Tener actitud y muchas ganas de surgir es el método que a diario aplica Claudia Briceño Contreras, una mujer muy singular, que transformó la construcción de obra gruesa, gasfitería y electricidad domiciliaria -todos trabajos otrora asociados solo a hombres- en su emprendimiento y en el sustento de su familia
“Es que todo se puede cuando una quiere, ese es mi pensamiento cuando me propongo algún emprendimiento, tener actitud, disponibilidad, muchas ganas de surgir y darle con todas las ganas de superarse cada día más”. Así nos cuenta esta mujer de la Región de O’Higgins que le está dando un nuevo sentido y carisma al “trabajo de hombres”. Sobre ello conversó con Poder y Liderazgo, hablando de sus proyectos, sobre el esfuerzo y la capacidad que aplica en cada obra y cómo ve su futuro.
¿Cómo llegas a convertirte en “maestra de la construcción”?
“Desde muy chica mi sueño fue formar mi propia familia y poder tener una casa grande para tener hijos y que cada uno tuviera su propio espacio y comodidad diseñando a mi manera. Una casa con espacio para cada uno de ellos”.
“Me dediqué a tomar todas las capacitaciones necesarias para cada área que abarca la construcción, como gasfitería en general, electricidad domiciliaria, construcción de obra gruesa y terminaciones de construcción para hacerlo en mi casa. Pero también para generar ingresos y así sacar adelante a mis hijos sin necesidad de depender de nadie ni de un hombre, cosa que no me complicó y a la fecha me siento orgullosa de mis logros y los de mis hijos”.
“Desde que tengo uso de razón me interesó aprender y practicar todo lo que tiene que ver con la construcción. Así comencé en casa de mis conocidos, haciendo trabajos esporádicos y siendo recomendada por gente a la que ya había desarrollado trabajos en sus hogares”.
¿Cómo has logrado captar cada día a más clientes?
“Es que mi emprendimiento consiste en trabajar como maestra en el área de la construcción, llegando así a varias constructoras que me dan la oportunidad de desarrollar mi trabajo, que en verdad es lo que más me gusta”.
“También efectúo trabajos en casas particulares haciendo reparaciones en lo que abarca la gasfitería, electricidad y albañilería, y ahí me sirve mucho las recomendaciones que dan quienes han visto la calidad de mi trabajo. Ellos me recomiendan con otras personas, pues están conformes con las obras que desempeño. Esa es la mejor forma de promocionar mi trabajo… la satisfacción de los clientes”.
¿Te sientes apoyada en este camino de emprender y ser tu propia jefa?
“Todo lo que consigo ha sido gracias a mi propio esfuerzo, a las ganas de surgir y a exigir el recibir una remuneración adecuada al trabajo desempeñado. Hay que valorarse”.
“También he conseguido herramientas gracias a los proyectos que he presentado al FOSIS, institución estatal que me ha financiado los medios para poder desempeñar mi emprendimiento”.
“Gracias al apoyo del FOSIS he notado la diferencia, ya que me ha dado los implementos necesarios para desarrollar mi trabajo en un 100% de conformidad para mis clientes. Así, en cada trabajo que desarrollo, dejo conformes a mis clientes con su pedido”.
Estás marcando la diferencia en un trabajo machista. ¿Cómo lo logras?
“En el área de la construcción se ve siempre desde hace muchos años la discriminación hacia nosotras las mujeres, pero si nos damos a respetar desde el principio y no damos lugar a que ningún hombre nos mire en menos o nos discriminen por nuestro género, las cosas marchan bien”.
“Reconozco que he tenido una buena acogida en cada constructora en la que he conseguido trabajar, siendo aceptada por los obreros en general”.
“Pero también creo que los demás obreros de la construcción me tratan como a una igual por lo que yo rindo en el trabajo. Me he ganado ese respeto, y a veces si alguien se acerca con otra intención, lo paro en seco. Hay que hacerse respetar y así no hay problema. De verdad creo que somos nosotras las que debemos hacer valer nuestros derechos donde sea que estemos, y yo lo he aplicado siempre”.
Pero no solo en el trabajo has debido romper esquemas, también lo hiciste con tu familia…
“Siempre he considerado que una mujer puede salir adelante sola con sus hijos. En mi caso yo quise ser madre y criar a mis niños sola y no me ha costado tanto gracias a mi desempeño. La verdad es que no he tenido problemas para salir adelante sola. Así que, entre talla y talla, creo que me quedaré soltera toda mi vida”.
¿Cómo esperas que sea tu futuro?
“Me veo con todos mis hijos grandes, cada uno con su propia familia y yo libre para recorrer, para conocer y pasear mucho. Creo que sería el momento de pensar en mi pues ya casi todos mis hijos tienen su estabilidad laboral y un título que les ayudará a surgir en esta vida. Esa siempre fue mi meta, que tuvieran educación y que sean felices en lo que hagan, como lo he sido yo, pero a punta de mucho esfuerzo”.
“Por ahora me queda harto camino que recorrer, pues mi “guagua” está en la básica todavía. Así que los planes de pasear seguirán en carpeta”.
¿Y en lo laboral?
“Mi sueño es asociarme con otras mujeres que tengan las mismas expectativas de querer salir adelante con mucho esfuerzo, y que cada una de las que formemos la sociedad tengamos un rol distinto para desarrollar, sin ser competencia, sino un apoyo y complemento. Es decir, que una se dedique, por ejemplo, a la electricidad, otra a la gasfitería, otra a la albañilería y así cada una con el rubro que más le guste. Ese es un gran sueño para mí”.
Conversar con Claudia Briceño emociona, ya que no solo es una maestra en lo que hace, sino una líder innata que sueña con ampliar su emprendimiento y asociarse con otras mujeres. “Quiero formar una empresa de puras mujeres con actitud y ganas de surgir”.
Sin duda que esta emprendedora es una mujer de tomo y lomo, pues a sus 37 años, con una mirada soñadora y su oscuro cabello largo, lleva su femineidad a la pega, pero donde si hay que alzar la voz, lo hace desde la convicción de sus capacidades y del esfuerzo que ha dedicado a los dos amores de su vida: su familia y la construcción.
