Por: Roberto Ipinza C. Dr. Ingeniero de Montes e Investigador INFOR
Los incendios forestales, con su poder destructivo, no sólo arrasan con la flora y fauna visible, sino que también devastan un reino oculto bajo nuestros pies: el de los hongos (el reino Fungi).
Esta pérdida silenciosa tiene un impacto económico muy significativo, truncando oportunidades de negocios y emprendimientos que dependen de la variedad de hongos o setas que se puedan encontrar en un bosque, es decir de su valor ecológico, cultural y gastronómico. Entre ellos: morchela, loyo, níscalo, changles, gargal, callampa del pino, pike, trufa, digueñes y muchos otros.
Micoturismo en llamas: El creciente interés por el micoturismo, que combina el aprecio por la naturaleza con el conocimiento de los hongos, se ve frenado por los incendios. La pérdida de biodiversidad fúngica disminuye el atractivo de los bosques para los visitantes, afectando los ingresos de comunidades locales que dependen de esta actividad.
Senderos y hábitats dañados dificultan la organización de rutas y experiencias micoturísticas, apagando un motor económico en desarrollo.
De la recolección al emprendimiento: La recolección de hongos o setas silvestres, fuente de ingresos para muchas familias y base de diversos emprendimientos, se ve amenazada. La disminución de poblaciones de hongos comestibles y medicinales limita la disponibilidad de estos recursos, impactando la economía local y frenando el desarrollo de productos y servicios basados en ellos.
Cultivos y trufas en peligro: El cultivo en Chile de la trufa negra, también conocida como trufa de Perigord (Tuber melanosporum), una actividad productiva en crecimiento, puede sufrir las consecuencias de los incendios. Al alterar las condiciones ambientales dificultan el establecimiento y desarrollo de cultivos, afectando la producción y comercialización de hongos.
La truficultura, especializada en el cultivo de la trufa negra de alto valor gastronómico, es especialmente vulnerable. La destrucción de plantaciones y árboles simbiontes representa un duro golpe para los productores, requiriendo años de recuperación y reinversión.
Innovación médica y alimentaria truncada: La industria farmacéutica y alimentaria, que dependen de los hongos para la producción de medicamentos, enzimas y otros productos, también se ven afectadas. La pérdida de biodiversidad fúngica limita el descubrimiento de nuevas sustancias con aplicaciones médicas e industriales, frenando la innovación y el desarrollo de nuevos productos.
Hacemos un llamado a la protección de este reino: Los incendios forestales al ser una tragedia ecológica, es también económica. La pérdida de la riqueza micológica de los bosques representa un duro golpe para emprendedores y comunidades locales.
Proteger nuestros bosques es crucial para preservar no solo la biodiversidad, sino también las oportunidades económicas que ofrece el fascinante mundo de los hongos.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.