Por: Arnaldo Canales. Director ejecutivo de Fundación Liderazgo Chile
Como Fundación Liderazgo Chile (FLICH.org), entidad que se ha encargado de promover la Educación Emocional, tanto en Chile como en América Latina, beneficiando a miles de niños y niñas con la entrega de herramientas socioemocionales, no podemos quedarnos ajenos a la tragedia que ha significado la desaparición y muerte de Tomás Bravo, en el sector rural de Caripilum, en la comuna de Arauco.
Junto con lamentar enormemente el fallecimiento este menor y, de paso, expresar nuestras sinceras condolencias a su familia y seres queridos más cercanos, este drama nos lleva a reflexionar respecto a la urgente necesidad de trabajar en la prevención de comportamientos disruptivos en los adultos, el mal manejo de la impulsividad, el menosprecio y la ira, y cualquier tipo de acción que pueda llevar a atentar contra la vida de otra persona.
La Educación Emocional, tras varios años de investigaciones y estudios que han demostrado sus positivos resultados, permite normalizar emocionalmente los distintos temperamentos y situaciones, donde muchas veces la impulsividad nos gana la batalla.
Una batalla que hemos visto perder, por ejemplo, en el aumento sostenido que ha habido en Chile respecto a otro tipo de delitos, como la violencia intrafamiliar, el bullying y el cyberbullying, la violencia de género, el alza en la cifra de homicidios, entre otros.
Un adulto que no es regulado emocionalmente, es alguien que está propenso a cometer ilícitos de diversa índole.
Por este motivo, como Fundación Liderazgo Chile seguiremos impulsando, con más fuerza que nunca, la discusión por la Ley de Educación Emocional que presentamos en la Cámara de Diputados, en el año 2019. Esto, para concretar nuestro anhelo de poder dotar de distintas herramientas socioemocionales desde la primera infancia, de tal modo que niños y niñas crezcan con los recursos cognitivos necesarios para expresar sus emociones y, a futuro, evitar tragedias tan dolorosas como la que hemos presenciado estos últimos días.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.