Por: Elisa Jordán. Gerente Comercial de ProntoPaga
Chile ha sido pionero en la digitalización de los pagos, pero ese liderazgo está en riesgo. Mientras países como Brasil, con su sistema PIX, Colombia con Bre-B o Perú, con UPI el sistema que revolucionó los pagos en India además de las billeteras digitales nacionales como Yape o Plin, modernizan sus ecosistemas de pago.
Nuestro mercado enfrenta el desafío de actualizar su infraestructura para no quedarse atrás. Aunque las transferencias electrónicas y pagos digitales han crecido exponencialmente en los últimos años, la falta de avances en interoperabilidad y regulación podría frenar el dinamismo del comercio y la inclusión financiera.
En marzo de 2024, el 66% del consumo de los hogares en Chile se realizó con tarjetas, según el Banco Central, y cada persona efectúa en promedio 315 pagos digitales al año. Sin embargo, a pesar de esta adopción masiva, las barreras tecnológicas y regulatorias podrían restarle competitividad al ecosistema de pagos chileno frente a sus pares regionales.
El crecimiento de las Transferencias Electrónicas de Fondos (TEF) es un claro reflejo de esta transición: en marzo de 2024, estas operaciones aumentaron un 23% en monto respecto al año anterior, alcanzando los 268.953 millones de dólares, equivalente al 82% del PIB del país.
En su momento, Chile fue pionero en la región al permitir transferencias interbancarias inmediatas, lo que representó un gran avance y nos posicionó como un referente en pagos digitales, no obstante son instantáneas de cara al usuario, pero se compensan posteriormente en una cámara.
Sin embargo, el desafío actual no radica solo en la capacidad de realizar estos pagos, sino en la tecnología que los respalda, en la manera en que los bancos se comunican entre sí y la mayor o menor fricción para quienes usan los servicios.
La infraestructura que alguna vez fue innovadora hoy enfrenta barreras en rapidez, interoperabilidad y seguridad que deben ser atendidas. Si no se modernizan estos sistemas, corremos el riesgo de quedarnos atrás frente a países que han optimizado sus plataformas con mayor agilidad y han adoptado estándares globales más avanzados.
Chile tiene la oportunidad de consolidar su liderazgo en pagos digitales, pero debe acelerar su adaptación a las nuevas tendencias globales. La implementación de pagos inmediatos, la integración de Open Finance y el fortalecimiento de la infraestructura fintech serán determinantes para mantenernos a la vanguardia.
Hoy reconocemos que el regulador ha estado recogiendo opiniones y revisando experiencias de otros países para ganar certezas y asegurar una implementación moderna y bien hecha, y debemos seguir trabajando en estos desafíos para que Chile mantenga su liderazgo en esta materia.
Poder efectuar un pago validándolo con tu correo, teléfono o número único, en una carretera nueva, que provee liquidez instantánea y con un costo bajo, es una mejora para los consumidores finales que no puede demorar más en ser regulada en nuestro país.
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