Presidenta de Mujeres del Pacífico, entidad que recientemente recibió el premio “Woman of the Decade Creating a Better World for All” que entrega el Women Economic Forum a las líderes mujeres en todo el mundo en la creación de oportunidades para otras mujeres, siendo la primera chilena en recibir este reconocimiento
En el mundo hay cerca de mil 900 Empresas B, distribuidas en 50 países y desarrollándose en 130 industrias diferentes, cuyos principales objetivos apuntan a redefinir el sentido del éxito para construir sociedades más sustentables y de mayor bienestar.
El sello de Empresas B es otorgado a organismos que redefinen el sentido del éxito empresarial, usando la fuerza del mercado para dar solución a problemas sociales y ambientales. Un buen ejemplo de ello es Mujeres del Pacífico, organismo cuyo objetivo es motivar a las mujeres a emprender e internacionalizar sus emprendimientos, con una estrecha relación de Chile con México, Perú, Colombia y Costa Rica.
Para conocer más sobre esta iniciativa y de quien hoy la preside, Poder y Liderazgo conversó en exclusiva con Fernanda Vicente, quien además es directora de Scotiabank Chile, directora de Fundación Kodea y directora de Diverge, el Centro de Innovación Empresarial de la Universidad Finis Terrae.
Fernanda Vicente comenzó su carrera profesional de periodista en medios como revista Elle y Cosas, y luego realizó estudios de Licenciatura en Estética en la Pontificia Universidad Católica de Chile. En el año 2000 obtuvo sus diplomados de la Universidad de California, en Marketing Comunicacional y Marketing de Productos y Servicios Tecnológicos. Ha sido fundadora de numerosas empresas, convirtiéndose en un referente sobre el éxito basado en el emprendimiento. Y es justamente lo que ella transmite desde Mujeres del Pacífico, donde “sembramos las ganas y la pasión por el emprendimiento”.
Esta inquieta periodista ha sido Directora de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech) y de ASELA (Asociación de Emprendedores de Latinoamérica), pero sin duda su aporte a Mujeres del Pacífico es su principal logro.
¿Pero realmente qué es “Mujeres del Pacífico”?
“Es una organización internacional experta en materia de equidad y género para el emprendimiento femenino, que trabaja en dos grandes enfoques, uno que procura el impulso, conectividad y desarrollo de mujeres emprendedoras y otro que incentiva el fomento de buenas prácticas organizacionales en materia de género, la gestión del conocimiento mediante el estudio del emprendimiento y su ecosistema, así como el desarrollo de vínculos internacionales entre organismos e instituciones en favor de la mujer emprendedora”.
¿Qué es para ti el emprendimiento?
“Tiene que ver con una actitud frente a la vida, con tener la certeza de que está en nosotros la posibilidad de cambiar las cosas y tomar acciones para hacer esos cambios. Puede ser emprender una empresa, pero también emprender un nuevo camino en la vida, tomar decisiones que pueden solucionar problemas que creíamos resignados”.
¿Cómo llega una periodista a convertirse en un referente del emprendimiento a nivel nacional e internacional?
“Los periodistas tenemos una habilidad clave para esta nueva economía y es saber comunicar. En la era de la digitalización, todo es transmisión de información y hoy lo que no se comunica es como que no existiera. A la vez somos muy observadores y sabemos ver lo que está pasando y unir las puntas. Además, los relatos movilizan a las personas y los periodistas sabemos transmitirlos”.
“Creo que estas tres habilidades han sido claves en mi trabajo, porque me mueve el poder ayudar a transformar las cosas, y el saber compartir el mensaje a un gran número de personas de manera clara y en un idioma que todos puedan incorporar, hace más fácil mi labor”.
A la hora de emprender… ¿qué diferencias percibes entre un hombre y una mujer?
“En general, ambos tenemos las mismas barreras burocráticas, pero donde veo gran diferencia es en las barreras culturales o mentales. El no puedo o no se puede está muy presente en las mujeres, además, en general, tenemos más aversión al riesgo y tenemos que sentir que sabemos mucho de un tema para atrevernos a partir”.
“También, hasta ahora acceder a financiamiento, si bien nunca ha sido fácil para todos los emprendedores, para las mujeres es aún más difícil. Otra diferencia es que, en general, las mujeres no estudiamos carreras que nos preparan para dirigir empresas, así que partimos con menores conocimientos y en muchos casos el emprendimiento femenino se genera más por necesidad que por oportunidad y en condiciones más precarias”.
¿Cómo evalúas el ecosistema del emprendimiento del país y, en particular, el de regiones?
“El ecosistema en Chile hoy es bien robusto, hay varios actores desde el sector público y el privado, como por ejemplo Mujeres del Pacífico y Asech, empujando el carro del emprendimiento y en los últimos años la academia se ha unido a esta labor. Ya hay más fuentes de financiamiento, de capacitación y redes como los lugares de coworking o asociaciones gremiales en distintas industrias”.
“En regiones, si bien más incipientes, veo algunos sectores donde los ecosistemas están floreciendo con fuerza y empezando a trabajar en colaboración con otras regiones. Es el caso de Antofagasta, La Serena, Valparaíso, Concepción, Temuco y Puerto Varas, quienes tienen actores importantes como universidades, Corfo, Sercotec, espacios de trabajo colaborativo, agrupaciones, grandes empresas y emprendedores de distintas edades con muchas ganas de impulsar su región.”
