Sistematizar y compartir la experiencia acumulada es una ventaja competitiva de las organizaciones. En un escenario de constantes cambios, la administración de este intangible adquiere más importancia, donde destacan hoy el uso de la tecnología y una estrategia permanente
Entre las principales preocupaciones al interior de las empresas y organizaciones postpandemia se encuentra la Gestión del Conocimiento, en un contexto donde estamos experimentando nuevas formas de trabajo y las transformaciones ocurren cada vez más rápido.
Además de estos nuevos desafíos, existen otras barreras que vencer, como la actitud de los colaboradores, la ausencia de apoyo directivo o el nivel de priorización que se le da a esta tarea al interior de las organizaciones. Por lo tanto, se hace cada vez más importante generar una estrategia eficiente que permita extraer, estructurar y traspasar la información de calidad para aplicarla en los procesos de decisión y planificación.
“La mayor relevancia de estas iniciativas tiene que ver con capitalizar el conocimiento que se genera en las organizaciones a través del desarrollo de las tareas y proyectos, probando nuevas formas de hacer, para compartir este conocimiento de experiencia con toda la compañía y así generar un saber colectivo y no solo individual”, explica Jimena Cueto, gerente de Personas de Empresas Siena, que ha sido un ejemplo dentro de la industria constructiva-inmobiliaria en la implementación de un innovador plan en materia de Gestión del Conocimiento, un activo de la compañía, que afirman, deber ser gestionado.
El trabajo comenzó hace cinco años, durante los cuales la compañía ha desarrollado una serie de iniciativas que se han unificado bajo el concepto de Academia Siena, “las que juegan un rol fundamental en empresas como la nuestra, con abundantes proyectos y cuyas faenas están en diferentes puntos, por lo que se hace más difícil compartir estas prácticas”, señala la ejecutiva, detallando que resolvieron estos obstáculos con el diseño de una plataforma integral, la cual se vale de los beneficios de la tecnología actual y la colaboración digital, pero también de instancias permanentes para asegurar la efectividad y continuidad en su gestión.
En primer lugar, señala, esta plataforma propone mallas de formación formuladas para cada persona, según su cargo y desarrollo, y cuenta además con un campus virtual propio donde se alojan los principales entrenamientos.
En segundo lugar, Academia Siena da lugar a nuevos modos de compartir y aprender, a través de instancias como “Reflexiones al cierre” (RAC), que son talleres donde se reflexiona y analiza los ciclos e hitos más relevantes en cada área del negocio, además de charlas abiertas disruptivas, al estilo TED, con “expertos” internos y externos, que buscan romper paradigmas y revisión de acontecimientos reales mediante la metodología de casos. “Esto permite disminuir el riesgo de ser una compañía con muchos años de experiencia, pero con Alzheimer en ciertas áreas”, asegura Jimena Cueto.
Otros procesos aplicados son el peritaje post venta, videos tutoriales, cursos de formación por relatores internos y externos e instancias de formación en habilidades de liderazgo, colaboración y ética, entre otros, que refuerzan la cultura organizacional con sus cimientos.
“Nos interesa que Siena se destaque y que dentro de la experiencia del colaborador se transforme en un lugar donde uno aprende desde lo técnico, a ser mejor profesional y persona”, concluye la ejecutiva.
