“La mutación como destino” es el nombre del segundo libro del periodista y escritor antofagastino, Juan Manuel Rivas, quien egresó de la Universidad Católica del Norte (UCN), y hoy está radicado en Santiago
Se acerca el lanzamiento de este libro de poemas que nace luego de escribir “Ciudad Laberinto”, en el cual abordó la complejidad de escribir poesía en el país y sobre su rol desde la docencia, dándose tiempo para referirse a las consecuencias, en el hombre común, por los cambios económicos y sociales de los últimos cuarenta años.
En “La mutación como destino”, que saldrá en septiembre por editorial Filacteria, mantiene su ágil pluma, “y en él tenemos una imagen de portada de Braulio Vidal, un talentoso fotógrafo que me apoyó”, destaca este periodista que conversó con Poder y Liderazgo sobre lo complicado que es ser escritor.
¿Qué nos puedes adelantar de tu segundo libro?
“Mi segundo poemario muta hacia nuevos territorios un poco más oscuros. La constante transformación del ser humano en todos sus ámbitos es la idea central del texto. Una especie de bipolaridad que ha llegado a estos días y que se ha adaptado perfectamentea la tecnología que cada día nos subvierte y jala nuestro lado más monstruoso”.
¿Qué fue más difícil, el primero o segundo libro?
“Sin duda, el primer libro resultó más desafiante. Ya que tuve que transitar un camino nuevo. No conocía a nadie, venía de provincia, sin dinero, ingenuo, al final me atreví, sobretodo, por el apoyo de varias personas que confiaron en mí y ya estoy en el segundo libro”.
¿Cómo te financias para llevar a cabo este tipo de proyecto literario? ¿y en Chile te puedes armar un sueldo o tener ganancias como escritor?
“En la poesía uno tiene que financiarse, sobre todo al principio. No obstante, si hay segunda edición o tercera comienza a financiar la editorial y quizás ahí te llega algo, pero igual muy poco”.
“En Chile no puedes vivir de la escritura a no ser que escribas novelas exitosas o bestseller. En poesía eso no existe, a no ser que seas Neruda”.
En tu faceta de periodista, tú saliste de la Universidad Católica del Norte, ¿te costó abrirte camino en Santiago?
“Claro que me ha costado… soy un hombre normal, sin parientes importantes, ni de familia de dinero. Sin embargo, igual he podido trabajar siempre, estuve en una agencia de monitoreo, en TVN. También he derivado a la docencia, mi otra carrera. No me preocupa el tema de ser reconocido. Trato de vivir relajado y entusiasmado con mis proyectos creativos”.
¿Cómo ves el tema cultural en regiones a diferencia de lo que ocurre en Santiago?
“Hay propuestas muy interesantes que rebosan de creatividad y rupturismo. Sin embargo, adolecen de apoyo oficial”.
“A nivel literario me gusta la escena alternativa que se producen en ciudades como Arica donde han creado un concepto fronterizo que aúnan las voces de Perú Bolivia y Chile en torno a las letras. Pero independiente de estos ejemplos faltan fondos oficiales que a veces sólo benefician a los mismos de siempre y que a veces no son los mejores”.
Ya presentaste tu primer libro en Filzic, ¿tienes planeado alguna actividad de este tipo en el corto plazo?
“Primero lanzaré mi segundo libro en Santiago, pero me gustaría hacerlo en mi tierra natal en diciembre”.
Pasando a tu veta de profesor, ¿qué buscas en cada clase con tus alumnos?
“En clases busco que mis alumnos desarrollen su curiosidad y autonomía frente al mundo, que sean participantes activos del mundo que los rodea, aunque sean tímidos”.
¿Qué análisis haces del modelo educativo en aula?
“En la educación pública después de la nefasta reforma del 90 sólo confiamos en el trabajo de los profesores con verdadera vocación que se parten el lomo entregando lo que tienen y de lo que han seguido aprendiendo. A nivel particular se puede hacer más. Depende del proyecto particular, el Montessori ha sido destacado al igual que el método Baldor, sin embargo, para optar a ellos hay que tener dinero”.
“El colegio donde hago clases igual tiene orientación distinta, tiene un concepto budista de educación, pero claro igual es particular, la idea que estos modelos o estilos es que sean replicados en la enseñanza pública pero ya sabemos que los grupos de poder no lo van a permitir”.
En su pluma y vorágine se delata el hombre escéptico, el rompe esquemas que hay en Rivas, un talento de nace en regiones y que está tratando de abrirse paso en la urbe santiaguina.
