Iniciativa PROVOCA certifica a su segunda generación de mentoras STEM

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23 nuevas mentoras quedaron  habilitadas para acompañar a estudiantes de la iniciativa desde el 2024


La iniciativa PROVOCA, de AUI/NRAO, que busca promover, guiar, acompañar y retener vocaciones femeninas en las disciplinas STEM (ciencia, informática, ingeniería y matemática), acaba de certificar a su segunda generación de mentoras, 23 mujeres que seguirán inspirando a las nuevas generaciones de chilenas. La ceremonia se realizó el sábado 9 de diciembre, y en ella -integrantes de todo Chile- presentaron innovadores proyectos de certificación.

El programa las trajo desde sus regiones de residencia hasta Santiago, donde se reunieron con sus colegas de la Región Metropolitana y 3 de las mentoras que están actualmente ejerciendo como tales.  Próximamente, el portafolio de mentoras certificadas contará con sus reseñas fotográficas, visibilizando sus biografías, vocaciones y trayectoria, de modo que más niñas y mujeres accedan a ellas como modelos de rol en las STEM y a futuro puedan postular a este programa de mentoría.

 

En la ceremonia de cierre, las candidatas presentaron sus proyectos grupales de certificación. En esta segunda generación de mentoras se formaron 9 grupos, con proyectos que incluyeron varias cuentas de Instagram, un juego, un video podcast, un taller para colegios, una serie de entrevistas y mucho más. Interesantes proyectos de certificación pusieron en valor temas como la migración académica, la vida en sistema de turnos, las decisiones vocacionales y los cambios de carrera, la visibilización de las mujeres STEM de Latinoamérica, entre otros.

Las mentoras 2023 tienen variadas ocupaciones, incluyendo por supuesto astrónomas, pero también expertas en ciencia de los materiales, ingenieras de minas, biólogas marinas, profesoras de ciencias y matemáticas, entre otras especialidades STEM. A partir de ahora están preparadas para ser voceras, modelos de rol y mentoras de la iniciativa PROVOCA.

Durante la ceremonia, recibieron video saludos de Sandra Cauffman, directora adjunta de la División de Astrofísica de la Dirección de Misión Científica de la NASA; Johanna Orellana, docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Cuenca y directora del programa de mentorías PROMEMCI, de la misma universidad; Camila Navarrete, mentora PROVOCA 2021 y astrónoma trabajando como investigadora postdoctoral en Niza, en el Observatorio de la Costa Azul (Observatoire de la Côte d’Azur); y Camila Pérez, una de las dos niñas de Toconao que fueron parte de la experiencia de modelos de rol que inspiró la creación de la iniciativa PROVOCA en octubre de 2018.

Numerosos otros saludos fueron recibidos y serán parte del material promocional de PROVOCA. Este es el caso de Camila Pérez, quien ha participado en numerosas actividades de PROVOCA y hoy se apresta a ingresar a la universidad, y en la ocasión señaló: “Toda niña debería tener la oportunidad de ser acompañada por una mentora.”

Asimismo, Camila Navarrete compartió cómo ha podido y querido mantenerse como mentora por segundo año consecutivo, a pesar de haberse ido a vivir a Francia, mostrándoles que es posible compatibilizar la complejidad de las diferencias horarias si uno así lo quiere. Mientras que, Sandra Cauffman las invitó a reflexionar sobre la importancia de los procesos de mentoría y de la entrega que significa ser mentora, como motor de cambio de las vidas y el apoyo de otras vocaciones.

Por su parte, Magdalena Osorio, mentora recién certificada y Dra. (c) Ciencias mención Microbiología, de formación Bioquímica del Instituto Milenio BASE de Investigación Antártica y Subantárticacomentó que  “El programa de formación de mentoras superó mis expectativas, en todo ámbito. La elección de las sesiones de trabajos, los temas que se abordan y el espacio seguro que se crea en ellos es fenomenal. Como cada sesión va ayudando a nuestro autoconocimiento e identidad como mujeres de estas áreas es súper potente, pues aprendimos a dar valor a nuestras trayectorias y creer en las capacidades que tenemos”

Osorio agregó que “las herramientas entregadas para realizar nuestras futuras mentorías son muy valiosas, ya que nos dan una base y más seguridad para poder interactuar de una forma más efectiva con niñas y jóvenes, que no es un desafío menor. Fue una experiencia increíble, debo decir que llegué con muchas dudas y expectativas, pues cuando postulé era la primera vez que escuchaba del programa”.

“En resumen, para mí, fue una experiencia de crecimiento personal y de desprivatización de malestares que aquejan a las mujeres en STEM, pero que al socializarlo en cada sesión nos dimos cuenta que el problema no somos nosotras, sino que es algo más grande y que juntas somos más fuertes para ser agentes de cambio en esos espacios. Lo cual evidentemente se los transmitiremos a las niñas y jóvenes que participen en el programa”, ernfatzió la investigadora.

Javiera Toro, mentora certificada el año 2021 y estudiante de astronomía de la Universidad de Chile (primera generación de PROVOCA y participante de la debutante experiencia de modelos de rol del 2018), comentó sus impresiones sobre los proyectos y las presentaciones de sus nuevas compañeras: “puedo decir que todos los proyectos fueron muy innovadores e ingeniosos, en comparación a los que hicimos en la primera generación. Tuvieron un enfoque muy creativo y bonito para llegar a audiencias jóvenes, y no solo eso, lograron hacer que el mensaje, ya sea de PROVOCA o de inclusión en STEM, se expanda de manera mucho más rápida, por los formatos escogidos. Pude reconocer cómo las sesiones y aprendizajes de PROVOCA se reflejaban en ellas y en sus presentaciones”.

Paulina Bocaz, representante y directora adjunta AUI/NRAO y líder del programa, destacó el poder de las redes que se forman al interior del programa, así como del crecimiento personal que éstas generan. “Sin mentoras, no hay programa. Esta iniciativa no existiría si no hubiese mujeres potentes que quieran dedicar su tiempo a explorar las habilidades que el programa ofrece, y tomar el desafío de hacer una introspección activa de sus historias en STEM. Del trabajo de autoconocimiento y autodescubrimiento personal de las mentoras, surge el beneficio y crecimiento de las estudiantes; y del crecimiento de las estudiantes, se nutre la vocación de las mentoras. Este es un círculo virtuoso”, aseguró Paulina.


 

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