Calama, el Puchuncaví y Quintero del Norte

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Por: Esteban Velásquez N. Diputado por Antofagasta de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS)


Parece que los gobiernos entienden a palos, en los grandes discursos hacen llamados al diálogo y a los grandes acuerdos, pero no reaccionan en tiempos de paz. En el parlamento le he dicho en más de una ocasión al Ministro Blumel la situación dramática de Calama, sus terribles condiciones medioambientales, una ciudad saturada, rodeada de Relaves Mineros, con un Río Loa declarado agotado. Amenaza permanente de la única Planta recicladora de plomo en Chile, altos índices de enfermedades cancerígenas y broncopulmonares, una ciudad que amanece nublada con la nube tóxica de la Minería. Lo sabe El Presidente Piñera y el Ministro Chadwick, siguen estudiando qué hacer o sencillamente se olvidaron de sus compromisos.

Con un Nelson Pizarro que hace llamados a aceptar la reconversión y transformación en Chuquicamata con la nueva minería subterránea, anunciando el despido de miles de trabajadores de la mina a rajo a abierto. Pero que no fueron capaces Codelco y Gobierno de preparar el terreno, de hacer realidad esas palabras tan manoseadas como  “la reconversión” en las otras operaciones como Mina Radomiro Tomic y Ministro Hales, si es que de verdad le interesa la empleabilidad.

Gobierno y Codelco, fomentan los turnos 7×7, 10×10; no incentivan ni contratan mano de obra local, no contratan los servicios de las Empresas locales, agreguemos los miles de trabajadores contratistas que ni siquiera han sido considerados en los discursos oficialistas. ¿Cuál es la preocupación por Calama, el principal distrito minero de Chile? Cero.

Entonces nos van a decir a los Regionalistas que en temas de descalabros medioambientales y de Empleo el Estado de Chile, a través del actual gobierno se preocupa de los territorios cuando estamos en paz y se dialoga, claramente no.

Se ha establecido una doctrina de la indolencia y del desprecio por zonas que históricamente nos acostumbramos a aceptarlo todo, casi como un designio. Esta tierra bendita para los originarios y regionalistas, se transformó para el estado en una fuente de riqueza, productividad, en donde cada gobierno hunde sus colmillos para extraerle desde sus entrañas todo lo que pueda ser útil: minerales, energía, agua, patrimonio, cielos, dejándonos todo lo inservible; aquellos pasivos ambientales y aquella basura que no tienen en Vitacura ni las Condes…el propio gobierno de Chile nos maltrata. Alguien por ahí me dijo que si los hijos de los Piñera, Bachelet, Larraín, Chadwick, Frei, Larraechea, vivieran en esta zona, ya se habrían atendidos las demandas. Pero en Calama vivimos los González, Tapia, Soto, Berna, Paniri, Velásquez.

Es que no estamos cerca de la capital, sino a miles de kilómetros, allá en el desierto, en el olvido, en el silencio que todo lo soporta, que todo lo aguanta…eso se acabará.

Como hoy una vez más el actual gobierno nos da un portazo con su indolencia a pesar de los llamados y solicitudes que les hemos hecho, nos muestran que en tiempos de Paz tampoco responden, confunden nuestra actitud respetuosa con la sumisión, allí se equivocan y pronto lo van a sentir.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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