Egon Montecinos: “Esta AGORECHI se parece más a Chile que la anterior, puede tener un correlato mayor en el Congreso”

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A juicio del Decano de Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Austral, los resultados de las elecciones de Gobernadores Regionales reflejan una diversidad ideológica más representativa del país, lo que abre oportunidades para avanzar en descentralización 


“Ahora esta AGORECHI de 9-1-6 como se parece más a Chile, yo tengo una esperanza genuina, algo inocente, de que pueda tener un correlato mayor en el Congreso” , señaló Egon Montecinos, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Austral de Chile y exintendente de Los Ríos, al analizar los resultados de las recientes elecciones de gobernadores.

Desde su perspectiva el cambio en la configuración ideológica de los gobernadores regionales le generan más expectativas para fortalecer la descentralización. “Finalmente esto se traduce a acuerdos políticos, entonces yo creo que los acuerdos políticos que puedan venir de esta AGORECHI, ​​que se parece más a Chile que la anterior, pueden tener más apoyo en el Congreso”, explicó Montecinos.

El académico destacó que, en el periodo anterior, la mayoría de centroizquierda en la AGORECHI limitaba los incentivos para acuerdos transversales. “Una de las cosas que le jugó en contra a esta AGORECHI, ​​que cierra ahora en enero, es que la derecha no tenía incentivos, por ejemplo, de ver en la AGORECHI una fuente de propuestas para cambios constitucionales o nuevas leyes”, detalló.

En este nuevo escenario, los desafíos compartidos por los gobernadores de distintas tendencias podrían facilitar el consenso. “Los problemas que tenemos en materia de gestión regional, que te están diciendo los gobernadores de izquierda, son ciertos y yo también lo sufro”, añadió el académico de la UACh, proyectando un diálogo más productivo entre las partes.

Finalmente, el exintendente enfatizó que el tiempo para materializar estas propuestas es limitado debido al calendario político. “Retomar agendas políticas en esta materia toma su tiempo. Ya en junio vamos a tener ‘pato cojo’, como se dice en ciencias políticas, es decir, ya va a estar de salida el gobierno”, concluyó.


¿Cómo se lee el mensaje de la diferencia de votación entre Orrego v/s Orrego en la segunda vuelta de gobernadores en la Región Metropolitana?

Esta elección, al igual que la de 2021, se “nacionalizó” en el sentido de que terminamos hablando de la Región Metropolitana, que en mi concepto se llevó toda la atención de una elección territorial que tuvo dinámicas muy interesantes fuera de Santiago.

Es evidente que, en este caso —lo veo con algo de desdén, con algo de resignación—, la Metropolitana se llevó la atención de una elección que tiene otro sentido: fortalecer a las regiones.

Más allá de eso, también se cometió otro error: un sector político tendió a presidencializar, a plebiscitar esta elección. Lo cual era un error tanto para quien lo promueve como para quien hubiese estado esperando que esto lo favoreciera.

Las elecciones territoriales, llámense en nuestro país elecciones de alcalde y elecciones de gobernadores, responden a factores muy territoriales, a factores muy locales que se explican por variables que la gente asocia con cercanía, con liderazgos de gestión, pero no necesariamente con esta idea equivocada de que se quiso hacer de esta elección un plebiscito al gobierno. Quienes promovieron esta idea, incluido el candidato Francisco Orrego, lo promovieron como una bandera que los iba a favorecer.

La pregunta que uno se hizo el mismo domingo en la tarde fue: ¿cuál es la explicación ahora que da supuestamente este sector respecto al Gobierno? ¿Quiere decir entonces que, en la Región Metropolitana, hay dos millones y medio de personas que apoyan al Gobierno?

Uno podría haber dicho: entonces hay dos millones y medio de personas que están apoyando al gobierno del presidente Boric y que probablemente a Claudio Orrego lo van a poner en pole position para las presidenciales. No es así. En las elecciones de esta naturaleza, se tienen que medir por factores propios de las elecciones territoriales.

Entonces, me parece que hubo dos errores que no voy a asignar a un sector político, porque las elecciones territoriales también tienden a tomarse como predictivas para las elecciones del próximo año, que son las parlamentarias y presidenciales.

El error fue haber pretendido que la elección de gobernadores era un plebiscito al Gobierno, primer error. Segundo error, pretender que los resultados de esta elección permiten proyectar los resultados de la elección parlamentaria o presidencial.


