[Opinión] Flexibilidad: la ventaja de los emprendedores

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Por: Susana Sierra. Fundadora y directora de Fundación Independízate e integrante de G100


Tanto en Chile como en el mundo entero estamos enfrentando la crisis económica y sanitaria más grande del último siglo. El impacto del COVID-19 lo han sufrido la sociedad en su conjunto, pero también las empresas, sin importar si son grandes, medianas o chicas, aun cuando, naturalmente, hay rubros más golpeados que otros como el entretenimiento, restaurantes, hoteles y gimnasios, entre otros.

Esta pandemia ha paralizado las economías a nivel global, lo que ha provocado que miles de millones de personas hayan perdido su fuente laboral. Según datos entregados por el Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales UC, solo en Chile en un año se han perdido 2,3 millones de trabajos.

No cabe la menor duda: para lograr salir de esta crisis, todas las empresas se deben reinventar. De alguna manera, debemos comenzar de cero para poder recuperar estos empleos.

La reinvención del negocio surge como la única alternativa posible para lograr esta reactivación, y para lograrla, lo primero que un emprendedor o empresa debe hacer es volver a estudiar a sus clientes, porque así como las empresas están cambiando, las necesidades de los clientes también cambian.

Debemos de ser capaces de ver qué es lo que buscan hoy, cuáles son las nuevas necesidades y hacia dónde apuntan sus prioridades, para así poder reinventar nuestro producto o servicio y volver a ser un aporte para la sociedad.

Pero esta reinvención del negocio no solo afecta a la oferta de producto o servicio que la empresa hace, sino que atañe a modos más profundos del “hacer empresa”. La forma de trabajar en equipo, el cómo aprovechamos el tiempo entre los colaboradores, cómo nos afianzamos y cómo logramos encontrar juntos nuevas soluciones frente a los cambios que nos presenta la nueva realidad resultan procesos clave en este periodo.

Es un gran desafío entender y aprender a insertarnos en el nuevo orden que ha dejado el COVID-19. Por primera vez, todos los países del mundo se están enfrentando el mismo problema al mismo tiempo, lo que nos permitirá ser capaces de encontrar soluciones globales y no solo locales. Esta situación se presenta como una oportunidad para incorporar nuevas tecnologías que nos permitan adaptarnos a estos cambios.

Durante 2020 cambió el mundo que conocíamos y es innegable que ya nada volverá a ser como antes. Pero lo que sí tenemos claro, es que ya no podemos seguir siendo exitosos haciendo lo mismo, debemos buscar la forma de adaptarnos a este nuevo orden, lograr entender los nuevos problemas y apuntar a entregar soluciones rápidas y eficientes.

En este nuevo escenario de incertidumbres, los emprendedores corremos con ventaja: somos flexibles por naturaleza y, con mucho esfuerzo y dedicación, lograremos reinventarnos con mayor rapidez. Todos estamos pensando en el corto plazo, en lo que pasará mañana, porque el largo plazo aún es incierto, pero si los emprendedores queremos salir fortalecidos de esta crisis, debemos ser capaces de adelantarnos y proyectarnos a futuro.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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