Lissette Paredes y Carlos Pacheco, integrantes de la generación 2017 del Programa Somos de Fundación Minera Escondida, compartirán durante una semana con representantes de organizaciones e instituciones que trabajan en liderazgo juvenil en el país centro americano
Nerviosismo y expectación, es lo que sienten por estos días, Lissette Paredes y Carlos Pacheco, representantes de la segunda generación de Somos 2017, quienes ya preparan sus maletas para vivir una gran experiencia formativa ¿El destino?, El Salvador, país centroamericano ubicado en el litoral del Océano Pacífico.
Esta pasantía internacional que se desarrollará entre el 15 y el 19 de agosto, es parte de la metodología de aprendizaje experiencial de Somos, proceso formativo desarrollado anualmente por Fundación Minera Escondida y cuyo objetivo es fomentar el liderazgo juvenil y el desarrollo de habilidades sociales. Esta oportunidad de crecimiento y vinculación internacional permite conectar a nuestros jóvenes con otras realidades y contexto, además de potenciar el intercambio de experiencias y conocimientos.
“Las pasantías constituyen la última etapa formativa del proceso, y lo que buscamos es que nuestros Agentes de Cambio conozcan de manera directa proyectos e iniciativas sociales concretas que son un aporte para el mundo. En este caso particular, El Salvador, es un país muy pequeño, con niveles de vulnerabilidad importante, que ha debido articular desde el Estado, la sociedad civil y el sector privado, una estrategia de desarrollo que le imprima un nuevo rumbo al país, combatiendo la pobreza, la desigualdad y la exclusión con énfasis en juventud”, explicó José Antonio Díaz, Director Ejecutivo de Fundación Minera Escondida.
Carlos, estudiante de Ingeniería Civil Industrial y Lissette, ecóloga marina, ambos de la Universidad de Antofagasta, fueron los jóvenes seleccionados para vivir esta experiencia, gracias al alto desempeño demostrado durante su formación, el compromiso y voluntad de generar cambios y transformaciones sociales. Conversamos con ellos, y hoy compartimos sus experiencias, anécdotas y expectativas de esta gran vivencia que sin lugar a dudas marcará un antes y un después en sus vidas.
Lissette, ¿qué significó para ti ser elegida para ser parte de esta pasantía y a la vez ser la representante de tu generación?
Fue sorpresivo el haber obtenido este cupo en la pasantía, pero también tiene que ver con mi proceso formativo que se tradujo en mi proyecto comunitario. En el grupo que estuve participando en Somos 2017, ocurrieron varias cosas y creo que la manera de enfrentarlo, fue clave para que tomaran la decisión de elegirme entre mis compañeros, ser representante es bien relevante, por la responsabilidad que tenemos, porque seleccionaron a dos pasantes de 46 personas que culminaron el proceso formativo.
El Salvador es un país que ha desarrollado políticas públicas orientadas a la juventud ¿qué les parece poder interiorizarte en estas materias?
Carlos: Desde que nos dijeron que iríamos a El Salvador he estado investigando; y luego cuando nos presentaron el programa de actividades pude tener una mirada más global. Creo que es muy interesante conocer cómo han trabajado con las comunidades más vulnerables, para acortar las brechas sociales y de oportunidades en la que viven.
Lissette: Es un país que vive una situación compleja. Podremos conocer organizaciones que están trabajando en emprendimiento, muchos de ellos están impulsando iniciativas medio ambientales y preservando la biodiversidad, esto tiene mucha relación con lo que yo realizo día a día en mi ámbito laboral y a través de la agrupación Gigante Verde, por eso es muy relevante conocer lo que están haciendo y poder ligarlo a lo que hacemos en Chile.
Como representantes de la generación Somos 2017 ¿Qué mensaje quieren entregar en el país centro americano?
Carlos: Me gustaría entregar un mensaje de humildad, de solidaridad y compañerismo, demostrando que a pesar de que nuestro país está tan lejos, somos personas cercanas y de esa manera poder acércanos y aprender de la gente.
