Por: Francisco Meza A. Ing. Agr. M. Sc.Investigador en recursos hídricos INIA Intihuasi. Pdte Comisión Recursos Hídricos Colegio de Ing. Agrónomos de Chile. Integrante Comité Técnico Científico del Agua, Región de Coquimbo
El agua dulce es un compuesto escaso en el planeta, menor al 2,5 % del total existente, estando solo un pequeño porcentaje a disposición de los usos de interés para el ser humano gracias a la existencia del ciclo hidrológico, el cual tiene la característica de purificar el agua para todos los usos. El ciclo del agua debe considerarse desde una visión sistémica que requiere sea apoyado con la gestión y manejo del agua de manera integral a nivel de cuenca hidrográfica.
¿Qué pasaría si no hubiera suficiente agua dulce? La falta de agua provocaría una catástrofe en la agricultura de riego, no pudiendo realizarse la producción de alimentos.
Chile y muchas partes del mundo, se están enfrentando a las sequías más intensas y recurrentes de los últimos 60 años, lo cual estaría intensificándose por el cambio climático. No solo la actividad agrícola en Chile se ha visto afectada, si no también numerosos otros usos como el suministro de bebida para la población, debiendo recurrir al acarreo de agua con grandes costos y dificultades para el Estado y las personas, especialmente en los sistemas de agua potable rural, APR.
En el campo, los agricultores han debido aumentar la eficiencia de uso extra e intra predial, mejorar los sistemas de regulación y control hidrológico por cuencas y la gestión del recurso, debiendo entre todos los usos ir asumiendo los desafíos ambientales que la falta de agua implica para los ecosistemas y medio ambiente.
La eficiencia de uso debe ser una motivación, pero también debe considerarse la eficiencia a nivel de cuenca, incluido los requerimientos ambientales, de tal forma que el sistema productivo sea sustentable y sostenible. Actualmente existen tecnologías modernas de manejo y control remoto de los suministros de agua que ayudan de gran manera a la gestión del recurso y control en la mayoría de los usos, especialmente en la agricultura de riego. La Región es pionera en Chile en gestión y regulación hidrológica para asegurar el riego de los cultivos, como lo es el sistema Paloma en Limarí y el control remoto de compuertas de canal en Elqui y Choapa.
En las propuestas se deben considerar prácticamente todas las alternativas posibles para captar agua dulce, en especial para el centro norte de Chile y zona mediterránea central, sin dejar de estar atentos con el centro sur, con acciones que deben ir desde factibilidad de nuevos embalses de cabecera, recambio genético de especies o cultivos agrícolas de menor demanda hídrica, aumento de eficiencia del riego agrícola, mejorar la gestión del recurso a todo nivel, fortalecer las organizaciones de usuarios, abordar temáticas como recarga artificial de acuíferos, cosecha agua lluvias, cosecha de agua de atrapanieblas, tratamiento de aguas servidas, desalinización y fortalecimiento equipos de investigación y transferencia tecnológica, entre varias otras acciones.
Todas las temáticas en torno al agua se deberán ir abordando cada vez con mayor decisión y esfuerzo, donde es primordial fortalecer la cultura del agua, desde la primera enseñanza hasta la difusión permanente a la población sobre la importancia del cuidado, ahorro y protección del agua y medio ambiente.
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