Tras asumir el máximo cargo institucional, la autoridad esbozó algunas líneas de lo que será su gestión, sus principales metas y el papel que jugará la Universidad de Antofagasta en el desarrollo regional
Durante cinco décadas, el Dr. Marcos Cikutovic Salas ha construido una sólida carrera académica, que se inició en 1968 como estudiante de Biología de la ex sede local de la Universidad de Chile, y continuó más tarde en su heredera, la actual Universidad de Antofagasta, como docente, jefe de carrera, director de departamento, decano y, desde agosto de este año, como su nuevo rector.
De hecho, durante una solemne ceremonia realizada en el Salón Horacio Meléndez de la UA, este nieto de inmigrantes croatas, nacido en la oficina salitrera Humberston y ex alumno del Colegio San José, asumió la conducción del plantel público regional por los próximos cuatro años, periodo en que su meta será “llevar la universidad al nivel más alto que podamos alcanzar”.
Se trata de un desafío que asume con entusiasmo, pero también con la tranquilidad que entrega su largo recorrido en la institución, donde ha desarrollado prácticamente todas las facetas que caben a un académico, investigador y directivo. “Soy hijo de esta universidad y la conozco desde sus raíces”, plantea el rector Marcos Cikutovic, quien espera contar con el apoyo de toda la comunidad universitaria.
¿Cuáles fueron los motivos que lo llevaron a postularse como rector de la Universidad de Antofagasta?
“Después de haberme desarrollado profesionalmente en la Facultad de Ciencias de la Salud, pensé, a instancias de colegas, que era el momento de asumir un desafío mayor, como es la conducción de nuestra corporación universitaria. Yo creo en la Universidad de Antofagasta, creo que es una universidad que tiene enormes posibilidades de desarrollarse en la región, tiene un nombre que la identifica, tiene áreas de desarrollo que están perfectamente relacionadas con la estrategia regional, de tal modo que pensé que, después de haber adquirido toda esta experiencia, era la oportunidad de verter ese conocimiento en nuestra institución, a la cual conozco desde sus raíces”.
¿En estos meses tras la elección, se ha formado un diagnóstico del estado actual de la institución, sus fortalezas y debilidades?
“Tenemos una universidad que tiene un capital humano de relevancia y que lo ha incrementado los últimos 20 años. Yo fui el primer doctor de la Facultad de Ciencias de la Salud, pero hoy tenemos una planta cercana al 40% de doctores, eso habla de un desarrollo, que se ha replicado también en las otras unidades académicas. Y esto muestra que, no obstante las carencias, las universidades públicas pueden desarrollar proyectos destinados no solamente a aumentar su planta académica, sino que también a fortalecerla, prepararla para los desafíos del Siglo XXI, porque hoy las exigencias que se hacen a las universidades son distintas a las que se hacían hace algunas décadas. Entonces, creo fundamentalmente en la fortaleza que tiene nuestra institución respecto al capital humano, que es lo principal. Lo que necesitamos ahora es incrementar la credibilidad, incrementar los recursos, pero estamos preparados para lograrlo”.
¿Cuáles son los desafíos de su administración?
“Lo primero es que estoy absolutamente convencido que, para poder desarrollarnos, tenemos que trabajar de acuerdo con las estrategias de desarrollo e innovación que tiene nuestra región. Somos una universidad regional, entonces lo que hagamos en investigación, en vinculación con el medio, en formación de capital humano, tiene que servir a la región. En nuestra región está enclavada la capital minera de Chile, en consecuencia, tenemos que formar profesionales que estén de acuerdo con esta definición. Por eso generar proyectos energéticos, minería no metálica, hidrógeno verde, son invitaciones que no podemos soslayar, son invitaciones que debemos aprovechar, sin descuidar otros aspectos que nos competen como universidad estatal, pluralista y laica, por ejemplo, la salud”.
“Tenemos que ser una universidad que forme profesionales con arraigo, los especialistas que necesitamos en la medicina, en todas las áreas de la salud. Para mí es tremendamente satisfactorio comprobar que el 80% de los profesionales de la salud que laboran en la región, estudiaron en la UA. Eso significa que hemos dado cumplimiento a nuestro rol, pero nuestros aportes tienen que ir más allá. Nuestra investigación debe ser investigación aplicada, nuestra vinculación tiene que ser vinculante con lo que la región requiere, debemos tener voz respecto a las políticas públicas, tenemos que preocuparnos de nuestros adultos mayores. Lo bueno es que tenemos la gente.
¿Ha tenido oportunidad de conversar con otros rectores, hay ideas que haya recogido de ellos, buenos ejemplos de gestión que pretenda traer a la UA?