¿Qué diferencias observas entre una y otra región en materia de emprendimiento?
“Cada región está generando gran valor al impulsar emprendimientos con identidad propia. Los territorios son muy distintos, tienen actividades productivas diferentes y desafíos completamente distintos. Lo interesante es que se están dando cuenta que desde su región pueden crear para el mundo y aquí destaco el trabajo que está haciendo Sercotec, Corfo, Pro Chile y Marca País, por dar acceso a mercados y acompañar a los emprendedores de las regiones en su camino”.
En términos personales, ¿cómo ha sido la experiencia de emprender y sobre todo, ayudar a emprender a otros?
“Es fascinante. Sentir que uno tiene la posibilidad de crear algo nuevo y con eso no sólo realizarme como profesional, si no poder ayudar a otras personas no tiene precio.
El camino de emprender está lleno de obstáculos y más aún si se emprende con impacto social, pero es un gran regalo poder ayudar a otros a realizar sueños y junto con los que crean valor para su propia familia y comunidad. Cuando ya partes este camino, no hay pie atrás. Puede que a la empresa le vaya mal, pero el espíritu emprendedor nos va a acompañar hasta el final de nuestros días”.
¿Qué actitudes o atributos consideras que son esenciales a la hora de emprender?
“Una palabra clave: Determinación. Porque el camino no es fácil, pero solo tener claro nuestro objetivo es lo que nos motiva a seguir. También estar siempre atento, mirando, leyendo, conversando con personas distintas y estar dispuestos a caernos y pararnos mil veces”.
¿Consideras que el Estado invierte lo necesario para fomentar y potenciar el emprendimiento? ¿Y los privados?
“El Estado ha hecho un gran esfuerzo estratégico en impulsar la actividad emprendedora y cada día tienen más claro que el futuro de Chile está en el emprendimiento y en la innovación. Por supuesto que siempre se puede hacer más, pero los chilenos somos unos privilegiados por tener acceso a muchas herramientas de ayuda que el Estado ha desarrollado”.
“Éste es uno de los pocos temas que ha tenido continuidad en los distintos gobiernos y en el que hay concordancia de mirada”.
“Donde existe una gran deuda es en el poder legislativo, porque no logran ver la urgencia de impulsar cambios legales que faciliten la actividad emprendedora”.
“En cuanto a los privados, las grandes empresas están muy alejadas del emprendimiento, la academia ha empezado a tomar el tema con importancia y a los inversionistas les queda mucho por aportar”.
¿Qué mensaje o consejo le darías a un emprendedor en su etapa inicial?
“Primero que crean en sus ideas y que traten de echarlas andar lo antes posible, pero de una manera liviana y trabajando de la mano con sus potenciales clientes para desarrollar la solución. Lo más importante es “fallar rápido y fallar barato” para poder seguir adelante de una manera lo menos traumática posible”.
“También que idealmente no hagan este difícil camino solos, que tengan socios, que trabajen en colaboración con otros, que hagan alianzas estratégicas. Y, por último, que busquen asesoría. Hoy hay varias redes de mentores, cursos de capacitación e información, aprovéchenlos”.
Para el desarrollo de las regiones, ¿consideras relevante el emprendimiento?
“¡Fundamental! La única manera de combatir realmente la centralización es creando valor de clase mundial en la región, para quienes viven en la región y para el resto del mundo. Vivimos en un mundo globalizado e hiperconectado y hoy nuestra oferta puede estar presente en cualquier mercado del mundo”.
“El emprendimiento crea desarrollo, empleos y abre las puertas para que otras personas se animen a emprender. Es un multiplicador de impacto”.
¿Qué opinión te merecen los programas pilotos de fomento productivo que está impulsando el Gobierno en las regiones de Antofagasta, Los Ríos y BioBio?
“Todas las iniciativas que empoderen a las regiones y les den herramientas de apoyo para desarrollar emprendimiento e innovación local me parecen importantes, pero creo que hay que ver el impulso de la actividad regional no sólo como un acto de descentralización, sino como una oportunidad de capturar todo el valor que existe en la región y transformarlo en valor país. Que nazcan emprendimientos con identidad local, pero con proyección nacional e internacional”.
En la misma línea, ¿crees que existe centralismo a la hora hablar de emprendimiento? ¿De qué forma se revierte esa realidad?
“Es verdad que en Santiago se concentra principalmente la oferta del ecosistema, lo que hace más difícil la tarea para los emprendedores de regiones. Hay esfuerzos más que nada desde el sector público con los Centros de Desarrollo de Negocios y las oficinas regionales de los distintos organismos de acercar las oportunidades a todos, pero la digitalización de la economía y los servicios es una buena aliada para borrar las barreras geográficas, y la transformación ya está ocurriendo”.
Fernanda Vicente, de un currículum tan extenso como el número de mujeres que han sido apoyadas por el organismo que preside, es un ejemplo del trabajo que da frutos, del valor que existe en las regiones, donde el éxito llega cuando las metas están claras y cuando el potencial no radica en la ubicación geográfica ni en los recursos, sino en el deseo de emprender y no temer al fracaso, pues como nos dijo esta mujer que ha convertido su vida en un emprendimiento: “fallar es bueno, son nuestras heridas de guerra, y es lo que nos abre camino para el siguiente paso”.