[Opinión] Se necesita un físico para entender las elecciones en Chile

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Por: Ricardo Neira N. Ingeniero Civil. Master en Sociedad de la Información y Conocimiento. Académico AI40


Las tecnologías disruptivas, fundamentalmente las que desarrollan las Redes Sociales RRSS, han profundizado lo que Zygmunt Bauman denominaba el Mundo Líquido. Este se entiende como el estado fluido y volátil de la actual sociedad, sin valores demasiado sólidos, con una incertidumbre por la acelerada premura de los cambios, donde la globalización y las tecnologías han jugado un rol importante, y que han debilitado las relaciones entre los seres humanos.

Esta liquidez, profundizada por los algoritmos de las RRSS, ha enfatizado el individualismo, la no solidaridad, las soluciones personales rápidas, y por tanto también, la intolerancia antes las frustraciones.

Sobre las Tecnologías Disruptivas de las RRSS: uno de los aspectos, que debemos estar conscientes, es que las tecnologías han generado grandes beneficios a la humanidad. Sin embargo, debemos estar atento a las consecuencias que algunas puedan traer aparejadas. Es importante destacar, que la función principal de estos algoritmos es mejorar la experiencia del usuario en las redes sociales. Recopilando grandes cantidades de información de los usuarios (preferencias sociales, de marketing, políticas, entre otras) entregándole, a su vez, contenidos que se adapten a esas preferencias y se sienta satisfecho y valorizado como persona, y así permanezcan más conectados a estas redes transformándose finalmente en una adicción.

Esta información entregada se produce a expensas del bienestar del usuario o bien de la comunidad local o global. Esto modifica la forma de pensar del usuario, donde los valores o principios que adquiere son modificables en el tiempo (este tiempo depende de las tecnologías disruptivas) generado Incertidumbre y Valores Líquidos. Finalmente, lo que es también importante conocer, es que los algoritmos conectan a la persona con gente que comparten los mismos valores y principios que en algunos casos pueden tener un efecto de resonancia que pueden ser peligrosos.

Cabe señalar que, el Modelo Neoliberal es una representación particular del capitalismo globalizado, que se expresa donde los grandes capitales son los principales denominadores del escenario sociopolítico con una gran influencia cultural, enfatizando el consumo y la despreocupación por el medio ambiente, la contaminación, y centrada en el individualismo.

Por otra parte, es importante señalar que la forma de realizar distinciones de ciudadanos como de izquierda o derecha, es una dicotomía y clásica distinción que se remonta a la Revolución Francesa y que en la actualidad está francamente superada, obsoleta, debido a los nuevos antagonismos que presenta este mundo líquido. En consecuencia, debido a las condiciones actuales en que se desenvuelven las sociedades y los individuos, la clasificación debería estar dentro del contexto de la liquidez de las sociedades, con otra taxonomía. Sin embargo, para mayor comprensión realizaremos esta distinción.

El caso chileno es un fiel reflejo de lo expresado anteriormente, lo que se ha visto manifestado en las últimas elecciones en Chile, donde los votantes han tomado decisiones por distintos sectores, cambiando sus preferencias en meses, lo que antes ocurrían en décadas.

En el plebiscito de entrada para la nueva constitución realizada el 25 de octubre 2020 el Apruebo (Izquierda) obtuvo un 78 % y el Rechazo 22% (Derecha). Seis meses después, en las elecciones de convencionales constituyentes, realizadas el 15 y 16 de mayo de 2021, la Derecha obtiene un 21 % Izquierda 79%., manteniendo la misma proporción de la votación anterior.

Estas elecciones se realizaron en la misma fecha que las elecciones municipales y de gobernadores regionales. Un par de meses después, se realizan las primarias presidenciales el 18 de julio de 2021, donde se eligieron los candidatos presidenciales de dos coaliciones, que no competían entre sí, pero es interesante saber para el análisis el porcentaje de los votantes tanto de Izquierda 57% como de Derecha 43%.

Sin embargo, cuatro meses después se realiza la elección presidencial de Chile para el período 2022-2026 el 21 de noviembre de 2021, en conjunto con las elecciones de diputados, senadores y las elecciones de consejeros regionales. Y se obtiene, como resultado para la Derecha un 54%, y un 46% para la Izquierda. Solo un mes después en el balotaje, que tuvo lugar el 19 de diciembre de 2021, la Izquierda obtiene 56% y la Derecha un 44%. Por último, después de ocho meses, en el plebiscito de salida, el Rechazo (Derecha) obtiene un 62% y la (Izquierda) un 38%.

En conclusión, la sociedad líquida en Chile es una realidad, y para realizar un adecuado análisis se debe considerar los anteriormente expuesto y que son: la penetración de las RRSS en la vida cotidiana; el énfasis en el individualismo y la obsolescencia de la separación de izquierdas y derechas de los ciudadanos.

Por último, siempre se deberá tener en cuenta que los factores que describen a los votantes tendrán una corta duración, ya que puede variar su composición de acuerdo con su fusión a las temperaturas socio políticas y a la presión social que tengan en ese espacio tiempo. Tal vez, los analistas políticos deberán especializarse en física para entender este nuevo mundo líquido que se nos presenta, y lo que hoy revela un resultado electoral, en un par de meses más, probablemente, será otro totalmente distinto.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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