“Hay algunas actividades en las cuales hemos sido pioneros y esto ha permitido el acercamiento de otras instituciones con el fin de asimilar esas iniciativas y compartirlas. Recientemente tuvimos una reunión de la Agrupación de Universidades Regionales, AUR, y ellos específicamente estaban interesados en tres actividades que hemos desarrollado. Nuestra experiencia con el Hospital Clínico, nuestra experiencia en el Centro Referencial de Adultos Mayores y nuestra experiencia con el desarrollo del Centro de Investigación en Fisiología y Minería de Altura. Pero además de conocer, ellos nos ofrecen su apoyo en términos de colaboración, lo que resulta muy importante. Yo diría que el gran desarrollo que ha alcanzado nuestra universidad en temas de investigación, de publicación de resultados, tiene que ver con estas colaboraciones que se han establecido, las que hemos logrado con la U. de Chile, con la PUC, en temas de vacunas, inmunoterapias. Nuestras relaciones con el Instituto Milenio también. Todo ello habla justamente de estas colaboraciones que son posibles y que nos permiten dos cosas: ir más rápido y minimizar los errores”.
¿Qué rol deben jugar las universidades estatales en el territorio en que están insertas?
“La sociedad en la cual están insertas las universidades plantea demandas, y lo que pide son propuestas que vayan en beneficio de la comunidad, que permitan resolver de los problemas existentes, problemas de contaminación, de salud pública, de falta de especialistas, de falta de participación ciudadana. Esos son temas en que las universidades regionales deben participar, por el rol que tenemos y que está definido en nuestra visión y misión, pero al mismo tiempo porque nuestro financiamiento proviene del Estado y en consecuencia tenemos que funcionar acorde con lo que el Estado requiere. Nuestra universidad no puede estar ausente y tiene que estar abierta a todos esos requerimientos”.
¿Qué tipo de liderazgo planea ejercer dentro de la institución?
“Lo primero es la responsabilidad, tenemos que ser responsables de nuestro accionar, tenemos que ser transparentes, lo que se llama accountability, es decir, debemos ser responsables de cada uno de los gastos que asumimos, lo que hagamos tiene que ser de calidad, lo que hagamos en ciencias tiene que ser aplicado a los requerimientos regionales, lo que hagamos en actividades vinculantes tiene que ser de acuerdo a lo que la sociedad requiere, de modo entonces que la responsabilidad, la transparencia, el accountability, deben ser cuestiones comunes a nuestro accionar y a nuestro liderazgo para transformarnos en una universidad desarrollada”.
¿Qué espacio tendrán los distintos estamentos universitarios en su gestión?
“Yo estoy absolutamente de acuerdo con la triestamentalidad. Cuando yo ingresé como estudiante a la Universidad de Chile, tuve la oportunidad de votar por un rector, que era el rector de la U. de Chile; y por un vicerrector, que era el vicerrector de la U. de Chile sede Antofagasta; y después pude votar como académico, pero también votaba el funcionario. Entonces, esa es la universidad que a mí me gusta, en la cual me formé, en la cual todo mundo ejerce, dentro de los canales que están establecidos, su derecho a opinar. Mi visión con respecto a esto es que necesitamos establecer canales de comunicación, entender las necesidades que tienen los funcionarios. La comunidad universitaria es mucho más grande que la academia solamente, incluye al personal administrativo, de servicio, alumnos, y tenemos que generar acuerdos, porque en la medida que lo logremos, las posibilidades de desarrollo se incrementan”.
Después de 16 años del rector Luis Alberto Loyola, gran parte de la comunidad universitaria enfrenta por primera vez un cambio de rector, ¿qué mensaje tiene para esas personas?
“Lo primero, la elección de este rector fue un proceso democrático, que se definió en dos instancias. Lo segundo, el voto de confianza que pide esta administración. La administración anterior estuvo 16 años al frente de la universidad, y era completamente necesario un cambio, algo parecido a lo que sucedió en la Facultad de Ciencias de la Salud, donde yo estuve ocho periodos y estaba comenzando un noveno, y también estimada que era el momento de hacer un cambio, porque no es bueno que las autoridades se eternicen. Por eso lo que pido a la comunidad es un voto de confianza, estamos bien intencionados, hemos formado el mejor equipo con el fin de dar solución a lo que la conducción de la universidad exige”.
“Tenemos grandes desafíos, es un año en el cual vamos a tener los resultados de la acreditación, es el primer año del nuevo gobierno, vamos a tener los resultados del proceso constituyente, hay una serie de elementos, pero yo creo que nuestra propuesta tiene la capacidad de dar respuesta a estos requerimientos, pero se requiere tiempo para asentarnos y hacer los cambios que se necesitan. Tenemos que trabajar a la vista de todos, trabajar con la comunidad, hacerles saber los resultados de nuestros procesos. Eso requiere un voto de confianza”.
¿Dónde quiere dejar a la UA en cuatro años más?
“Yo la quisiera dejar en el nivel más alto que pudiéramos alcanzar, quisiera una universidad desarrollada, acreditada en todas las áreas, una universidad que tenga una ruta definida, absolutamente acorde con lo que son los desafíos de la región, que conoce los problemas de comunidad y les busca solución, no una universidad que camina en paralelo a los requerimientos de la sociedad, y estoy seguro que lo vamos a lograr”.