Por: Richard Andrade C. Director de Poderyliderazgo.cl
La sociedad chilena a lo largo de historia ha dado pasos importantes en materia de equidad de género, derechos femeninos y erradicación de la violencia contra las mujeres, pero a todas luces insuficientes, particularmente en el ámbito político.
Al revisar la historia política y electoral de nuestro país nos encontramos con que las mujeres obtuvieron su derecho a voto recién en 1934 (elecciones municipales), lo que permitió que un año más tarde Alicia Cañas Zañartu se convirtiera en la primera alcaldesa en ser elegida por votación popular, en Chile y Sudamérica.
En 1951 el Congreso aprobó el derecho a voto y participación de las mujeres mayores de 21 años, que supieran leer y escribir, en las elecciones presidenciales y parlamentarias. De esta forma, Inés Leonor Enríquez Frodden fue la primera mujer en llegar al Congreso en la historia de Chile, tras resultar electa como diputada. Al año siguiente, María de la Cruz Toledo asumió como la primera Senadora de la República.
Pero no es hasta 1999, cuando recién las mujeres compiten por la presidencia de la República, con las candidaturas de Gladys Marín del Partido Comunista y Sara Larraín, independiente apoyada por sectores ecologistas. En el 2006, Michelle Bachelet Jeria entra la historia como la primera mujer en ser electa Presidenta de Chile. El 11 de marzo de 2014 vuelve a ser electa en la máxima Magistratura del país.
Un hito mundial fue la conformación paritaria de la Convención Constitucional, donde fueron electas vía voto popular 77 mujeres y 78 hombres.
Tras las últimas elecciones parlamentarias de 2021, y a pesar de la Ley de Cuotas que entró en vigencia el año 2015 -que obliga a los partidos políticos a llevar al menos a un 40% de mujeres entre sus candidaturas-, sólo un 32,7% de ellas posee un escaño en el Congreso, es decir 55 en la Cámara de Diputados (de un total de 155) y 12 en el Senado (de un total de 50).
En más de 200 años de historia del Congreso, solo cuatro mujeres han ocupado la presidencia del Senado. María Isabel Allende Bussi, Adriana Muñoz D’Albora, Yasna Provoste Campillay y Ximena Rincón González. En la Cámara de Diputados, cinco mujeres han llegado a convertirse como máximas autoridades de la instancia legislativa. (María Maluenda Campos, Adriana Muñoz D’Albora, María Isabel Allende Bussi, Alejandra Sepúlveda Orbenes y Maya Fernández Allende).
En materia municipal la realidad no es muy distinta, pues de las 345 municipalidades del país, solo 60 de ellas son lideradas por mujeres, es decir un escuálido 17%. Por otra parte, de los 2.252 concejales en el país, un 33% son mujeres y 66% hombres.
Las cifras son elocuentes, la participación de la mujer en la política nacional, regional y local está al debe, pues a pesar de las leyes e intentos aislados de determinados sectores, lo cierto es que es evidente la falta de voluntad real de parte la sociedad, en especial del mundo político, para avanzar hacia una concreta y real participación de las mujeres en política.
La historia ha demostrado que la presencia y participación de las mujeres en la vida pública ha permitido la incorporación y visibilización temáticas y enfoques distintos a los tradicionales en la agenda pública, posibilitando mayores transformaciones socioculturales que el país necesita para ir avanzando hacia una igualdad sustantiva entre las personas.
Como medio de comunicación comprometido con los derechos de las mujeres, y en particular con su participación en ámbito político, en las próximas semanas daremos vida al proyecto periodístico “Mujer, Política y Territorio”, el cual considera una serie de entrevistas a mujeres que actualmente ejercen cargos de elección popular en la región de O’Higgins.
Lo hacemos para relevar su liderazgo, resaltar sus logros, visibilizar las múltiples barreras que a diario deben sortear para realizar adecuadamente su trabajo… lo hacemos también para provocar a la clase política tradicional a generar reales espacios de participación la política local, regional y nacional, para avanzar en la erradicación de la violencia en todas sus formas (acoso, mansplaining, menoscabo y denostación), en contra de las mujeres en los diversos espacios de convivencia social, sea estos públicos y/o privados.
“Mujer, Política y Territorio”, es un proyecto financiado por el Ministerio Secretaría General de Gobierno y el Consejo Regional de O’Higgins, en el marco del Fondo de Medios de Comunicación Social 2022