Lissette: La humildad es esencial en el viaje, creo que debemos entregar herramientas que nosotros hemos adquirido en el Somos e información que les permita mejorar sus organizaciones, y nosotros a su vez, aprender de sus experiencias.
Lissette uno de los objetivos que tiene este viaje es generar vinculaciones con instituciones y organizaciones de Latinoamérica ¿qué opinas de esta gran oportunidad?
Lissette: Nosotros representamos a la generación de Somos 2017, tuvimos la oportunidad de ser los elegidos, pero detrás de nosotros hay mucha gente que está haciendo muchas cosas, por eso es muy relevante conocer y aprender de sus innovaciones y proyectos, seguramente requerirán de ciertas adaptaciones, pues son contextos diferentes, pero la idea es entender los procesos que a ellos les han dado buenos resultados y ver cómo pueden ser aplicados acá, y por supuestos compartirlo, a nuestro regreso, con el resto de nuestros compañeros y quienes quieran saber más.
En las acciones comunitarias que efectuarán en el país centro americano ¿cómo piensan poner en práctica lo aprendido en Somos?
Carlos: A veces no me doy cuenta, como lo aprendido en el Somos se aplica en distintas aristas de mi vida, como por ejemplo en mi función en el centro de alumnos, en el movimiento estudiantil y en mi rol en el voluntariado, creo que voy aplicando lo aprendido en todo momento. Cuando pise el suelo de El Salvador, voy a estar poniendo en práctica todo lo aprendido, cuando vayamos a hacer la limpieza de una isla, vamos aplicar lo aprendido en el Somos, porque el conocimiento adquirido es transversal, todo lo aprendido en Somos ya está en nuestro espíritu. Las herramientas que nos dio Somos nos marcaron porque fueron muy útiles, tanto para nuestra vida personal como profesional. Lo aprendido tiene mucho que ver con tener una escucha consciente de las comunidades, generar relaciones de confianza, poner en práctica la empatía y el respeto. Escuchar más y hablar menos.
Lissette: En realidad el proceso formativo se realizaba con clases dinámicas y luego cuando tuvimos que ir al territorio, el aplicar ese conocimiento es complejo, pero ahora lo tenemos muy interiorizado y cuando uno enfrenta el día a día, ya estás buscando como relacionarte con la gente y aplicar lo aprendido.
La pasantía internacional se extenderá durante cinco días, instancia donde los jóvenes tendrán la posibilidad de visitar San Salvador, capital de la República de El Salvador y la Isla Tasajera, ubicada a 70 kilómetros, lugar reconocido por su rica biodiversidad y su importancia ecológica, social, económica, cultural, científica y recreativa. Un recorrido que estará guiado por María Alejandra Cifuentes, Líder de Programas de Fundación Minera Escondida y que incluye interesantes jornadas de interacción con representantes de institución como TECHO El Salvador, Programa Mundial de Alimentos de la ONU, el Fondo de la Iniciativa para las Américas FIAES, Somos Tutal y ONG´s destinadas a la preservación y cuidado del medio ambiente.
¿Qué significará este viaje para el futuro de ambos?
Carlos: Actualmente me desempeño en voluntariado y liderazgo, creo que el viaje en sí, me permitirá ver otras realidades y cuestionarme los privilegios que tengo, porque tuve el privilegio de poder estudiar en un buen colegio, pude acceder a educación universitaria, por eso quiero cuestionar esos privilegios y ver como yo, no desde la culpa, me hago responsable de la vulnerabilidad que existe a mi alrededor.
Lissette: Siempre pienso no solo lo que significará para mí, sino en cómo trasmitírselo a mis compañeros, para poder aplicar como enfrentan su realidad en El Salvador y poder trasmitirlo a los jóvenes del Somos. Para replicar las experiencias exitosas en nuestro territorio.