Por: Cristobal Haverbeck. Gerente General de Grupo Laevo
En agronomía, entendemos como plagas a los animales, plantas y microorganismos que tienen efectos negativos sobre la producción agrícola. Por lo general, éstas existen y prosperan cuando hay una fuente concentrada y fiable de alimento. Muchas veces, las medidas que se utilizan para aumentar la productividad de los cultivos crean un ambiente favorable para las plagas.
Entre las que más se destacan son los insectos, ácaros, nemátodos, malezas, roedores, virus, bacterias, hongos, aves, entre otros. Éstos pueden operar como una plaga directa, que sucede cuando la especie daña directamente a los órganos de la planta a cosechar, o como una plaga indirecta, que ocurre cuando las especies dañan un órgano de ésta que no son parte de la cosecha, pero sí influye de manera directa en ella.
El control oficial de plagas involucra todas las acciones que se ejercen para regular, suprimir o erradicar una plaga cuarentenaria que esté presente en alguna zona del país, así como proteger las áreas libres.
El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) es la institución que debe identificar las principales plagas agrícolas en Chile y hasta la fecha las clasifica en cuatro grupos: plagas cuarentenarias presentes bajo control oficial, plagas cuarentenarias ausentes bajo medidas emergenciales, plagas cuarentenarias ausentes y plagas relevantes presentes.
Para combatirlas hay varios métodos, tales como: Controles mecánicos que utilizan barreras y trampas para impedir que las plagas ingresen a los cultivos. Por otro lado, el control biológico que usa procesos y materiales biológicos para frenar la plaga. Y controles químicos que son pesticidas sintéticos solamente cuando es necesario y en la cantidad y momento adecuados para tener impacto en el ciclo vital de la plaga.
Si bien se han mencionado principalmente enfermedades, virus e insectos, las aves son una de las plagas responsables de una inmensa parte de las pérdidas y mermas de los agricultores en sus cultivos, ya que picotean los frutos hasta dejarlos inutilizables. Tanto así que, según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura, un 55% de producción de las frutas y hortalizas se pierde cada año, en donde el picoteo de aves son uno de los principales problemas.
Existen tecnologías sustentables que ayudan a dispersar las plagas, por ejemplo la tecnología UV elimina virus, bacterias, hongos en cosa de minutos ideal para la agricultura sobre todo en su proceso de post cosecha. Por otro lado, la tecnología láser es un complemento fundamental para el control de plagas de aves ayudando a la industria agrícola quienes son las más golpeadas por la presencia de pájaros y merman la producción. Otros métodos a la fecha, tienen que ver con equipos ultrasonido, cañones de ruido, cubiertas plásticas, entre otros.
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