Gestión del agua: la clave para el bienestar de Latinoamérica

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Por: Andrea Ramos. Vicepresidenta de Adaptación Climática de Kilimo


El agua limpia y segura es considerada por el 90% de los latinoamericanos como una de sus mayores preocupaciones sociales, mientras que el 65% de ellos afirma que dejaría de comprar productos que requieren grandes cantidades de agua en su producción.

Estos son algunos de los principales resultados del reporte Watermark Study de Ecolab, que encuestó a más de 7 mil personas en la región para conocer su opinión en temas medioambientales, con resultados que reflejan una creciente conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad.

Y las cifras se condicen con lo que ocurre actualmente. La crisis hídrica que vive la región es un desafío que amenaza el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la ONU en 2015.

De hecho, según la CEPAL, sólo un tercio de estas metas están en vías de alcanzarse para 2030. Y según el mismo reporte, el 76% de los latinos cree que las empresas carecen de directrices claras para proteger el agua, y el 42% considera que ni los gobiernos ni el sector privado hacen lo suficiente.

Esta percepción remarca la necesidad y una demanda de acciones concretas y transparentes. Por eso, en el caso de los ODS vinculados a agua limpia y segura, las empresas pueden alinearse con esta necesidad a través de iniciativas que hacen posible reducir el uso del agua sin comprometer la productividad, mediante tecnologías y proyectos colaborativos con intervenciones en el territorio que benefician tanto a las comunidades como a las cuencas.

En esta tarea, es importante entender también que la gestión sostenible del agua no se trata sólo de una responsabilidad ambiental, sino de una oportunidad para fortalecer la reputación y la resiliencia de las empresas en un contexto donde el acceso a los recursos hídricos es cada vez más limitado, las regulaciones se vuelven cada vez más estrictas y los consumidores y stakeholders exigen mayor transparencia y compromiso con la sustentabilidad.

El caso de Chile es bastante elocuente. La cuenca del Río Maipo, que atiende alrededor del 70% de la demanda actual de agua potable, figura entre las más estresadas en todo el mundo y con claras señales de sobreexplotación.

En este contexto, son varias las compañías locales que han tomado conciencia de este escenario y en los últimos años han implementado medidas relacionadas alcanzar el estatus de water positive o agua positiva, entendidas como regresar al medio ambiente más agua de la que se consume. Así, ser agua positiva hoy se ha convertido para muchos en un aspecto estructural del negocio y a la vez, una responsabilidad hacia las comunidades.

Pero Chile no es un caso aislado, Latinoamérica enfrenta una gran encrucijada: aunque es una de las regiones más ricas en recursos hídricos, también es una de las más afectadas por la sequía y el cambio climático.

Sectores como la agricultura, que consume el 70% del agua en la región, y las industrias de alimentos, bebidas, energía y minería, deben encarar acciones para el cuidado del recurso, tanto  por el bien de sus negocios como por el bienestar de las comunidades en las que operan.

Hoy las startups climatech ponen sobre la mesa que la tecnología es una gran aliada para mitigar los desafíos del cambio climático. Y que, combinada con una buena gestión en los territorios, hacen factible abordar estos desafíos de manera local, pero con impacto global.

La región necesita acciones concretas y una visión de largo plazo hacia una gestión hídrica sostenible, o enfrentaremos un futuro donde el agua, en lugar de ser un motor de desarrollo, se convierta en un factor de crisis y desigualdad.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo


 

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