Presidente del Instituto de Desarrollo del Liderazgo Indígena Canadiense en Chile, miembro de la Red Global de líderes y empresarios indígenas, Embajador del Foro Mundial de Negocios Indígenas en Nueva Zelanda 2018, autor de “Mapuche: Hijo de Dos Naciones”, y asesor en diferentes ocasiones de ministros, congresistas y organizaciones internacionales. En realidad son varios los cargos y reconocimientos que ostenta con sencillez Diego Ancalao Gavilán, el primer mapuche que lideró un partido político en Chile (Izquierda Ciudadana, 2015)
Para conocer más sobre su pensamiento y lo que motiva a Ancalao, quien es considerado un fuerte defensor de los pueblos indígenas de nuestro país, conversó en exclusiva Poder y Liderazgo con este referente de la política actual.
A sus 38 años, Diego Ancalao Gavilán, es un líder e hijo orgulloso de campesinos que el país exportó desde Purén, en la Región de La Araucanía, recuerda como se gestaron sus inicios en el mundo de la política. A los 18 años ingresó a Pedagogía en Educación Física en la Universidad de La Frontera de Temuco, resultando electo Vice Presidente de la Federación de Estudiantes. Ya licenciado en Educación, durante su juventud sobresalió por sus logros académicos y deportivos. Representó a Chile en diferentes competencias internacionales de karate en Estados Unidos y Sudamérica. Pero sin duda que Ancalao se hizo conocido a nivel nacional como internacional, como un acérrimo defensor de las demandas del pueblo Mapuche…
“Las principales demandas, que tienen profundas raíces históricas y en consecuencia son conocidas, básicamente son el reconocimiento Constitucional de los pueblos indígenas en Chile; la participación política para tomar decisiones autónomas al interior del pueblo mapuche, y el reconocimiento de los derechos colectivos territoriales, políticos, culturales, educacionales y económicos”.
“El Estado de Chile y los gobiernos de turno siempre han sabido cuáles son las situaciones que se deben resolver. El problema del pueblo mapuche no se resuelve con el Plan Araucanía, por ejemplo, sino donde está Poder Ejecutivo y su Presidente circunstancial; y en el Parlamento donde se debe legislar para que se reconozcan los derechos constitucionales del pueblo mapuche y los de todos los pueblos originarios en Chile”.
Entonces el conflicto no se resuelve, por ejemplo con el Plan Araucanía, el cual recientemente anunció el Presidente Piñera…
“La implementación de este plan está destinado al fracaso absoluto, ya que la mirada instalada ahí, se caracteriza por ser eminentemente económica. Como lo hemos señalado en otros lugares, el ministro Moreno no apunta a resolver los problemas de fondo, sino más bien a promover la inversión privada, como si esta fuese la panacea definitiva”.
“La Araucanía necesita políticas especializadas y regionales que apunten a un tipo de desarrollo integral. Uno de estos aspectos es, por ejemplo, la Ley de Rentas Regionales, precisamente para que los recursos queden en la región y se distribuyan en ella. Otra, es el cobro de las contribuciones que deben las forestales, después de un uno abusivo de recursos naturales, que las han enriquecido sin límites. Y, probablemente lo más importante, es que se deben otorgar derechos colectivos al pueblo Mapuche y no entregar exclusivamente subsidios para la compra de animales o insumos, que terminan dividiendo a las comunidades y afectando la dignidad de sus miembros. Se debe crear un banco de crédito y desarrollo de inversión, como se hizo con los pueblos originarios de Canadá. Esas son medidas básicas, esos son los caminos”.
“El pueblo mapuche ha sido negado de sus derechos colectivos, territoriales, educacionales y políticos, por lo que para descomprimir la actual situación, es necesario que el Plan Araucanía incorpore el reconocimiento de esos derechos que el pueblo mapuche reclama para sí. Esto supone, la existencia de un registro electoral, donde las minorías puedan elegir a sus autoridades democráticamente para que tengan la legítima capacidad de decidir su futuro”.
“Debe considerarse además, que este plan, transforma un tema político en uno netamente de pobreza y de seguridad pública. Nada de esto se incorpora en ese plan, por lo que está condenado al fracaso. Los pueblos originarios necesitan oportunidades de decidir sobre su destino y el modo en que quieren construirlo. Si el Plan Araucanía pretende resolver el tema mapuche y la pobreza en la región, debe crear una ley de igualdad de remuneraciones entre indígenas y no indígenas. Este es otro asunto pendiente, que es asimilable a lo que se hace actualmente, para buscar la igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres”.
