La vicepresidenta del PPD llama a repensar como las decisiones se pueden descentralizar para que estas tenga sentido en las regiones
El caso de Cathy Barriga, la competencia Orrego versus Orrego por la gobernación de región Metropolitana y lo que está pasando en la región de Antofagasta con Díaz y Hernando, fueron parte de las temáticas que abordó la vicepresidenta del Partido por la Democracia, PPD, Natalia Piergentili Domenech, quien en su análisis señala que el nivel central de los partidos políticos debe escuchar a los territorios.
¿Cómo recibe usted el caso Cathy Barriga desde el punto de vista político?
Voy a partir de hacer una reflexión que hacía ayer con mi hija, que tiene 10 años, y que me dijo: “Mamá, qué pena que esa señora se vaya a la cárcel, porque ella tiene un hijo con condiciones especiales, que es neurodiverso, “Tiene trastornos del espectro autista”. Entonces, lo primero es que, para cualquier ciudadano, el que haya una madre cuidadora privada de libertad debe ser motivo de reflexión respecto de “qué pena”. O sea, nunca podemos perder de vista lo humano.
Sin embargo, en los últimos años, en el ámbito municipal, nos hemos encontrado con muchas defraudaciones al fisco de diversas índoles partidarias. Aquí no hay nadie exento, y no se puede hacer con esto una generalización, pero sí creo que es hora, a propósito de la designación de la nueva contralora, de comenzar a mirar más detenidamente los municipios. Muchas veces se confunde el fraude, que es un mal gasto de recursos, con la malversación, que es gastar dinero destinado para insumos en otra cosa.
Creo que los incentivos son importantes en estos temas, y si tenemos mayor control, será un mejor incentivo para hacer bien las cosas. Entonces, creo que esta es una gran tarea para la Contraloría y para los mecanismos de control.
Hemos visto casos de diversos sectores políticos involucrados, lo que nos hace pensar que la maldad o el delito no son patrimonio de un solo sector político. Por lo mismo, no hay que sacar esas ventajas; hay que reparar en cuáles son los incentivos para que esto no ocurra, porque va en desmedro de vecinos y vecinas de todas las comunas de Chile.
La oposición también se ha manifestado, en diferentes matices, que esto es un juicio político que estaría haciendo Vodanovic. Cualquier alcalde que llegue a un municipio tiene no solo la obligación, sino también el derecho consagrado de pedir una auditoría, y eso fue lo que hizo el alcalde Vodanovic.
Cuando seas funcionario público y ves que tu investigación o auditoría tiene aspectos que podrían constituir delito, tienes el deber de informarlo. Aquí no es que el alcalde Vodanovic se levantó un día en la mañana y dijo: “Quiero que la señora Barriga lo pase mal”, sino más bien hizo una auditoría. Saltaron las alarmas de que no eran solo desórdenes, que se presumía delito, y se puso en manos de la justicia.
Es por algo que se le cambia la medida cautelar a prisión preventiva, y es por los delitos que está acusado por la Fiscalía, no por Tomás Vodanovic. Son de los más altos del ordenamiento jurídico en materia de fraudes y delitos en el ámbito económico.
El caso de Orrego versus Orrego: Claudio publicó videos con figuras de la derecha que no lo apoyan
En Santiago se nota mucho menos la importancia del gobernador regional. Aquí, que estamos en un medio regional, se entiende de mejor manera el rol que tiene un gobernador en todas las materias de desarrollo e inversión.
Ahora, en el caso de Santiago, se vuelve casi una pelea gobierno versus oposición, lo que, a mi juicio, es faltarle el respeto a la realidad del cargo, a lo que se está votando ya lo importante que es para los ciudadanos. Es como pensar en un alcalde mayor, un alcalde grande. Entonces, todas estas dicotomías ideológicas y grandilocuentes creo que tienen poca cabida o que son bien inútiles a la hora de evaluar lo que hace un gobernador regional.
En ese sentido, yo no creo en la mala fe de Claudio Orrego. Yo creo que él, a través de estos vídeos, ha tratado de mostrar que en su primer período trabajó de la mano con todos los alcaldes, independiente de su color político. Prueba de eso son esas imágenes en las que aparece con la alcaldesa Matthei y con el alcalde Carter.
