Tras el respaldo del Senado al texto que incluye una serie de enmiendas. Durante el debate, se recalcó la urgencia de la dictación del reglamento de la ley, que data de 2018
Como una forma “de enfrentar la escases hídrica y hacer frente a los efectos del cambio climático”, el Senado respaldó por unanimidad el proyecto que modifica la ley 21.075, que regula la recolección, reutilización y disposición de aguas grises, para fomentar la reutilización de aguas grises en la agricultura.
El texto fue analizado por las Comisiones de Agricultura y Recursos Hídricos, respectivamente, y busca que las aguas grises (aguas servidas domésticas residuales provenientes de las tinas de baño, duchas, lavaderos, lavatorios y otros, excluyendo las aguas negras) puedan ser utilizadas en cultivos silvoagropecuarios, tales como especies frutales, cereales, viveros, plantas leñosas, cultivos de flores, entre otros.
Cabe precisar que se mantiene la prohibición de su uso para el riego de frutas y hortalizas que crezcan a ras de suelo y que suelen ser consumidas crudas por las personas, o que sirvan de alimento a animales que pueden transmitir afecciones a la salud humana.
Además, se instó a seguir avanzando en la lógica de ampliar el tratamiento de las aguas grises, pensando en lo rural y urbano, “para el uso racional del agua”. Otro punto levantado fue el necesario trabajo interministerial y el generar infraestructura que separe las aguas grises y las negras como política pública.
La ministra de Medio Ambiente, María Heloisa Rojas y el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, reconocieron la importancia de encontrar seguridad hídrica.
“Tenemos 275 comunas bajo emergencia agrícola por déficit hídrico, lo que significa que tenemos que encontrar nuevas fuentes”, precisó la jefa de la cartera de Medio Ambiente; mientras que el ministro Valenzuela indicó que, sobre verduras rastreras, en donde existe prohibición para el uso de aguas grises, “se han encargado estudios para explorar y monitorear si ciertas hortalizas se pueden incorporar en lo sucesivo”.
Ahora, la Cámara de Diputadas y Diputados deberá refrendar las enmiendas de introducidas por el Senado, y que fueron acordadas con el Ejecutivo, y que incluyen el reducir el plazo para la adecuación del respectivo reglamento, lo que deberá ocurrir en 6 meses.