“La pobreza en la región y la problemática mapuche, son dos cosas bien distintas, ya que la primera se resuelve inyectando más recursos pero el tema mapuche se resuelve reconociendo derechos fundamentales y colectivos que ya no pueden ser postergados. El error en la política pública es que no se ha trabajado en un plan de desarrollo específico para el pueblo Mapuche. En ello radica el error fundamental”.
Más allá del Plan Araucanía, ¿Qué evaluación hace del gobierno de Piñera?
“No es posible aun hacer un balance ponderado y razonable de un gobierno con solo algunos meses de gestión. Nos interesa el bien de Chile y eso se conforma con políticas de Estado y no solo de gobierno. Queremos un Jefe de Estado y no solo un Presidente de un gobierno transitorio”.
“En ese sentido, estamos siguiendo con riguroso interés, los pasos que se dan y las decisiones que se adoptan. Particularmente respecto de los pueblos indígenas, no hemos tenido muy buenas noticias y parecen replicarse las viejas fórmulas aplicadas una y otra vez. Sin embargo, esperamos rectificaciones a tiempo y buscaremos aportar para trabajar en el sentido correcto”.
En la misma línea, ¿cuál es su opinión de la oposición?
“La oposición sigue golpeada por la derrota electoral. Perder el poder siempre es duro, sobre todo para aquellos que profitaron de él durante mucho tiempo. La alternancia en el poder parece una fórmula sana del sistema democrático. Esperamos que la oposición se reconstituya, encuentre puntos de convergencia y haga un papel digno. La democracia lo requiere y lo reclama”.
¿El ciudadano común y corriente entiende el conflicto que afecta al pueblo mapuche en toda su magnitud?
“Estoy convencido que el ciudadano común no comprende la génesis, profundidad y alcance del conflicto del Estado con el pueblo Mapuche. Hay que ayudar con la información adecuada, a todo aquel que, por transformarse en víctima de un sistema educacional sesgado y parcial, no conoce de los reales hechos que la historia de Chile se ha encargado de ocultar. Hay en esto una intencionalidad oculta y es que el chileno y el mapuche no se traten con hermandad. Mucha gente no es culpable de su ignorancia, no son culpables por no saber y por tener la tendencia histórica de discriminar. Son en realidad, víctimas de un odio fabricado y artificial. Como mapuche tengo el deber moral de entregar argumentos a todo aquel que aun hoy piensa, que la deuda del Estado hacía el pueblo-nación Mapuche, no existe”.
¿Cuál es el objetivo central de la Fundación que usted dirige?
“La Fundación Instituto de Desarrollo del Liderazgo Indígena de Chile, es un símil de ILDI Canadá que nace como legado del Foro Mundial Indígena de Negocios Chile 2017, con la finalidad de impulsar el desarrollo de los pueblos indígenas de Chile desde una perspectiva integral, que considere la valoración de sus culturas, una educación con identidad, la necesidad de generar una verdadera cohesión social, la instalación de modelos de desarrollo sustentable, la promoción política de sus derechos, el fomento productivo y la formación de líderes”.
“La Fundación se constituye como un espacio para la capacitación y reflexión estratégica indígena nacional e internacional. Su objetivo es contribuir a la formación de profesionales y líderes indígenas para que asuman y consoliden tareas de articulación y toma de decisiones, que les permitan incidir en los ámbitos político, económico y social en sus respectivos países”.
“Nuestra cultura indígena nos orienta a crear relaciones de confianza para luego prosperar en negocios. Bajo este principio, Ildii Chile, busca extender las redes por el continente, mediante su participación en la Red Global de empresarios indígenas (WIBN), estableciendo aquí, programas de difusión de la cultura, de formación profesional y de liderazgo indígena. Construyendo sinergia entre gobierno, pueblos indígenas, no indígenas y otras naciones”.
La región de la Araucanía según diversas estadísticas es una de las más pobres del país, ¿de qué forma cree usted que se puede revertir esta realidad?
“El problema de la pobreza no se resuelve solamente con la inversión privada; esto queda demostrado de un modo categórico, en la última encuesta Casen. Hay que desarrollar mejores políticas públicas y destinar un mayor presupuesto per cápita, tal como se hizo en Aysén y Magallanes, donde se aumentó la cantidad de recursos en la partida presupuestaria. Han sido los parlamentarios de la Región de la Araucanía, quienes no han hecho esfuerzos suficientes en ese sentido. Con un presupuesto público adecuado para el desarrollo regional per cápita, sería posible trabajar en resolver los problemas de pobreza en su raíz y en toda su extensión”.