En ningún caso Claudio Orrego ha dicho: “Ellos me apoyan”, sino que ha dicho: “En mi rol como gobernador regional, lo que le puedo dar fe a la ciudadanía es que trabajo con todos de la mano para sacar adelante Santiago”. Y eso me parece que no parte de una campaña sucia; al contrario, yo la leo de esa manera.
En el caso Hernando versus Díaz en la Región de Antofagasta el Frente Amplio dijo que no va a apoyar a Marcela Hernando, lo que resulta, por lo menos, llamativo, porque Marcela Hernando fue ministra de Minería del gobierno del Presidente Boric.
La Región de Antofagasta es una de las más ricas del país, pero una de las que ha vivido los estragos más feroces de la migración y del crimen organizado.
Yo tengo una relación muy buena y directa con el diputado Araya y el senador Araya, que son de la región, y la verdad es que los temas de seguridad son temas sobre los cuales ellos siempre están muy comprometidos.
Claramente, ahí me he podido ir empapando en la realidad de la región, y creo que, más allá de las definiciones de los partidos, que son siempre muy centralistas, se evidencia la dificultad.
Por ejemplo, el Partido por la Democracia, del cual yo soy vicepresidente, está apoyando al gobernador Díaz en su reelección, y nuestro diputado y nuestro senador están apoyando a Marcela Hernando.
Frente a eso, ¿cuál es mi opinión? Primero, aquí necesitamos un debate más profundo con los territorios. A veces, desde Santiago, las cosas se ven distintas a como se ven en cada uno de los espacios territoriales.
Creo, además, que ambos programas son bien interesantes respecto al futuro de la región. Además, porque los partidos políticos no son regimientos; son agrupaciones humanas.
Aquí quiero hacer un planteamiento poco común. Cuando se dice que la política es la política, que lo personal es lo personal, que la política es sin llorar y todas estas cosas, como si uno fuera una abstracción, yo te diría que logro entender perfectamente por qué el diputado Araya y el senador Araya están con Marcela Hernando.
Hay allí una vinculación histórica, una biografía de años de conocimiento, que para ellos está sobre la política, y yo creo que eso es respetable. Hoy que el gobernador actual y Marcela Hernando, más allá de matices más o menos, en su programa tienen un mismo paraguas respecto de cómo ven la sociedad.
Los ciudadanos antofagastinos son mucho más sabios que la dirigencia de los partidos, y nos darán a conocer cuál es su veredicto respecto de la Gobernación. A la política del nivel central, a los partidos, al nivel ejecutivo, al gobierno, etcétera, le corresponderá trabajar codo a codo con el que la ciudadanía elija.
El Frente Amplio le ha dado el apoyo a Ricardo Díaz, sin embargo, Ricardo Díaz se desmarcó de esto y en particular de Catalina Pérez.
Yo entiendo que, cuando uno está en una elección, cualquier diferenciación es importante. Y además entiendo políticamente la desvinculación que quiere hacer el gobernador Díaz de la figura de la diputada Pérez y lo que ha significado ella, sea real o no, ante la opinión pública, su rol o no, o su vinculación con personas que estuvieron en el caso Democracia Viva.
Yo entiendo que el gobernador no se está desvinculando políticamente de la gestión del Frente Amplio, en tanto aliados del socialismo democrático o partido que apoya al gobierno. Se está desvinculando de las prácticas asociadas a dicha diputada.
¿Por el juicio mediático sobre el actuar de la Diputada en el caso de Democracia Viva?
Uno tiene que ser claro, uno tiene que decir que está absolutamente en contra y condena todo lo que sucedió a propósito de Democracia Viva. Mas no es pertinente encarnarlo en personas que no han sido llamadas a cumplir algún requerimiento por parte de la justicia.
¿Y por qué lo pongo así? Porque el juicio mediático se hace en un segundo. En un segundo alguien puede decir algo sobre usted, y yo lo repito como mantra, y resulta que el juicio público no tiene apelación y es taxativo. Lamentablemente, muchas personas han visto dañadas su honra y su imagen por el juicio público.
No estoy diciendo que no haya que investigar, que no haya que generar todas las instancias posibles para esclarecer los casos. Pero, hasta el día de hoy, Catalina Pérez no ha sido llamada a declarar ni ha sido imputada. De modo que a mí me parece importante que se rechace rotundamente cualquier atisbo de corrupción o de delito. Mas no me parece encarnarlo en figuras personales.