Sostenibilidad en la cadena de valor: Un compromiso ineludible

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Por: Cristian Pastene. Representante de Dilmah en LATAM


Cada junio conmemoramos un nuevo Día Mundial del Medio Ambiente, una instancia para reflexionar sobre la enorme responsabilidad que tenemos como industria de alimentos y bebidas con el planeta. El proceso de elaboración artesanal del té, desde la meticulosa selección a mano de las hojas hasta su cuidadoso secado, enrollado y envasado, respetando el tiempo necesario para que las enzimas se expresen en el proceso de oxidación ejemplifica perfectamente esta responsabilidad. Cada etapa nos hace recordar la importancia de preservar y cuidar nuestros recursos naturales, un verdadero lujo que merece ser protegido.

Según una investigación de Bank of America (BofA), los recursos naturales y humanos de la tierra se están agotando a un ritmo alarmante. Se estima que para 2040 podríamos enfrentar escasez de agua potable, así como déficits en metales que amenazan con agravar la escasez de alimentos a nivel mundial.

Ante estos hallazgos y los efectos cada vez más evidentes del cambio climático, resulta urgente repensar nuestras prácticas industriales y preguntarnos cómo reducir nuestro impacto negativo y avanzar hacia un futuro más sostenible. La innovación y la sustentabilidad son pilares esenciales en este camino.

Como empresas, debemos desafiarnos a generar cambios y comprometernos a coexistir armoniosamente con la naturaleza, especialmente ante consumidores más preocupados por su bienestar y el medio ambiente. Es crucial desarrollar soluciones innovadoras y resilientes, así como implementar políticas de gestión empresarial sustentables. Agregar valor económico a la conservación de la biodiversidad e integrarla en el core business, es un paso que necesitamos cultivar en cada organización.

Hoy tenemos más alternativas a la mano para avanzar en esta línea en toda la cadena de valor. En Dilmah, hemos comprobado que impulsar la investigación para desarrollar productos más sostenibles y beneficiosos para los ecosistemas, junto con el diseño de estrategias de adaptación y mitigación, puede producir cambios significativos.

Otra manera efectiva y concreta es integrar la economía circular a nivel estratégico del negocio. Por ejemplo, las hojas de té o las bolsas ya utilizadas pueden ser compostadas para enriquecer los suelos. Junto a esto, reducir el tamaño de envases y utilizar menos materiales en etiquetas, bolsas y cajas son medidas adicionales que tienen un impacto significativo. Además, la transición hacia fuentes de energía limpia para reducir las emisiones de carbono y la adopción de tecnologías más eficientes en las fábricas constituyen aspectos clave.

Por último, debemos promover la transparencia y la educación en la industria y entre los consumidores. Informar sobre el origen de los productos y las prácticas sostenibles, y educar y hacer parte a productores y empleados en optimizar los procesos, puede acelerar la adopción de métodos sostenibles en la cadena de valor.

Con esfuerzos colectivos y decisiones conscientes, trazaremos el camino hacia un futuro mejor para las próximas generaciones. Todo se resume en un compromiso de bondad hacia las personas y la naturaleza.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo


 

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