Por: Grace Zamorano Lobos. Profesora de Filosofía, Master en Neurociencias y Gastón Leiva. Investigador tecnológico. Master in Business Administration
Indudablemente, existen notables diferencias entre hombres y mujeres en muchos aspectos, y la comunicación no es una excepción. Una amplia bibliografía respalda la idea de que ambos géneros se comunican de maneras fundamentalmente distintas.
El entendimiento de las relaciones entre hombres y mujeres, así como la identificación y solución de los problemas derivados de la socialización, pueden estar directamente relacionado con las diferencias en la comunicación entre ambos géneros. Si bien algunos estudios sugieren que estas diferencias se originan principalmente en el aprendizaje, otras investigaciones argumentan que las habilidades sociales, incluido el lenguaje, pueden ser intrínsecamente superiores en las mujeres, lo que sugiere un componente innato en estas disparidades.
Para respaldar la idea de que estas diferencias son innatas, es crucial considerar cómo nuestras distintas composiciones hormonales influyen en nuestros comportamientos. Además, según diversos estudios, se ha observado que las estructuras cerebrales difieren entre géneros, destacando, por ejemplo, que la región cerebral asociada con el lenguaje es más grande en las mujeres en comparación con los hombres.
A su vez, las investigaciones mencionadas respaldan la noción de que las diferencias cognitivas relacionadas con el sexo se deben a las diferencias estructurales en nuestros cerebros. Por ejemplo, las pruebas espaciales y verbales administradas a hombres y mujeres en diversos contextos y culturas revelan que los hombres tienden a destacarse en tareas espaciales, mientras que las mujeres sobresalen en las verbales. Además, estas pruebas aplicadas a mujeres en diferentes fases del ciclo menstrual muestran fluctuaciones en los resultados, sugiriendo la influencia de las hormonas sexuales en las habilidades cognitivas.
No obstante, es esencial reconocer que gran parte del comportamiento humano se moldea a través del aprendizaje. Por consiguiente, nuestras diferencias en la forma de comunicarnos pueden ser, en parte, el resultado de estereotipos aprendidos, como las expectativas de crianza que llevan a las mujeres a ser más comunicativas y expresivas emocionalmente.
Una recopilación de investigaciones, identificó cinco aspectos clave que resumen las diferencias de comunicación entre hombres y mujeres: (1) las mujeres hablan más que los hombres; (2) las mujeres tienen más habilidades verbales que los hombres; (3) los hombres están más orientados a la acción en el uso del lenguaje, mientras que las mujeres están más orientadas a las relaciones; (4) los hombres son más competitivos en el uso del lenguaje, mientras que las mujeres son más cooperativas; y (5) las diferencias anteriores conducen a fricciones de comunicación regulares entre hombres y mujeres.
Además, otras diferencias en la comunicación incluyen patrones como la intención de respaldar la prominencia (más común en hombres) o construir relaciones (más común en mujeres), las variaciones en el uso de expresiones no verbales y el estilo de lenguaje utilizado en diferentes contextos.
Un estudio que comparó el contenido de Twitter en municipios liderados por hombres y mujeres, demostró que las alcaldesas tienden a usar un lenguaje más pasivo e informal, mientras que los alcaldes masculinos tienden a emplear un estilo más formal y jerárquico en sus comunicaciones. Esto sugiere que, en general, las mujeres utilizan un lenguaje más conectado socialmente, mientras que los hombres tienden a centrarse en temas objetivos y procesos formales. Estos resultados estaban en línea con la literatura anterior. Estos resultados son consistentes con investigaciones previas sobre el uso del lenguaje según el género.
Tal como se evidencia en la opinión anterior y en la experiencia de millones de personas, incluso psicólogos, psiquiatras y especialistas de la salud mental, a hombres y mujeres les cuesta entenderse en distintos grados, independientemente del tipo de relación que se tenga; romántica, amistad, laboral, etc. En general se dice que el problema de la comunicación se debe a diferencias cerebrales, hormonales, incluso mentales, tanto así, que cuando ya no es posible llegar a un acuerdo, cerramos con la frase “las mujeres son de Venus y los hombres de Marte”.
Si somos tan distintos, ¿quiere decir que una pareja homosexual se relaciona de mejor forma que una heterosexual?, ¿una madre se comunica mejor con su hija que con su hijo?¿un grupo de trabajo se comunica mejor cuando está formado por personas del mismo sexo que uno mixto?. Nos guste o no, la sociedad es heterogénea y neurodiversa, por lo tanto, es estrictamente necesario que la comunicación pueda cubrir todo este espectro y así establecer lazos entre nuestro mundo interno y el de la persona que se encuentra al lado.
