De acuerdo con el análisis efectuado por la Asociación Gremial de Clientes Eléctricos, una falla que deje al país sin electricidad no debió haberse producido. El país demanda del sector eléctrico un suministro confiable por los altos precios que ya está pagando
A las 15:16 horas del martes 25 de febrero se produjo una falla inédita en el sistema eléctrico chileno, la que dejó a casi el 99% de la población sin suministro eléctrico. Luego de la recopilación de información oficial, en la Asociación de Clientes Eléctricos (ACENOR A.G.) realizaron un análisis de lo ocurrido.
De esta forma, el director ejecutivo de ACENOR, Javier Bustos, destaca que “Aún no están todos los antecedentes técnicos para evaluar las razones de lo sucedido, así como las responsabilidades, y para ello existen investigaciones que se realizan y que van a tomar varias semanas”.
Cuando existen este tipo de fallas en transmisión, el sistema eléctrico acude a un Plan de Defensa ante Contingencias Extremas, que en este caso no operó como correspondía.
“Un colapso así no tiene una causa única. Y una caída del sistema eléctrico así no debió́ haberse producido, no solo por lo que sea que haya sucedido en la línea de transmisión. Después de ocurrido el evento, el sistema eléctrico tiene un plan de recuperación del servicio que al parecer también tuvo problemas. Al respecto va a ser necesario investigar cómo operó el Coordinador Eléctrico Nacional, las empresas generadoras y las empresas transmisoras involucradas, y cuáles son las responsabilidades de cada uno”, sentencia Bustos.
Efecto en clientes y propuestas
Los clientes libres o no regulados (incluidos sectores industriales y pymes) representan el 61% del consumo eléctrico nacional, por lo que son los más afectados con un sistema eléctrico que se viene completamente abajo. Con esto, las industrias y comercios pierden producción y tienen fallas en sus equipos, entre otros.
“Algunos clientes libres nos han indicado que aún no han podido volver a la normalidad y otros que van a tardar días en normalizar completamente su producción. El impacto económico es importante, lo que se va a ver reflejado en el crecimiento del país”, dice Javier Bustos.
Todos los clientes (tanto residenciales como los sectores productivos) pagan el 100% de las líneas de transmisión y el presupuesto del Coordinador Eléctrico Nacional (CEN). En el caso de los clientes libres, estos pagan como servicio complementario los necesarios para el plan de contingencia ante eventos críticos, así como la recuperación del servicio, explica el representante de los clientes no regulados.
En esta oportunidad se requiere una investigación exhaustiva sobre la operación del sistema para que esto no vuelva a ocurrir. Esto no pasa sólo por proponer más líneas de transmisión, que fallan, como ocurrió ayer, sino de disponer de planes adecuados de contingencias que funcionen. El país demanda del sector eléctrico un suministro confiable por los altos precios que ya está pagando, expone ACENOR.
Finalmente, “dado que la infraestructura que falló sólo es pagada por los clientes, es necesario cambiar esto y que parte del costo de la transmisión, además de los servicios ante contingencias y del presupuesto del Coordinador sea remunerado también por el resto de las empresas eléctricas. Tenemos un servicio que nos cuesta caro y que debe ser mejorado poniendo al cliente en el centro”, concluye Javier Bustos.