“La pobreza y la gran brecha de ingresos no nacen de la nada, es producto de políticas públicas que benefician deliberadamente al sector privilegiado, en desmedro de los sectores postergados. Una política monetaria más preocupada en restablecer los precios en el mercado de valores que en conceder préstamos a los pequeños y medianos empresarios, las desigualadas en el país son consecuencias de las políticas adoptadas, el sector financiero impuso esas políticas y elaboro una ideología para sustentarlas”, como explica Joseph Stigliz, Premio Nobel de Economía del año 2001”.
¿Qué tan factible es lograr una relación Estado chileno – pueblos indígenas como la existente en Canadá o Nueva Zelanda?
“Como muchas cuestiones fundamentales en los Estados, esta posibilidad requiere voluntad política, no solo la buena disposición de hacerlo. Lo que sabemos hoy, es que las experiencias entre los Estados de Canadá y Nueva Zelanda y sus pueblos indígenas, han permitido un tipo de desarrollo que acoge y da viabilidad, al aprovechamiento integral de la diversidad cultural que esos países contienen. Esos Estados han sido capaces de valorar la riqueza de sus pueblos indígenas e incorporarlos, con un respeto irrestricto a su acervo ancestral y definiéndolos como constitutivos legítimos de sus identidades nacionales”.
“Canadá y Nueva Zelanda son ejemplos a seguir, son referentes globales de cómo deben hacerse las cosas. Ahí encontramos dos modelos de países que han logrado un desarrollo humano del más alto nivel, a partir de una decisión política consistente y capaz de nutrir su convivencia nacional”.
“Como ya lo señalamos, la Fundación Instituto de Desarrollo del Liderazgo Indígena, se encuentra empeñada en acercar esas experiencias exitosas a la realidad de Chile. No buscamos copiar sin reflexión esas experiencias, sino tomar de ellas aquello que constituye un aporte y luego generar un modelo propio, que se adapte a nuestra realidad y nuestra historia”.
Hace un par de meses, usted asumió la vicepresidencia de la Federación Regionalista Verde Social en materia indígena, ¿Cuáles son las razones para sumarse a esta colectividad política?
“En Chile no existe una democracia profunda y real, la democracia es administrad por los partidos, no hay posibilidad de iniciativas de ley populares ni la remoción de un parlamentario con firmas ciudadanas si lo hace mal, como en otros países más avanzados, aquí los partidos políticos administran la democracia, es decir, existe la partidocracia”.
“Los ciudadanos debe influir en la toma de decisiones y delegación de autoridad para generar condiciones aptas para su desarrollo, el análisis del informe de auditoría a la democracia concluye, que ese ejercicio de derechos no se lleva a cabo, la igualdad democrática está en entredicho, eso quiere decir, que el gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo, definición de democracia, en Chile no existe”.
“La interacción de actores políticos institucionales genera la exclusión y negación de ciertos grupos y reparten el poder solo entre ellos, todo esto redunda en que las desigualdades políticas han permitido que se mantengan y reproduzcan la desigualdad económica, los que administran el estado son responsables. En ese sentido, si tú quieres acceder al poder político para cambiar las cosas debes ingresar a un partido político, de lo contrario llegarás hasta el final de tus días solo en la protesta social, que ni siquiera rasguña el epicentro del poder”.
“Los partidos tradiciones son parte del problema, no de la solución, ya que son estructuras viciadas, algunos invierten miles de millones a empresas del yerno del dictador de Chile como el partido socialista en SQM y la Araucana, que abusa de los mayores de edad. Eso se replica en todo el arcoíris. Y no permiten que un hijo de un campesino, mapuche y además pobre, acceda al poder. Hablan del pueblo, del pobre y del mapuche, pero les molesta el olor a pueblo, es una clase política de salón de té. Algunos aun siguen girando a la cuenta de la leyenda del papá ex presidente, no tienen nada más que eso”.
“El otro sector político tiene un grupo de jóvenes pertenecientes a familias privilegiadas económica y políticamente, hablando del pueblo pero no dejan entrar el pueblo al poder, no conocen la pobreza más allá de la biblioteca y se creen de izquierda por una moda, pero no de corazón y vivencias, es eso lo que me aleja de ellos, y es muy rasante ese debate entre los niños pijes, de quien es más de izquierda que el otro, siendo que son todos del mismo grupo, me refiero a Mayol y el Frente Amplio, donde RD es el nuevo PPD”.
“Es por ello que asumí la vicepresidenta del FREVS, porque es un espacio en que se puede construir y se puede invitar al ciudadano a participar y decidir sobre su futuro, a decidir en libertad más allá del simple voto, que se represente así mismo, y porque creo en la descentralización como el camino al desarrollo de las regiones”.
