Transparencia ESG: La Clave para la confianza empresarial y el cumplimiento global

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Por: José Miguel Ansoleaga. Director de Estrategias en Replica


En un mundo donde la sostenibilidad no es solo una aspiración, sino una necesidad, las empresas chilenas están comenzando a entender que reportar su desempeño ambiental, social y de gobernanza (ESG) va mucho más allá de mostrar un balance positivo. La transparencia en los informes ESG se ha convertido en el estándar de oro para generar confianza entre los inversionistas, reguladores y stakeholders.

¿Pero qué tan preparadas están las empresas de Chile para cumplir con los altos estándares de reportabilidad internacional como el Global Reporting Initiative (GRI) y la Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD)?

El ascenso de la transparencia ESG en el panorama chileno

En los últimos años, el compromiso de las empresas chilenas con la sostenibilidad ha aumentado significativamente, especialmente en sectores clave como la minería, la energía, y los servicios financieros. Sin embargo, este cambio no se ha limitado a implementar acciones sostenibles o reducir su huella de carbono.

El verdadero desafío radica en cómo comunicar efectivamente esos esfuerzos. Aquí es donde entra en juego la transparencia ESG: se trata de mostrar cómo las prácticas sostenibles afectan no solo el entorno, sino también la capacidad de una empresa para gestionar riesgos y crear valor a largo plazo.

En Chile, las empresas están comenzando a alinearse con los marcos de reporte internacional como el “Global Reporting Initiative” (GRI), que se centra en la divulgación integral de información sobre el impacto social, económico y ambiental de las organizaciones.

El GRI proporciona un marco estructurado que permite a las empresas ser transparentes en temas como el uso de recursos, emisiones, derechos humanos, y las prácticas laborales. Pero el verdadero reto está en la consistencia y precisión de los datos reportados, algo en lo que las empresas chilenas aún deben mejorar.

Por otro lado, la “Task Force on Climate-related Financial Disclosures” (TCFD) se ha convertido en un estándar crucial para aquellas empresas que buscan no solo cumplir con la regulación, sino adelantarse al futuro del mercado.

El TCFD recomienda que las empresas divulguen cómo el cambio climático podría impactar sus operaciones, algo que es especialmente relevante en un país como Chile, con una fuerte dependencia de los recursos naturales y un entorno regulador cada vez más enfocado en el cambio climático.

Pero, ¿Por qué es tan importante la transparencia? En un mundo hiperconectado, la información que una empresa proporciona sobre sus esfuerzos ESG es evaluada no solo por inversionistas, sino también por consumidores, empleados, reguladores, y ONGs.

Un informe claro y preciso tiene el poder de mejorar la reputación de una empresa y generar confianza, mientras que la falta de transparencia o un mal manejo de los datos puede generar efectos negativos importantes en la reputación corporativa, multas regulatorias, o incluso la pérdida de valor de las acciones.

Desde esta perspectiva, las empresas chilenas están enfrentando un nuevo panorama de expectativas. Según los índices recientes del “Dow Jones Sustainability Index” (DJSI), varias compañías locales han sido reconocidas por sus esfuerzos de sostenibilidad, pero esto no significa que puedan dormirse en los laureles. En el actual clima empresarial, la transparencia no es una opción, es un imperativo.

Así entonces, el Global Reporting Initiative y la Task Force on Climate-related Financial Disclosures son dos de los marcos más utilizados a nivel global para guiar a las empresas en la creación de reportes ESG coherentes y estructurados.

El GRI está centrado en una amplia gama de impactos sociales, ambientales y económicos y permite a las empresas demostrar cómo sus acciones están alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.

En Chile, muchas empresas han comenzado a utilizar este marco para estandarizar la información que reportan, lo que les permite ser comparables a nivel internacional. Aspecto crucial para los inversionistas que analizan el desempeño sostenible de las empresas dentro de un contexto global para adoptar sus decisiones de inversión.

Por su parte, el TCFD se especializa en los riesgos y oportunidades que el cambio climático presenta para las empresas. Este marco fomenta la divulgación de cómo los factores climáticos pueden afectar las finanzas de la empresa en el corto, mediano y largo plazo. En sectores como la minería y la energía, esto es esencial, ya que cualquier fluctuación climática puede tener un impacto directo en los costos operativos y la viabilidad futura de los proyectos.

Como se puede apreciar, ambos marcos promueven la idea de que la sostenibilidad no sólo se trata de responsabilidad social, sino que debe ser una oportunidad estratégica integrada en el “core” y la estrategia del negocio. Las empresas que implementan estos marcos pueden identificar y gestionar riesgos de manera más eficiente, así como descubrir nuevas oportunidades de mercado que antes podrían haber pasado desapercibidas.

Los desafíos de la adopción en Chile

Si bien muchas empresas chilenas están dando pasos importantes hacia la transparencia en sus reportes ESG, aún queda mucho por hacer. Según el último informe de sostenibilidad del país, solo un pequeño porcentaje de las empresas están alineadas completamente con los marcos internacionales, mientras que otras aún enfrentan desafíos en cuanto a la recolección y verificación de datos ESG. En particular, las pequeñas y medianas empresas se encuentran en desventaja en cuanto a recursos para cumplir con estos estándares.

Para superar estos obstáculos, las empresas chilenas deben centrarse en la capacitación interna, como un elemento esencial para que las empresas formen equipos especializados en ESG y que puedan entender la importancia de estos reportes y sepan cómo levantar y reportar los datos.

El uso de tecnología es otro elemento importante, ya que este tipo de herramientas aporta eficiencia y optimiza en la medición, rastreo y el reporte de los datos ESG y pueden facilitar en gran medida el proceso y mejorar la precisión de los informes.

Por último, la implementación de la reportabilidad y una adecuada estrategia de sostenibilidad trae aparejada optimización de los procesos y mayor eficiencia, por lo que la organización debe adoptar un compromiso con la mejora continua. En efecto, la transparencia ESG no es un evento puntual, sino un proceso de mejora permanente, debido al cual las empresas deben estar preparadas para adaptarse a las nuevas regulaciones y expectativas del mercado.

En definitiva, la transparencia en los reportes ESG va mucho más allá de una obligación regulatoria. Es una oportunidad para que las empresas chilenas demuestren su compromiso con un futuro sostenible y fortalezcan su reputación en el mercado global. Al alinearse con marcos internacionales como el GRI y el TCFD, las empresas no solo estarán mejor preparadas para gestionar riesgos, sino que también estarán posicionadas para aprovechar nuevas oportunidades de inversión y crecimiento.

¡En un entorno cada vez más competitivo y regulado, la transparencia ESG es, sin duda, un pilar estratégico para el éxito a largo plazo!


 

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