“Reforma a la reforma”

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Por: Paulina Núñez, Diputada de la República


Cuando advertimos de los defectos de la reforma educacional, el Gobierno nos acusó de querer sembrar el terror y desinformar a la ciudadanía. Porque, cómo iba a ser posible que los colegios particulares subvencionados quisieran escapar de una reforma que los redimía de su orientación al lucro, devolviéndolos al servicio de una educación verdaderamente pública. Y así, en vez de dialogar y construir una reforma que enfrentara los problemas reales de nuestros colegios, se terminó promulgando un proyecto que, desgraciadamente, solo perjudica a las familias.

La Reforma Educacional se enfocó desde la propiedad de los colegios y su administración. De este modo, al enfocarse en la propiedad con el fin de prohibir el lucro, el gobierno puso mil trabas a la administración de los colegios, principalmente para evitar que pudieran generarse ventanas de lucro. Este enfoque, que evidentemente tiene serios visos de inconstitucionalidad, fue suplido por un ardid: los colegios subvencionados podrán optar por sumarse al nuevo sistema o pasar a ser íntegramente privados. Y hoy, a la vista de los problemas que se les suscitan, no es de extrañar –como lo advertimos en su momento– que los colegios quisieran pasar al sistema privado o, en su defecto, cerrar.

Si se hubiera escogido el camino de la una reforma al servicio de las personas, por el contrario, habríamos avanzado hacia una sociedad docente. La reforma educacional, en este caso, debió haber seguido los criterios que Claudio Matte, uno de los fundadores de la Sociedad de Instrucción Primaria, enunciara: tener buenos edificios, buenos profesores y buenos métodos. El país necesita repensar su modelo educativo, no modificar por ley la administración de los colegios. Cotejar métodos de los países más avanzados, relevar el rol del estudiante como protagonista de su aprendizaje y devolverle al Profesor su rol de autoridad debieron ser los ejes.

Si bien las reformas ya entrarán en vigor plenamente, la “reforma a la reforma” es inminente. Su suerte, sin embargo, quedará definida por el próximo gobierno y es ahí donde debemos recordar para elegir en las próximas elecciones el mejor bien para nuestras familias.

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