Por: Wladimir Román Miquel – Abogado y Ex Intendente Región de O’Higgins
Terminada la elección primaria que dio como ganador a Sebastián Piñera por Chile Vamos y a Beatriz Sánchez por el Frente Amplio, como nunca se abren infinitas posibilidades de análisis y conjeturas que benefician a unos y perjudican a otros.
Un domingo marcado por la final de nuestra selección en la Copa Confederaciones moviliza a cerca de 1.500.000 electores en prácticamente una mañana, desnudando la impericia del Servel que mirando en menos a la capacidad de movilización principalmente de Chile Vamos, fusionó en exceso las mesas de votación originando grandes aglomeraciones en la Región Metropolitana. Además, merece un puesto de privilegio el desatino del candidato oficialista Alejandro Guiller y su llamado a no ir a votar, ver el partido y dormir siesta, declaraciones que no se condicen con quien quiere representar al país, quizás en noviembre, el Senador pida que solo se levanten y acudan a votar quienes simpaticen con él.
Si queremos hablar de los grandes ganadores, hay que hablar de Sebastián Piñera. Con más del 58% y 827 mil votos obtiene una cantidad de adherentes superior en aproximadamente un 70% a la única elección primaria realizada con anterioridad en el sector.
Pero no existen perdedores dentro del conglomerado de oposición, pues si bien el Senador Ossandón obtuvo un 26% y el diputado Felipe Kast un 15% aproximadamente, ambos obtienen importantes votaciones. Ossandon una cifra cercana a los 375.000 mil votos y Felipe Kast prácticamente la misma cantidad de votos que la abanderada del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, con 220.000 preferencias.
Sin lugar a dudas que los grandes perdedores de la elección primaria son los candidatos oficialistas, que ciertamente pierden espacio de visibilizarse que sitúa al ganador de Chile Vamos en un lugar de partida principal para las elecciones presidenciales de noviembre. El hecho de restarse, desunirse y derechamente intentar boicotear en cierta medida esta elección, llamando a no acudir a votar o derechamente a votar por un candidato específico de otra coalición, para impedir el triunfo de quien las encuestas señalaban como probable ganador, demuestra que no existe la capacidad ni liderazgo por ninguna parte de alinear sus históricos votantes.
Es tanto así, que la candidata ganadora de Frente Amplio con 220 mil votos en la primaria, alcanza al candidato más competitivo de Gobierno no resultando descabellado pensar que por primera vez desde el retorno a la democracia, la Nueva Mayoría -ex Concertación- no tenga un candidato de sus filas en una segunda vuelta electoral.
El desafío de Piñera
Queda claro que el mayor desafío del gran ganador de las primarias es conquistar al electorado de Manuel José Ossandón y Felipe Kast, que no se transfieren automáticamente, porque son votantes distintos al perfil del candidato ganador. Por una parte, tenemos a Ossandón, que triunfa en sectores populares de la región Metropolitana y, por otra parte, a Felipe Kast, que convoca a miles de jóvenes habitualmente alejados de la política tradicional.
Incorporar en su propuesta de Gobierno parte del programa o ideas de ambos candidatos, y a ellos mismos, además de convencer y movilizar a quienes no acudieron a esta primaria y que se identifican con el sector o creen que el actual gobierno lo ha hecho mal, será la clave para un nuevo triunfo del ex Presidente en noviembre. Un grave error sería aislarse y desconocer el valor de ambos candidatos, pues ello solo contribuiría a posicionar nuevamente a los grandes perdedores de esta elección primaria… La Nueva Mayoría.
