Por: Alfonso Bawarshi. CEO y Socio Fundador de Grupo Avanza
No es ningún misterio asegurar que la industria minera chilena destaca en todo el mundo. Nuestro país es responsable del 24% de la producción internacional de cobre y lidera las exportaciones de litio con un 58%, de acuerdo a cifras de SONAMI. El organismo además estima que para el año 2040 se necesitará casi el doble de cobre de lo que se produce hoy y casi 20 veces del litio disponible en la actualidad. Esto abre una enorme oportunidad para nosotros, en especial si consideramos que históricamente la minería ha acelerado el crecimiento y desarrollo local.
Pero más allá del aspecto económico, existe un factor crucial: la contaminación ambiental y la posibilidad de impactar de manera positiva en el planeta mediante la transición energética, eliminando los combustibles fósiles y en cambio, impulsando el auge de las energías renovables.
Chile posee los recursos, el talento y las capacidades tecnológicas para trabajar orientado hacia esta transición, pero lo que nos falta es asumir este sentido de urgencia. La posibilidad de destacar es relevante y hay que implementarla ahora, porque no sabemos si en pocos años más el cambio tecnológico nos va a llevar a una nueva tendencia mejor en costo y eficiencia.
El litio es lo que importa en el presente, y por lo tanto, Chile tiene abierta la opción de aportar a la descarbonización.
Para lograrlo, lo primero que debemos hacer es alinear al sector privado con las estrategias que se han venido implementando a nivel gubernamental en los últimos años.
Y no hablo sólo aquellas firmas que se dedican a la producción en sí, me refiero a la necesidad de que todas las empresas que trabajamos en el rubro como intermediarias o expertas en la gestión de personas nos enfoquemos en aportar talento en las distintas áreas de la minería, sumando profesionales especialistas en diferentes ámbitos y con una mirada holística, incluyendo el cuidado del medio ambiente, la descentralización, el trabajo en comunidades, la integración social, lo que se comunica a la sociedad, etc.
Otro gran desafío que tenemos por delante es el poco nivel de conocimiento de transformación digital que tienen las compañías mineras en general, junto a una postura conservadora en torno a la innovación. Muchas veces falta una mayor integración tecnológica, porque en lo que más se enfocan las empresas del rubro es en aumentar la productividad y reducir los costos, pero la visión tecnológica de largo plazo tiene falencias en cuanto a la gestión del cambio, la fijación de prioridades y la participación de todas las áreas por igual.
Como se dijo antes, esta oportunidad única implica también una oferta limitada. Para desarrollar y posicionarnos como referentes en la industria del litio, contamos con una ventana de ocho años aproximadamente. No hay más, es una situación de “tómalo o déjalo”. Conseguir la transición energética requiere de lo más importante: las personas y el talento que pueden aplicar a esta gran meta. Los chilenos más capacitados y capaces de generar conocimiento están llamados a trabajar desde ya al servicio de la minería y como país, sigue pendiente la tarea de superar todos los desafíos que enfrenta la industria.
Una última interrogante: ¿Por qué debemos sentirnos orgullosos de poder ser los protagonistas de este cambio? Porque esta es la manera en que el mundo se descarboniza. La minería nos abre la puerta para dejar de pelear por los combustibles fósiles y en cambio, destinar todos los esfuerzos a recursos sustentables que realmente ayuden al planeta.
No olvidemos dos cosas: la primera es que Chile es un país minero, y por lo tanto tendríamos que ser los primeros en asumir un rol activo en la transición energética. Lo segundo es impregnarnos de este sentido de urgencia. No es para mañana, es para ayer.
El medio ambiente nos está demostrando día a día que se requieren cambios para garantizar la sobrevivencia de las nuevas generaciones y si queremos evitar las externalidades negativas del cambio climático, es fundamental vivir en armonía con el ecosistema. La minería nos está ofreciendo una alternativa válida y asequible. Ojalá sepamos aprovecharla y cuanto antes, mejor.
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