Por: Jaime Gutiérrez B. Director del Servicio de Salud O’Higgins
La reciente noticia sobre la recepción de oferta técnica para la construcción de nuevos hospitales en las comunas de Rengo y Pichilemu no solo trae consigo la promesa de una atención médica mejorada, sino que también resalta la importancia de la colaboración entre el sector público y privado en la realización de proyectos en salud. La asociación entre el Grupo CRCC CHILE, el Ministerio de Obras Públicas y el Servicio de Salud O’Higgins es un claro ejemplo de cómo unir fuerzas puede dar lugar a resultados significativos y duraderos en el campo de la salud.
La colaboración público-privada es una estrategia que ha cobrado relevancia en los últimos años, con casi 20 procesos de asociación pública privada a nivel nacional, ya que combina la experiencia y los recursos de ambos sectores para lograr objetivos comunes.
En el caso de la construcción de hospitales, esta asociación es especialmente valiosa, ya que permite aprovechar la experiencia en ingeniería y construcción del sector privado junto con todo el del recurso humano aportado por del sector público, para contar con dispositivos médicos modernos y de alta calidad.
El proyecto “Red de Hospitales O’Higgins” es un claro ejemplo de cómo esta colaboración puede marcar la diferencia. La inversión sustancial y el compromiso de ambas partes demuestran que cuando se trabaja juntos, se pueden superar desafíos financieros y técnicos que de otro modo podrían ser difíciles de abordar, acelerando los plazos de construcción y puesta en marcha de los hospitales.
En lugar de depender únicamente de los fondos y recursos del gobierno, la inversión del sector privado puede agilizar el proceso, permitiendo que las instalaciones estén disponibles para la comunidad en un período más corto.
Además, esta colaboración no solo beneficia a las comunas locales, sino que tienen un impacto en toda la red de salud regional. La construcción de instalaciones médicas modernas puede atraer a profesionales de la salud altamente calificados, mejorando la calidad general de la atención médica en la región. Además, al diversificar la cartera de servicios médicos, se puede atender a una variedad más amplia de necesidades de salud, lo que en última instancia beneficia a la comunidad en su conjunto.
Si bien no podemos tener la certeza en un 100% de que el proceso sea exitoso, confiamos en los antecedentes presentados por el concesionario y que ya ha tenido experiencia de concesiones en salud con muy buenas referencias al respecto, lo que nos deja muy optimistas para enfrentar la segunda fase que será el 25 y 26 de septiembre en las cuáles se harán las evaluaciones de tipo apertural económico y también la evaluación técnica.
Esperamos para esas fechas tener una recepción conforme de antecedentes y poder avanzar significativamente en la infraestructura de salud, permitiendo un futuro más beneficioso en temas sanitarios para toda la región de O’Higgins.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.
Recomendamos