Inundaciones y cambio climático: impactos en la biodiversidad y cambio de paradigma

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Académicos de la Universidad Católica de la Santísima Concepción analizan los efectos del cambio climático en los territorios y sus ecosistemas


Recientemente, Chile fue escenario de un fuerte sistema frontal que afectó a gran parte del país. Sin ir más lejos, Concepción fue una de las ciudades más afectadas, con fenómenos que no se veían hace años: el desborde de la Laguna Tres Pascualas o Lo Méndez, además del deslizamiento de tierra en la Población Lagos de Chile o inundaciones en el sector Santa Leonor en Talcahuano, solo por nombrar algunos. Tal fue la gravedad, que la Región del Biobío fue declarada zona de catástrofe.

En palabras del Dr. Antonio Brante, Vicerrector de Investigación y Postgrado de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) e investigador de CIBAS, en lagos y humedales se concentran gran diversidad de especies, tanto vertebrados como invertebrados, además de plantas, algas, que también otorgan una serie de servicios ecosistémicos a la población humana.

En esa línea, además señaló que “A nivel macro, grandes inundaciones pueden aumentar o reducir la conectividad entre distintos ecosistemas; esto debido a que cuerpos de aguas independientes puedan verse conectados a través del aumento del caudal o la generación de nuevos o antiguos cursos de agua. De la misma forma, estas modificaciones de hábitat podrían afectar el desplazamiento de especies terrestres limitando su movimiento”.

La naturaleza tiene la tendencia a recuperarse cuando ha sido afectada antropogénicamente. Considerando también que en la actualidad existe un déficit hídrico debido al cambio climático, eventos como los temporales tienden a recuperar el caudal de lagos y ríos. Desde el punto de vista de la influencia de estos fenómenos en el océano, el Dr. Sergio Contreras, académico de la Facultad de Ciencias UCSC y CIBAS, enfatizó en la necesidad de implementar estrategias para solventar estas situaciones.

 

“Lugares que se han construido y que se consideran frágiles ambientalmente, como por ejemplo cerca de los humedales, se han visto afectados. La naturaleza siempre va a tender a recuperar su espacio invadido”, explicó el académico.

Siempre se debe considerar la conexión de un humedal con las personas y ver si el grado de influencia antropogénica. Por ejemplo, con estudiantes del curso de pregrado de Química Ambiental “Fundamentos de limnología y oceanografía” fuimos a muestrear al humedal boca Maule camino a Coronel, el cual en el momento del muestreo parecía no tener conexión con el mar. Una de las formas de corroborar esa observación, es a través de la toma de perfiles de salinidad.

“Cuando un humedal se junta con el mar, el agua salina con mucho cloruro de sodio, es más densa y se puede diferenciar su influencia en el humedal midiendo la salinidad”. Se comenta que el humedal estuvo conectado al mar y la pregunta que surge ahora es, ¿se habrá conectado al mar con el intenso frente de lluvias? Además, existen lagunas interurbanas como las Tres Pascualas o Lo Mendez que se vieron afectadas por el temporal, donde hay muy cerca casas o edificios. El agua subterránea tiende a aflorar y recuperar los espacios invadidos por la urbanización”, señaló el investigador.

Una de las acciones en las que participa el Dr. Contreras es en el Comité Regional de Humedales, instancia donde se vinculan con el Gobierno Regional del Biobío, junta de vecinos, expertos y la comunidad en general y que precisamente, busca resguardar humedales urbanos de la zona.


Plan de acción e importancia de la educación científica

Tal como señala el Dr. Contreras y el Dr. Brante, con estos eventos existen diversos efectos que son perjudiciales tanto para la biodiversidad, el medioambiente y por supuesto, para el ser humano.

Dado que la planificación urbana no se puede cambiar de un día para otro, debido a que es un proceso paulatino y costoso, resulta clave alguna fórmula de autocuidado. Al respecto, la Dra. María Teresa Bull, académica de la Facultad de Ingeniería UCSC y de CIBAS, sostuvo que es necesario tomar ciertas precauciones ante estos eventos.

“Desde el 2019 que las lluvias se están concentrando en junio o julio. Debemos considerar que la ciudad no está diseñada para una cantidad de lluvia como la que tuvimos, ya  que los parámetros fueron otros, y muy diferentes a los actuales. Resulta clave que consideremos los pronósticos del tiempo y entender que es una probabilidad, debemos estar preparados y atentos a la información, ya sea en aplicaciones o noticiaros, por lo menos una semana antes”, comentó la académica.

Resguardar agua, alimentos enlatados y tratar de no salir de la casa. Si es que es posible realizar teletrabajo es fundamental, considerando además que, debido a un temporal, también podría verse afectado el servicio de Internet. Ante todo, debemos considerar flexibilidad en escenarios de emergencia.

“Es importante la limpieza de los ríos o esteros, no arrojar escombros o basura. Hay que limpiar las canaletas, revisar los techos, sobre todo en Talcahuano o zonas costeras. Hay sectores que siempre se inundan, por ende, se deben tomar acciones como subir la pared del cerco o antejardín considerando cemento, por ejemplo, también instalar sacos de arena, todo con el fin de frenar el ingreso del agua”, complementó.

Otra arista importante tiene que ver con la educación. Se sabe que actualmente la ciencia tiene un lugar importante en la agenda de los medios de comunicación y también en la ciencia que se enseña en los establecimientos educacionales. De vital importancia resulta generar y motivar el pensamiento crítico, tener una visión global y local es siempre un aporte para la formación de ciudadanos responsables y con conciencia social.

A propósito, la Dra. Zenahir Siso, académica de la Facultad de Educación UCSC y de CIBAS, comentó en que desde etapa temprana hay que fomentar la enseñanza tanto de fenómenos que parecen lejanos como los que son vividos de cerca. “La didáctica de las ciencias que se enseña en la educación formal es lograr la alfabetización científica. Desarrollar la capacidad de comprender la ciencia, los conocimientos, procesos científicos necesarios para la toma de decisiones personales. Participar en asuntos cívicos, culturales y promover el desarrollo sostenible. Tener el conocimiento científico y aplicar a la ciencia, tecnología y la sociedad”, contextualizó la académica.

De este modo, “con una visión global y motivada desde la educación escolar, es entonces que los futuros ciudadanos serán responsables y entenderán los fenómenos que vienen ligados a la naturaleza, como inundaciones, temporales o terremotos. Además, saber de entender qué ocurre, cómo sucede esto y la importancia de la búsqueda de fuentes de información”.

“Los fenómenos naturales que se convierten en catástrofes impactan a la sociedad y tienen relación también con las políticas públicas. Todo esto es necesario abordarlo en la escuela y liceos. El conocimiento científico escolar, está dentro del currículum en la biología, química y física. Pero también se apunta a que los estudiantes generen un pensamiento crítico”, finalizó.

Ante un evento de posible temporal, se debe tener una mirada global respecto a temáticas como la planificación urbana, impactos en la naturaleza, biodiversidad, organismos y por supuesto, tomar un plan de acción personal, además de educar a las próximas generaciones.


 

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