Este tipo de cuestiones es necesario discutirlas y llevarlas a todos los niveles de la sociedad ya que, ésta es compleja y diversa, por lo tanto, este tipo de asuntos debe ser discutido y tratado una y otra vez hasta llegar a un acuerdo y un modelo que decante en nuestra vida diaria; personal y laboral, y así alcanzar una sociedad nueva y sana.
El problema de la comunicación no es un tema puntual entre hombres y mujeres, o únicamente de las relaciones románticas, es la misma sociedad en general, la que hoy no se comunica, debemos hacernos cargo y dejar de culpar inquisitivamente al sexo, al cerebro, las hormonas, incluso a la tecnología, sería ilógico culpar a la herramienta por la falta de habilidad del artesano.
Un estudio publicado en la revista Neuroscience & Biobehavioral Reviews (2021), concluye que, si bien, el cerebro de los hombres es más grande que el de las mujeres desde el nacimiento, la diferencia radica principalmente en el tamaño y no en la composición de estructuras. Pero cuando las diferencias estructurales y de lateralización están presentes independientemente del tamaño, el sexo/género explica sólo el 1% de la varianza total, por lo tanto, según mi opinión, se hace insostenible culpar al género por nuestra mala comunicación.
Antes del auge de las redes sociales y sistemas digitales de comunicación, se creía que los hombres tendrían preferencias por esta tecnología y que las mujeres continuarían con una inclinación hacia la comunicación en persona, pero un estudio publicado en la revista Computers in Human Behavior (2013), demostró que las mujeres se conectaban mucho más que los hombres, ya sea en videollamadas o aplicaciones de texto, el estudio sugiere que las mujeres se adaptaron a la tecnología para continuar comunicándose con la frecuencia necesaria.
La discusión de si hombres y mujeres se comunican de manera distinta no es nueva, a finales de los noventa se habían publicado varios estudios, afirmando estas diferencias, incluso en alguno de ellos se concluía que las diferencias son tan grandes que debería hablarse de dos culturas comunicativas; la de mujeres y hombres. En el 2004, una revisión publicada en la revista Sex Roles, cuestionó varios de estos estudios y expuso otros que afirmaban lo contrario.
Otros estudios por ejemplo, revelan que en la comunicación no verbal, esencialmente en el proceso de decodificación del mensaje, las diferencias entre hombres y mujeres se reduce bastante cuando se parcializa en personas con cualidades masculinas y femeninas, independiente de su sexo. Esto quiere decir que una mujer con cualidades masculinas desarrolladas, puede decodificar el mensaje no verbal de un hombre con mayor facilidad. Esto es importante si consideramos que estas cualidades tiene una base natural y también una influencia social.
Hombres y mujeres efectivamente tienen diferencias, y su forma de percibir y expresar por ejemplo emociones o ideas, es distinto en algunos grados según el estudio publicado en la revista Journal of Nonverbal Behavior, pero todas estas evidencias científicas no significan o respaldan que no pueda haber comunicación, de hecho, analógicamente podría considerarse como dos miradas de un objeto o acción desde dos puntos de vista, y que finalmente ayudan a comprender mejor y de manera más holística las cosas, y para esto, no debemos exigir a las mujeres que piensen o se comuniquen como hombres o viceversa, sino que crear un espacio modulador en común para que se encuentren ambas formas de ver y expresar el mundo.
Pero en definitiva, ¿hombres y mujeres se pueden comunicar y entender claramente?. La búsqueda a esta repuesta es fundamental, sobre todo en un sociedad que busca la paridad de género en la mayoría de las dimensiones de la estructura social. Por ejemplo, ¿no es acaso beneficioso para todos que un diputado y diputada puedan entender y comunicarse de manera clara y precisa antes de votar una ley?.
El ser humano tiene una caja de herramientas potentísima llamada cultura, la cual se contrapone generalmente con la naturaleza de este mismo, y dentro de ella podemos encontrar el lenguaje objetivo, tanto verbal como escrito, sólo en este, mujeres y hombres son igual, superando de esta forma sus cualidades y distinciones biológicas. Sin embargo, es importante tener presente que, por naturaleza, ambos sexos no somos iguales, sino complementarios, ¡y que bien que así sea!, puesto que, de este modo podemos enfocar las diversas situaciones de la vida desde perspectivas que pueden finalmente enriquecerse entre sí.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.