Por: Andrés Kogan V. Sociólogo. Magíster en Comunicación y Cultura Contemporánea
La reciente entrega a colegios de una guía actualizada denominada “Orientaciones para la inclusión de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex en el sistema educativo chileno”, ha derivado en una fuerte polémica y ofensiva de los sectores más conservadores del país, que han llegado incluso a denostar al ministro de educación, Marco Antonio Ávila, por supuestamente querer imponer al resto su orientación sexual, lo que se suma una eventual acusación constitucional en su contra.
De ahí que apelativos como ideología de género, hipersexualización de los niños, adoctrinamiento de izquierda, corrupción de menores y normalización de la pedofilia, sean largamente usados de parte de estos grupos de ultraderecha, que se han opuesto a todo intento de instalar una educación sexual integral, a través de premisas que lo que buscan es generar confusión y temor en la población, por medio de una cruzada que busca seguir negando derechos.
Lo señalo a partir de los resultados de La Primera Encuesta Nacional de Abuso Sexual y Adversidades en la Niñez, elaborada por CUIDA UC y la Fundación para la Confianza, en donde nos muestra que 1 de cada 5 personas dice haber sido objeto de abusos siendo menor de edad, de los cuales el 23% de ellos ha sido al interior de sus familias, lo que evidencia lo grave de todo esto y la necesidad de instalar una educación sexual integral desde temprana edad y discriminación que han tenido que sufrir por décadas quienes han tenido una identidad de género, expresión de género y orientación sexual diferente a la tradicional, en donde según un estudio realizado por la Fundación Todo Mejora, el 70,3% de los estudiantes LGBTIQ+ reportó sentirse inseguro debido a su orientación sexual o identidad de género y un 29,7% señaló sentirse intimidado.
Sin embargo, los sectores más conservadores del país y otros supuestamente liberales, omiten toda esta realidad y sufrimiento humano, y ponen su ideología por sobre el cuidado y el bienestar de niños, niñas y adolescentes, instalando un relato que niega la diversidad humana y la evidencia de sobra sobre lo importante que es trabajar una educación sexual integral desde los primeros años de vida.
Por lo mismo, la burda campaña de desinformación que están haciendo organizaciones como “Con mis hijos no te metas”, aludiendo que una educación sexual integral en los colegios estaría violando el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos, omite las distintas convenciones internacionales sobre la protección de la niñez, dejando fuera a derechos básicos.
Es lo planteado por la misma Defensoría de la Niñez, quien a través de sus redes sociales, se ha manifestado sobre esta nueva polémica instalada por estos grupos conservadores, señalando que los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a recibir una educación sexual integral y acorde a la edad y madurez de cada uno de ellos, ya que está consagrado en la Ley de Garantías y Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (Ley 21.430).
Dicho lo anterior, es totalmente malintencionado que estos grupos ultra conservadores estén contra la educación sexual integral, al señalar que no se respeta el derecho preferente de los padres, cuando todos estos documentos para su elaboración fueron elaborados a partir de instituciones y marcos normativos nacionales e internacionales, en diálogo con las comunidades educativas.
En consecuencia, pareciera que no les importara el daño recibido de miles de niños y niñas transgéneros y adolescentes con orientaciones sexuales diferentes a las tradicionales, instalando una idea absurda, dicotómica y perversa, de que lo que se busca con la educación sexual integral es imponer al resto una agenda particular, cuando justamente ha sido históricamente lo contrario.
Al parecer se les olvida la deficiente e inexistente educación sexual que hemos recibido sobre todo quienes tenemos más de 30 años de edad, en donde ni en las familias ni en los colegios que estuvimos se tocó el tema alguna vez, lo que trajo consigo que en el caso de los varones, nos hayamos formado con pornografía, reproduciendo lo peor del sexismo y de la violencia contra las mujeres.
En definitiva, para los que somos varones, nos hubiera hecho muy bien que nos enseñaran el respeto por los distintos géneros, expresiones de género, orientaciones sexuales, y a reflexionar sobre los mandatos de masculinidad y feminidad que se nos han impuesto, ya que seríamos mucho más libres y felices, y no hubiéramos caído en prácticas crueles contra quienes eran distintos a nosotros, y que merecen un trato digno como cualquier ser humano.
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