Un particular emprendimiento viene realizando desde hace algunos años Carolina Cabrera en Antofagasta, y se concreta a partir del momento más importante en la vida de una pareja. Se trata de su empresa Planeando Bodas, una inédita asesoría a quienes han decidido contraer matrimonio
“Han sido años de esfuerzo, planificación y hasta pocas horas de sueño, algo que se repite en las bodas, dado que mientras el resto festeja y celebra, yo trabajo y no dejo detalle al azar”. Sobre ello conversó con Poder y Liderazgo, abordando la parte hermosa y también los sinsabores de su empresa, un emprendimiento que convierte el día de una boda en mucho más que una fiesta glamorosa.
¿Cómo nació la idea de Planeando Bodas?
“Nace prácticamente en mi corazón. Me di cuenta que nadie tenía tiempo para atender bien a los novios. Era ejecutiva de ventas de una conocida cadena hotelera donde los novios siempre llegaban a la hora del cierre de la oficina, nunca tenían tiempo y, por lo general, muy pocos tenían una idea clara de lo que querrían para ese día”.
¿Cómo lograste formar este emprendimiento?
“El emprendimiento nació sin querer emprender, sólo empecé a asesorar novias con mucho profesionalismo, le puse un nombre, armé redes sociales y comencé a vender mi trabajo con mis círculos, me gané la confianza de las novias y el “boca a boca” generó un gran respaldo”.
¿Cuáles fueron los principales obstáculos que enfrenta una emprendedora?
“Como emprendedora no veo obstáculos, son todos desafíos. El desafío más complejo es que los demás sean tan profesionales como tú esperas para poder ser exitosa”.
“Mi trabajo es dirigir un grupo de proveedores y hacer realidad los sueños de mis clientes, quienes quieren celebrar el amor. Es todo un proyecto de ingeniería. Se debe poner a prueba una gran planificación, orden y coordinación. Tener capacidad de reacción inteligente ante imponderables y situaciones de conflicto”.
¿Cómo es ser tu propia jefa?
“Es maravilloso ser mi propia jefa, es un sueño hecho realidad”.
¿Lo más satisfactorio y lo más difícil?
“Lo más satisfactorio, es ser libre. Es tener tiempo para mí, para mi familia, quizás tengo menos tiempo que cuando trabajaba de empleada en una empresa, la gran diferencia es que el tiempo libre lo asigno yo”.
“Si mi hijo se enferma o quiero viajar no debo preguntarle a nadie. Lo hago y listo. La libertad de ser tu propio jefe es impagable. Es tremendamente satisfactorio, al menos para mí, esforzarme hasta más no poder, lograr lo que quiero y luego poder, si me da la gana, dormir 2 días seguidos. Aunque nunca me desconecto, a mis clientes les aviso cuando viajo o no estoy, y todo funciona”.
“Lo más difícil sin duda alguna es la automotivación, el no perder el foco día a día. El ser constante y perseverante, eso es muy difícil. A veces las cosas no resultan y salen peor de lo que esperas y yo debo revertirlo todo, sin que nadie lo note”.
“También es difícil ser una mujer emprendedora en un país machista, hay que tener carácter”.
¿Cuál es tu misión entonces?
“Mi misión es hacer realidad los sueños de los clientes, me siento realizada cuando supero considerablemente las expectativas de todos el día del evento. Ese es mi objetivo. Que ellos se enamoren aún más de su boda, de su evento, del recuerdo y tengan muy claro que sin la ayuda de una experta jamás habrían concretado sus sueños”.
“Pero eso es lo más difícil… hacer que todo funcione. Yo soy el motor, si yo presiono las cosas salen. El motivarte diariamente para buscar nuevos clientes, satisfacer los que tienes y siempre estar en contacto con los antiguos clientes, eso también requiere disciplina y eso es difícil”.
¿Cuál es el público que busca tus servicios?
“El público que busca mis servicios es diverso. El factor común es la falta de tiempo y experiencia. Van desde los 25 años hasta los 60 años, con hijos por lo general, aunque la mayoría está entre los 30-45 años”.
“Mis clientes buscan que alguien les solucione la vida”
“Muy pocas novias y novios pueden estar sentadas en su trabajo cotizando fotógrafos, hoteles, o viendo sabores de torta. Si no has organizado nunca una boda, organizar sola tu boda sería un riesgo. Alguien que sepa se debe hacer cargo”.
“Mis clientes buscan que alguien les solucione la vida, ya que la organización de una boda conlleva un estrés económico, familiar y social importante. Por lo general, la novia le pregunta al novio y viceversa, cosas que los hombres desconocen y se generan discusiones”.
“Por lo tanto, como asesora de bodas o WeddingPlanner minimizo ese estrés complemente, ellos se olvidan de todo lo complejo y se dedican a disfrutar de la organización. Los novios que contratan los servicios de Planeando Bodas son tremendamente exigentes. Quieren que ese día sea memorable, que estén todos felices, ya sean novios, amigos, niños, abuelos, separados, solteros, etc.”.
¿Qué importancia le asignas a las redes sociales y plataformas de internet en el negocio y mercado?
“Las redes sociales son todo, son la estructura de la venta, es la vitrina por la cual Planeando Bodas ha llegado a cada una de sus clientas. Facebook, Instagram y personalizar el trabajo, como recordar cumpleaños de los clientes, saludarlos y estar presentes siempre”.
¿Qué le dirías a alguien que quiere emprender, pero tiene miedo a hacerlo?
“Le diría, primero que todo: Antes de emprender debes saber muy bien para que eres bueno. Ese es el primer paso. Saber para qué sirves y que te hace feliz. Debes amar lo que haces y sentirte completamente realizado en ese rubro, todos tenemos un don innato”.
“Le diría que debe estar 100% convencido que es el mejor y hacerlo con o sin miedo, pero hacerlo. La fuerza y fe en uno mismo es fundamental, no puedes emprender nada si no crees en ti”.
Así, clara, amena y muy profesional, esta organizadora de bodas ha creado un emprendimiento que antes solo se veía en las películas, y que hoy está al alcance de quienes quieren convertir el “sí acepto”, en un evento donde cada detalle deslumbre y pase a ser parte de los mejores recuerdos de sus vidas.
