Por: Samuel Montupil. Country manager de Defontana
Según la última Encuesta de Adopción Digital en Hispanoamérica de Movistar Empresas, el 89% de las pymes en la región piensa invertir más en su digitalización este año y el 69% reconoce un impacto positivo de la adopción de tecnología. En Chile, el 42% aumentó sus ventas, 39% mejoró su productividad y 35% tuvo ahorros en costos y optimizó la experiencia de sus clientes. Excelentes noticias para la transformación de un sector tremendamente importante para la economía que necesita con urgencia todo el apoyo necesario para crecer.
No obstante, el estudio da cuenta de que la mayoría de las pymes, 68%, ha invertido en tecnologías para tener presencia en redes sociales; y un porcentaje muy bajo declaró la adopción de herramientas para digitalizar sus procesos de negocio como ERP, nube y ciberseguridad. Es ahí, sin duda, donde está ahora el mayor reto para este sector.
En efecto, la digitalización de los procesos de negocio permite no solo su automatización para hacerlos más eficientes, sino también tener la empresa ordenada, ahorrar costos, centralizar la información y tener acceso a ella en línea, mejorando la toma de decisiones y el desempeño íntegro del negocio.
Sin embargo, aún hay mitos qué derribar. El 30% de las pymes dice que el mayor obstáculo para su digitalización es el alto costo de los sistemas, su complejidad y la falta de conocimiento digital de sus colaboradores. Lo cierto es que hoy existen ecosistemas de gestión empresarial 100% web, muy fáciles de implementar, ciberseguros y escalables, incluso sin costo para comenzar en este viaje de transformación.
No importa el tamaño de la empresa, lo que importa es qué tan digitalizada está. Hoy una Pyme puede adquirir software de gestión empresarial aun cuando su planta esté compuesta por 2 personas. Hoy la digitalización es desde el día cero en una empresa. Así los procesos de adopción son mucho más fáciles.
La digitalización no es solo implementar tecnología porque sí, es fomentar y cultivar una cultura de mejora continua permanente apoyada en un ecosistema que permita una interoperabilidad eficiente, segura, productiva y sostenible en el tiempo.
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