Pero este tipo de proyecciones siempre se hacen…

Lo que quiero decir es que las elecciones comunales —concejales y alcaldes— y las elecciones territoriales —gobernadores y consejeros regionales— responden más a dinámicas propias de las regiones que a dinámicas vinculadas al Gobierno.

Es cierto que, si un candidato es muy cercano a un presidente o a un sector, habrá un porcentaje de gente que dirá “no voy a votar porque es cercano al Gobierno” o “porque está lejano al Gobierno”. Pero, ¿cómo explicas que en la Región de Antofagasta se enfrentaban dos candidatos que uno podría llamar progobierno? ¿Qué plebiscito al Gobierno iba a haber ahí entonces? Si era un plebiscito al Gobierno, todos los que están en contra del Gobierno no habrían ido a votar, y allá tuvimos una alta participación electoral.

¿O cómo explicas lo que pasó en la Región de Los Lagos, donde dos candidatos de centroderecha competían? Entonces, ¿qué plebiscito al Gobierno podría haber en la Región de Los Lagos? Ninguno. Si se ha asociado a René Saffirio por su pasado político al Gobierno, habría tenido que perder en La Araucanía, y no fue así. René Saffirio es un líder totalmente regional, de la Región de La Araucanía, que ha tenido una trayectoria política, que ha sido alcalde y parlamentario.

Entonces, es un error asociar elecciones regionales con temas nacionales, y eso tiene que ver con que los analistas políticos de los medios nacionales hegemónicos tienden a nacionalizar todo, a santiaguinizar todo, a metropolitanizar todo.

Los analistas piensan en clave de elección nacional. Vi con tristeza que muchos periodistas de canales como CNN, 24 Horas o CHV decían: “Vamos a la Quinta Región, veamos qué pasa en la Cuarta”. Las regiones no tienen número hace rato, entonces eso demuestra que ni siquiera se toman en serio nuestros procesos de descentralización, de regionalización.

Si los medios de comunicación hegemónicos, con sus posiciones y dinámicas, influyen en la opinión pública, ¿qué espero yo de un analista político que estudia la política nacional? No le da el lugar que se merece una elección territorial, con factores locales y territoriales. Esa obsesión por nacionalizar todo, por vincularlo todo con el Gobierno, por vincularlo todo con una elección presidencial, daña precisamente el proceso de descentralización. Pero, en fin, Chile es un país centralizado, entre otras cosas, por estas razones.


¿Cuál es el principal desafío de los gobernadores electos en materia de descentralización y regionalización?

Esta elección tiene, en mi concepto, dos cosas muy buenas. Una, la configuración de gobernadores regionales electos. De quedar 9 de centroizquierda, uno independiente —porque Saffirio, por más que lo quieran clasificar de centroizquierda, no tiene nada que ver con este Gobierno y es muy crítico de este, aunque es una persona de trayectoria política—, y 6 de centroderecha, el panorama se parece mucho más a Chile que el resultado anterior, donde hubo 15 gobernadores de un sector y uno de centroderecha.

Si tenemos un conjunto de gobernadores electos más parecido a cómo piensa Chile en términos ideológicos, los acuerdos y consensos que se logren construir en la AGORECHI (Asociación de Gobernadores Regionales de Chile) para avanzar en descentralización tendrán más posibilidades de consenso en el Congreso.

Antes, la derecha no tenía incentivos para ver en la AGORECHI una fuente de propuestas de cambios constitucionales o nuevas leyes porque tenía mayoría de centroizquierda. Ahora, con esta configuración de 9-1-6, que se parece más a Chile, tengo una esperanza genuina de que pueda haber mayor correlato en el Congreso.

Por ejemplo, en el Congreso, la centroderecha verá que tiene seis gobernadores diciendo que los problemas en gestión regional que plantean los gobernadores de izquierda son reales y que ellos también los sufren.

Finalmente, esto podría traducirse en acuerdos políticos. Por eso, pongo la apuesta en el Congreso, no en el Gobierno. A pesar de formar parte de un consejo asesor de descentralización, el Gobierno tiene poco tiempo y esta agenda no es prioritaria.

Me dio algo de esperanza cuando el presidente habló de retomar la agenda después de reunirse con Orrego y Mundaca en La Moneda, pero retomar agendas políticas toma tiempo. En junio, tendremos un “pato cojo”, como se dice en ciencias políticas: el Gobierno estará de salida, y los candidatos presidenciales estarán planteando sus alternativas en esta y otras materias.


Revisa la entrevista completa en aquí:


 

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