Por: Nicolás Vilela. CEO de ZTZ
No es cualquier año para la inteligencia artificial. Una proyección de International Data Corporation (IDC), firma mundial de inteligencia de mercado para la industria TI, indicó que más del 50% de las grandes empresas utilizará esta tecnología en 2024, lo que sin duda es un dato interesante para una solución que promete ser innovadora en varios aspectos de nuestras vidas, entre ellos, la manera en cómo se hacen los negocios.
El pronóstico de IDC nos habla de que las compañías ven la IA como una ventaja competitiva y una habilidad necesaria de incorporar, dada la tendencia en su uso como herramienta tecnológica. Un reporte de esta misma consultora estadounidense, Worldwide Artificial Intelligence and Automation 2024 Predictions, valoró su ubicuidad en áreas funcionales de las empresas y anticipó un crecimiento del 69% de sus operaciones en Latinoamérica.
¿En qué puede beneficiar esta alternativa a las corporaciones? Principalmente, en mejoras para su eficiencia operativa. La inteligencia artificial automatiza tareas repetitivas mientras optimiza procesos, reduce costos y refuerza las cadenas de suministro, otorgando una predicción y gestión de la demanda más efectiva.
Adicionalmente, permite una mejor atención al cliente, desde chatbots y asistentes virtuales que brindan soporte continuo, hasta la personalización de su experiencia como consumidor de los productos y servicios.
Este recurso posibilita una toma de decisiones basada en grandes volúmenes de información, proporcionando insights valiosos para determinaciones estratégicas. Y además, por su sentido innovador, fomenta el desarrollo de talento, la investigación y la creatividad, lo que puede traducirse en un impulso a la competitividad y en un impacto positivo para el crecimiento económico.
También es una aliada en cuanto a la seguridad y la prevención de fraudes, con sistemas capaces de detectar patrones anómalos y comportamientos sospechosos en pocos segundos, así como con compromisos ligados a la sostenibilidad y la eficiencia energética, pues existen modelos que optimizan recursos para contribuir a prácticas más sostenibles a nivel corporativo. Y junto con todo eso, con la inteligencia artificial pueden surgir nuevas habilidades al interior de las organizaciones, siendo propicio para futuros proyectos internos y nuevas oportunidades, y al mismo tiempo, promoviendo capacidades resilientes, ya que facilita la adaptación rápida y ágil ante los vaivenes comerciales.
A mi juicio, este año representa un hito significativo para la IA, donde su integración a las grandes empresas se analizará como una opción capaz de redefinir positivamente muchas de sus directrices, viéndose fortalecidas por la versatilidad de sus avances. En mi opinión, tiene el potencial de transformar el panorama industrial, con un éxito que dependerá de un enfoque equilibrado en el mercado, que combine innovación, desarrollo y responsabilidad.
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