Por: Andrea Espinoza. Abogada. Magister en Derecho LLM, PUC. Especialista en Derecho Público, Administrativo y Arbitraje. Socia de proyectos vitivinícolas. Escritora independiente y columnista de vinos e industria vitivinícola
En la antigüedad, “la fiesta de la vendimia”, llamada también “las fiestas de la cosecha” en el viejo mundo, se conmemoraban con pequeñas y reducida celebraciones en los respectivos pueblos, para festejar el término de la cosecha, por ende si la cosecha era generosa, mayor era el tamaño de la festividad.
Estas celebraciones, hoy por hoy han ido evolucionando, en términos positivos en nuestro país y en el mundo, con producciones de un nivel superior, que contemplan degustaciones de las diversas casas de vinos de las respectivas regiones, producciones musicales, presentes que se entregan a los asistentes, competencias, reinados, entre otras múltiples actividades que acompañan la conmemoración.
Ahora bien, las vendimias de los valles centrales como: Limarí, Casa Blanca, Colchagua, Maipo y Curicó, son las que más resuenan en nuestro país por la magnitud de sus verbenas, existiendo en su totalidad 17 localidades que realizan estas celebraciones, en razón de las fiestas entorno al vino.
De igual modo, como se realizan las distintas celebraciones en los diversos valles que componen las regiones de nuestro país, esta no es una actividad exclusiva ni excluyente de nuestro territorio, nuestros vecinos también conmemoran estas fiestas. Entre las más reconocidas fiestas de América se encuentra la fiesta del Ica en Perú, la fiesta de la vendimia en Mendoza donde toda la ciudad se vuelca a las calles con carros alegóricos, y otra multitudinaria es el carnaval en la ciudad de Las Piedras en Uruguay. Festividades ligadas enteramente a la celebración del vino.
Por otro lado, no debemos perder de vista que las actividades que se desarrollan, no tan solo tienen como finalidad las festividades. En términos prácticos esta es la oportunidad en la cual, el encargado del viñedo señala que es el tiempo exacto, de cosechar dichas vides por cumplir las cualidades y atributos que su autor considera oportunas para la elaboración del mosto, una de ellas es la madurez de las uvas, que es el equivalente a la cantidad de azúcar, que el creador, busca entregar como sello en el vino a elaborar.
Una vez realizado un sucinto análisis en relación a las fiestas del Dios Baco, las vendimias o fiestas del vino, la invitación es a concurrir a degustar, conocer e indagar sobre cada una de las cepas que son presentadas por las distintas casas de vinos. En términos sencillos, es la oportunidad de apreciar las características reinantes entre una y otra cepa, entre cosechas, siendo la ocasión precisa para continuar cultivando el conocimiento de los generosos zumos que entregan las distintas regiones de nuestro país, como sugerencia recomiendo los carignan de la Región del Maule.
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