niveles de ingresos y, en último término, el nivel agregado del bienestar de la sociedad.

Somos testigos de una época caracterizada por constantes cambios tecnológicos, que demandan un capital humano con competencias técnicas de alto nivel. Por ello, la Educación Técnico-Profesional requiere una proyección más allá de los programas escolares, que asegure oportunidades claras de aprendizaje posterior.

En ese contexto, es necesario que las instituciones educativas técnico profesionales de nivel superior, desarrollen un relacionamiento efectivo con la Educación Media, que orienten sus esfuerzos en la formación continua de docentes y directivos, promuevan la innovación y el emprendimiento, la orientación vocacional profesional, el reforzamiento propedéutico  y la adopción tecnológica en un ambiente de transformación digital.

Asimismo, se requiere realizar una serie de programas de fortalecimiento a la Educación Media, dentro de los cuales se encuentran planes de apoyo a la implementación curricular, cursos de perfeccionamiento, seminarios de actualidad y un plan de apoyo a la orientación profesional, y que den cobertura y alcance a la totalidad los establecimientos educacionales de enseñanza media de nuestra región y el país.

Resulta fundamental reconocer cuáles son los aprendizajes previos de estudiantes que hayan cursado especialidades técnico -profesionales de Enseñanza Media. Por lo mismo, es fundamental contar con un Sistema de Articulación de Educación Media Técnico-Profesional, potenciando virtudes y conocimientos, permitiendo que los estudiantes puedan continuar itinerarios formativos en las instituciones de educación técnico profesional de nivel superior, como los Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales.

La evidencia internacional sugiere que aquellos países que han avanzado en conectar su oferta formativa técnica-profesional, entre sus distintos niveles, han declarado explícitamente que la articulación es una meta prioritaria y, ante ello, realizan acciones múltiples para alcanzarla. Sin embargo, a nivel nacional aún tenemos mucho por avanzar.

Con la incorporación de metodologías y herramientas que permitan mejorar la calidad de la educación, preferentemente en la Educación Media Técnico-Profesional, seguiremos en el camino correcto, con miras a seguir robusteciendo el marco regulatorio, facilitando el progreso educativo eficiente de los grupos de estudiantes que deciden cursar cursos técnicos, para fortalecer así la educación técnica y, en consecuencia, el capital humano de nuestra Región de O’Higgins y del país.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.

 

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