El senador por la Región de O’Higgins, Juan Luis Castro, indicó que espera que este mismo mes quede promulgada la ley
Con voto unánime se aprobó en particular el proyecto que crea la ley de fibromialgia y el dolor crónico no oncológico en el Senado, por lo que ahora va directo a la Cámara Baja.
La legislación, tiene como fin promover y garantizar el cuidado integral de la salud de las personas con fibromialgia y dolores crónicos no oncológicos en búsqueda de mejorar su calidad de vida, independiente del régimen previsional o sistema de salud del cual formen parte o de las acciones en salud para el alivio o manejo del dolor que dichos pacientes requieran.
La fibromialgia es un síndrome que afecta entre a un 2-5% de la población en países desarrollados (en su mayoría mujeres – diagnosticado principalmente entre los 40 y 50 años) y que se caracteriza por dolor crónico musculo esquelético generalizado. Si bien los síntomas más descritos son: múltiples áreas sensibles en puntos gatillos, fatiga y trastornos del sueño, también se asocia comúnmente a rigidez por las mañanas, entumecimiento de manos y pies, cefaleas, ansiedad y depresión.
“Es un día de alegría para más de 200 mil mujeres en Chile que sufren de fibromialgia y dolor crónico, porque se ha despachado con voto unánime del Senado en el segundo trámite constitucional la Ley de la Fibromialgia. Va a haber licencia médica con tiempo asegurado, terapia para el dolor y la depresión, va a haber promoción para que la gente comprenda y el empleador sobre todo cuando hay una mujer muy afectada por esta dolencia, que es muy seria e impacta mucho la emocionalidad de las personas”, apuntó el senador Castro.
El proyecto contempla derechos a los pacientes a una atención preferente y oportuna por cualquier prestador de acciones de salud, a tener un diagnóstico temprano y oportuno a través de una evaluación médica precisa y accesible, contar con los cuidados necesarios para favorecer el resguardo de su salud mental y física.
Además, el Estado propiciará el acceso a medicamentos, fitofármacos, tratamientos, terapias físicas y psicológicas, rehabilitación, medicinas y fitoterapias complementarias y ayudas técnicas de manera oportuna y eficaz, considerando la edad y diagnóstico de la persona.
De igual forma, se consignan dos derechos fundamentales, siendo uno de ellos que el Estado velará que toda persona con fibromialgia y/o dolores crónicos no oncológicos tenga acceso libre e igualitario al sistema previsional de salud y a su adecuada protección, independiente del tratamiento médico elegido para paliar el dolor.
Contempla que las licencias médicas que se otorguen por fibromialgia o por dolores crónicos no oncológicos no podrán rechazarse por su solo diagnóstico, ni sujetarse a un procedimiento especial, particular o discriminatorio que afecte el normal proceso de tramitación.
“Nos sentimos muy entusiasmados y alegres de poder avanzar hacia el último trámite en la Cámara de Diputados para que ya tengamos en enero ojalá la ley de fibromialgia promulgada (…) Hablamos de personas que peregrinan por un diagnóstico. Valoro que se reconozcan los medicamentos para este mal y que exista un protocolo de manejo”, sentenció.