¿Por qué cree usted que es necesario crear una Universidad Indígena?
“Desde hace años se viene denunciando la situación de exclusión educativa que padecen los pueblos indígenas de Chile, particularmente en la educación superior. La creación de universidades indígenas sería la solución a esta reivindicación, que se viene reclamando desde hace más de medio siglo, pero no ha recibido respuestas”.
“Si bien algunas universidades establecieron carreras y programas dirigidos a la población indígena, sus ofertas no lograron responder plenamente a las necesidades de los pueblos originarios”.
“La interculturalidad en la educación básica ha sido el único intento de respuesta que ha dado el Estado de Chile. Sin embargo, sabemos que esa posibilidad, requiere de condiciones, que establecen porcentajes de estudiantes indígenas para poder operar. Debe considerarse que los indígenas de Chile son los que viven la interculturalidad de la que se habla, ya que hablan un idioma que no es propio y van a universidades que no son indígenas”.
“La verdadera interculturalidad es bidireccional, es de ida y vuelta, es aquella que enriquece a todos. Que importante sería que los no indígenas conocieran y se interesaran por los pueblos originarios, su forma de ver el mundo, sus cosmovisiones, sus idiomas. Sin embargo, no existe una política de Estado en torno a la educación de los pueblos indígenas en Chile, menos aún una política pública para la educación superior intercultural e indígena. Los pueblos indígenas en Chile y América Latina demandan una universidad diferente, que dé respuesta a sus necesidades, con programas académicos sustentados en su propia espiritualidad y cosmovisión, que revaloricen y desarrollen los conocimientos y saberes propios desde el espacio académico, evitando que la universidad sea una más de las formas de asimilación”.
¿Es ello un problema?
“Esto no debería ser un problema, ya que en Chile existen colegios de diversa naturaleza filosófica, religiosa y laica, donde se enseñan idiomas y culturas de muchos lugares. No existe nada que indique que no pueda haber una universidad de los pueblos indígenas. Por lo además, esto no sería ninguna innovación, pues la mayoría de los países desarrollados y en vías de desarrollo cuentan con una o más universidades para los pueblos originarios”.
“Aquellos países que disponen de estos espacios universitarios, normalmente lo hacen desde su política pública, como una prioridad de Estado, para garantizar una educación con identidad a sus pueblos originarios. Ese nos parece el mejor camino para Chile”.
¿Qué tan relevante es para los pueblos originarios avanzar en materia de descentralización?
“Avanzar en descentralización es crucial para el desarrollo presente y futuro de Chile. Desde esa visión, es posible aprovechar toda la riqueza de las regiones, todo su potencial humano y toda su capacidad creativa. La centralización, lo sabemos, ahoga las oportunidades regionales y privilegia las decisiones foráneas a quienes viven una realidad determinada y concreta. Se instala el tutelaje del centro, que trata a las regiones como interdictas y como incapaces de pensar y generar su propio estilo de desarrollo. La descentralización es esencial a la hora de pensar una comunidad intercultural y respetuosa de la diversidad… En esa dirección hay que avanzar, sin vacilaciones”.
Finalmente, ¿Cómo sueña Diego Ancalao el Chile de 50 años más?
“Sueño un país que se reconozca a sí mismo, en toda la magnificencia de la diversidad que la conforma y que define su desarrollo a partir de esa necesaria complejidad. Sueño con un país que no aspira a la uniformidad, sino a vivir las múltiples expresiones de sus identidades, en armoniosa convivencia. Sueño con el respeto de todos los seres humanos, que como decía Humberto Maturana hace tantos años, se relacionan y se respetan como legítimos otros”.
“Sueño con una paz basada en la valoración de los diferentes, que construyen espacios propios y distintos a la vez. Sueño con alcanzar un desarrollo sustentable, social, económico y ambiental, digno de los seres humanos. Y sueño con que los pueblos indígenas alcancen el estatus que les corresponde, como representantes de los pueblos que comenzaron a habitar el planeta, respetando la naturaleza y entendiendo que todos somos iguales en valor y dignidad”.
Luego de una extensa plática de lo que es el Chile de hoy, y el que espera llegue a ser, dejamos a este profesor, escritor y político que ha sabido pasar las fronteras y llevar sus sueños de equidad, descentralización y justicia para el pueblo mapuche hasta las grandes esferas. Un joven líder que de seguro lo veremos levantando la voz por las causas que considera justas y donde no pierde esa sencillez y franqueza que le ha ganado amigos, pero también adversarios.