La importancia de Rapa Nui

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Por: Antonio Horvath, Senador de la República por la Región de Aysén


Durante esta última semana se discutió en el Senado el proyecto sobre la regularización a residir, permanecer y trasladarse hacia y desde el territorio especial de la Isla de Pascua; en dicha instancia destacamos la importancia que tiene Rapa Nui para Chile, al transformarlo en un Estado tricontinental; no solo eso: también lo sitúa como uno de los más diversos del mundo.

Este maravilloso territorio insular se encuentra a 3 mil 700 kilómetros al oeste de Caldera; tiene una superficie de 163,6 kilómetros cuadrados. Sin embargo, si se agrega la porción de zona económica exclusiva y lo que significa el mar presencial, y se proyecta hacia la Antártica, todo ello le da a nuestro país una dimensión oceánica en un cuadrante completo del Pacífico.

La historia de Isla de Pascua es mundialmente conocida, no así para todos los chilenos. En 1887, Policarpo Toro recibe la misión de tomar o anexar Rapa Nui y logra un acuerdo, un tanto polémico, con el Consejo de Ancianos. En aquella época había 101 rapa nui vivos, mientras que el pueblo se hallaba al borde de la extinción; ese centenar de habitantes ancestrales era llevado como esclavos a las guaneras del Perú, de Bolivia y del sector norte de Chile.

Al igual que la Patagonia y otras extensas dependencias de nuestro país, la isla fue entregada en administración a grandes empresas, como la Williamson-Balfour, compañías que hicieron un uso abusivo de su territorio, de sus recursos, de su actividad económica, y en gran medida, de su cultura.

Pero la gente de Rapa Nui no es dócil, y fue así como hace 103 años, en 1914, hubo un movimiento, conocido como “la rebelión de Angata”, por el nombre de una religiosa que levantó su mano a nivel internacional para impedir estos atropellos. Los problemas continuaron y en 1965, durante el Gobierno de Frei Montalva, se produce otra rebelión a causa del grado de abuso y la condición de abandono en que se encontraba su población. Esta acción fue dirigida, entre otros, por el profesor Alfonso Rapu Haoa. El Gobierno de entonces se mostró bastante receptivo, hay que decirlo, y crea el municipio y la gobernación, y a la isla se le empieza a dar un estatus de administración parecido al resto del territorio.

En 1993 se crea la Comisión de Desarrollo de Isla de Pascua y se reconoce formalmente el Consejo de Ancianos de Rapa Nui. Más adelante, el 2007, durante la primera administración de la Presidenta Bachelet, se le otorga un estatuto especial en la Constitución; del mismo modo, cabe señalar que se ha continuado avanzando en forma paralela en el área de la protección.

Resulta obvio sostener que una isla de semejante vastedad y con tal significado, requiere de instrumentos de planificación como el que plantea este proyecto, mediante la denominada “capacidad de carga demográfica”, del turismo, de la presencia en el lugar, de manera que se produzca un equilibrio entre las condiciones culturales y las ambientales.

Con motivo de la tramitación de la Ley de Pesca tuvimos la oportunidad de estar en Isla de Pascua y de ver que se creó un registro propio para los pescadores artesanales, ya que, como dependían de la Región de Valparaíso, las naves de dicha zona se dirigían a ese lugar para sobrexplotar los recursos.

Qué duda cabe, este proyecto constituye un gran avance. Hay puntos muy importantes para lograr un equilibrio. Chile debe entender que es único, pero diverso. Y vamos a lograr este objetivo en la medida que de verdad regionalicemos su territorio y su población.


El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.


 

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